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les arquiteG'turós, llenos de plegarias y sa<:rpmehtas acumulados por el correr de centenares de años, ador–

nados sus interiores de obras de arte religioso¡ y dentro de esos antiguos monumentos elevados por la piedad cristiana oimos también cantos ejecutados por artistas de bien cultivadas y. melódicas voces acompañados

de mús-jcd tocada m'dgistroftriente en grandes órganos, presenciamos asimismo, dentro de esas viejas cate

drales imponentes ceremonias religiosos y escuchamos elocuentes sermones de notables oradores sagrados

y si todo ello nos causara admiración y quedáramos emocionados ante las maravillosas obras de arte, satis–

fechos, POI. otra parte, de haber tenido la grata ventura de encontrarnos en aquellos regios lugares, acumu– lados de históricos y brillantes acontecimientos ocurridos bajo sus imponentes y ame[ias naves durante si– glos, todo ello, sirvió, mós bien, para revivir el olvidado tiempo y los dormidos recuerdos de los días pasados en la vieja Merced de nuestro pueblo natal

No 'obstante la admirable ejecución de cantos y músicas tocadas en los órganos de aquellas vie– jdS catedrales, de la elocuencia sagrada, de la suntuosidad de sus artisticos altares, nuestro espíritu reaccio– naba y retracedia hacia el pasado retordóndonos los nombres de los vie'jos músicos que tocaron en la época de nuestra mocedad en el coro de la iglesia granadina Llegaban a nuestra mente en esos momentos de ad– miración, los nombres de los viejos maestros Eusebio, Heliodoro, Laureano, Tránsito y Pedro Chica, ya en– tonces ancianos y el menor de ellos, José Tomás, el flautista Recordamos asimismo, que ellos también toca– ban' los $tóbat Maters, el Tantum Ergo, el Veni C,eator, los Ave Morías, la Salve Regina, los Réquiem y de–

más niúsrca religiosa, Y, de cuando en vez, solían también ejecutar allí trozos de música profana

De súbito y atropelladamente en esos mismos instantes, noS' llegaban los nombres de [as cantado– ra's de La MerCé'd doña Cipridna Pasos, los hermanoS' R0merD' y el de alguria otra que ahora se nos escapa desgraciadamente, Y los coros de las Hijas de María, dirigidas por las primeras, en esas alegres tardes de

Maya Ya casi todos estos músicos y caritoras han m uerto Quizá ellos no descollaron en su arte como, las que olmos después en las §)randés catedrales extranjeras, pero, nuestros músicos y cantoras ponían en la ejecución de sus obras, naturalidad y sencillez, esti mulada todo por sus creencias religíosos y al ejecutar las Antifariás y Salves pon Ion todo su poder emotivo al emitir las Humildes notas en loores a Jesús y Maria

En los domingos y dlas feriados, sublamos en tropel al Coro, no sin' la repulsa de Sajurín, así [10– rilabari' al' sácrisf6n de ésa época, tratando él de imped{rnosk. (la' palabra Sajurín, es una corrupción de la de Zahari, adivino, que por burla se le habia encajado a dicho sacristán)

Nuestro propósito de subir ál Coro erd con objéto de ehcontrar la ocasión de tocar el bombo o los platillos de la péqueño orquesto, en un descuido dé os músicos, y, a veces, subi'r o la torre', en desordenada

carrera para tocar fas campanas .

Otras' véces, nos di'rigídmós al at't'i'o, en el momento de l/alzar" la Hostia para estar cerCa de las

"cdrgas cél"rados" de pólvora qu~ eh esa celebraciones se acostumbraba quemar, acto que nos producía

dos diferentes emoéiones und, de estupor por las fuertes y sucesivas detonaciones de IdS bombos, al final las más grandes de a libia, y la otrd, el de la risa al ver a las viejitás dentro del templo, asustadas y medro– sas táp6ndose' los oidos paro amortiguar el estruendo que producidn lds "cáigas cerradas", témb[ando ellas, de miedo, a cada soberana detonación que retumbaba por todo el ámbito del templo

O bien, asistíamos o la "Misa del' Gallo" en Noche Buena, en medio del ruido ensordecedor de los cachos y concha's marinas, pitos de lata y de coña, de tambores y tamboriles y de todo instrumento para sonar

q~e ios muchachos llevaban' esa noche a fin de amenizar en esa forma la alegre "Misa del Gal[o", rezada dentro de las bóvedas de La' 'Merced, repleta ésta de gente grande y menuda, con todas sus tres naves ilu– minadas, produciéndo lá ilurr1inaéión, un calor sofocante, Con el apretujamiento, por ia aglomera-ción de genfe ;

y no olvidámos tOlYlPOCÓ el tañido vibranfe y embelesador tintineo de las campanas de La Mer– ced en las mañanas, llamando o los fieles a misa, y déspués, e[ repiqueteo anunciando las doce del dio A esta hora, las campanas de La Merced sMnan con alegres melodias y sonidos de sonoros vibraciones por to– da 10' Ciudad, repiqueteo que; sáliendo del campanario de [a torre y llenando' el ambiente ha'sta más allá del reCinto de lo ciudád, pobladdh' el azulado cielo de Granada de sus argentihas armonios, despertando en no– sotros uh m\indo de ingénuds y riSuefíds alegrias prometedoras de rosadas esperanzas, y O las seis de la tar– de sonoban las mismas campanas con el toque de oracióri A esa hora se rezaba dentro de las casas y en pie, la Salve Régil'ld, costumbre de aquellos tiempos que no sabemos si aún se conservo

Otros vécés y con motivo de algún entierro, [as campanas dejaban oír los lúgubres y lentos tañi– dos de los efobles, cuyos sonidos, pausadamente, con' sus tétriéas notaS, flotabdn por el cielo de la cíudad, infundlanos temor con su lento y pous'ado dejo, para recordarnos a esds horas, que esta misma vida alegre y'risuéñtJ1 ti"'ie' tÓí'n\j¡ién· su conteór;,,' la muerte con' s¡J¡, fihcil! déscón6cído

Par' las frases anteriores, fruto de ésta dulce y sencilla añoranza de nuestra edad infantil, se puede

dpré\!Id~ 'ciSmo. eso' fúrnulfboSá riada de recuerdos, lejanos ya, pero nunca olvídddos, se ligan hoy con lazos indisolubles cari los dé nuesfrá sdhta madre y los de la iglesiá dé La Merced, Como álegres y frescas re– me,l"ibróhíds qUé' nádá ha podido borrór eh el curso de nuestra [arga vida, y si hemos sido un tanto prolijos al, de'serivblverlas en' esféintermedio de la historia de nuestra ciudad natal, e(lo debe perdonársenos, pues fUe debido a un impulso irresistible que hos lIévó a escribirlas y porque' ellás tdmblén brotaron de lo más

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