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« Previous Page Table of Contents Next Page »110»81 en el pats ele Su desHno. HConiare 0011 usfed", cribió el Presidente "para que supervigile y coor–
~ne fodas las actividades del Gobielno de los Esta– doS Unidos . Usted está a cargo de la fatal Misión
Oiplo:rn~tica de los Estados Unidos, y espero que usted 0111role todas sus operaciones". El Presidente hacía e otar que cada Misión incluía "a los representantes
~e todas las Agencias de los Esfados Unidos" en el ais en cuestión y prometía al embajador su "com– plefo apoyo y respaldo en el desempeño de su car–
~o" Es responsabilidad de todos los miembros de la Misión, añadís. mantener al embajador "comple– tamente infonnado ele sus puntos de visia y activida– des Y ajustarse a sus decisiones, al menos que, en al– gún caso parficular, usied. fuera notificado en contra– rio" La carla del Presidente trataba de eliminar una vez por todas el problema de conflictos en las respon– sabilidades El embajador quedaba claramente es– tablecido como la única autoridad, como el más alto representante del Presidente
La carla fue seguida por cuafro foUelos de ins– trucciones del Deparfameno de Estado en los que se pormenorizaban las del Presidente
El primero de esfos documenfos trataba de las re– laciones del embajador con los altos represenfantes de las misiones militares, el Servicio de Infonnación de los Estados Unidos y otras agencias cooperadoras,
y le urgía al embajador una íntima relación y com– prensión con los funcionarios y programas bajo su in– mediata supervisión Se ponía énfasis en sus obliga– ciones como jefe de la Misión que "lleva la respon– sabilidad del éxito o el fracaso en lograr que las re– laciones exferiores de los Estados Unidos alcancen su objeiivo en el país a su cargo"
El segundo documento a los embajadores reque– ría una revisión estricta de la impor.l:ancia de los cie– nes de instrucciones que ahora abrun"lan las energías de los funcionarios de nuestras misiones uliramari– nas Esta carga pesada, que en frase de las instruc– ciones mismas, tan a menudo distrae a hombres há– biles "de las fareas de llegar a conocer a las genies
y sus culfuras entre las cuales servimos", debe ser revalorada, instrucción iras instrucción, para ver qué cambios y recortes deben efectuarse
El tercer documento sugería una variedad de téc~
nicas por las que el embajador y su conjunio podrían romper con algunas de las demandas del protocolo diplomático tradicional Entre ofras cosas, urgía a los miembros de las misiones familiarizarse ellos mismos can la cultura del país, visitar las regiones aparta· das, y esfablecer relacic;mes infonnales con "jefes de sindicatos. . grupos de estudiantes. y en cierla medi. da, con jefes de la oposición"
El último documento discutía, entre ofros asun– tos, la conducta del personal militar estacionado en el país en cuestión, la necesidad del creciente respe– to por las costumbres locales y la imporfancia de evi– tar una conducta escandalosa Como un objetivo Primario, urgía a nuestras Misiones "limiiar en 10 más Posible la conspícua presencia Americana".
El siguienie paso en el esfuerzo de modernizar ltis prácticas de la diplomacia Americana y aumen– lar su efectividad fue una serie de conferencias regio– na.les a las que fueron invitados no solamente los em– hajadores, sino también sus esposas, los funcionarios 6.d:r:ninisfrativos y los principales consejeros en Ayuda
Exferior, Información y Asuntos Militares Aunqué los embajadores estaban armados con las nuevas de– claraciones de autoridad, muchos €lan todavía escép– ticos ~obre si las nuevas direcfivas realmente querían decir lo que decían Además, procedimientos adnl.Í– nisirativos han permanecido en su mayoría sin cam– biarse, y las comunicaciones entre Washington y el campo de acción han dejado muchas pregunfas sin res– puesta Ni los representanfes del Pentágono, la nue– va administración de Ayuda Exlerior tA 1 D ), ]a Agen– cia de Información de los Estados Unidos {U S 1 A ) ~
los Cuerpos de Paz. Alimentos para la Paz, y tales Deparlan1enfos corno el de Comercio y Trabajo, han tenido la oportunidad de trillar los detalles específi– cos sobre operaciones, responsabilidades, y coopera– ción con los embajadores y sus conjuntos
Por 10 tanio, siete conferencias regionales fueron organizadas para aclarar problemas de práctica ope– rativa y efectuar una total integración de nuestros es– fuerzos en el exterior bajo la dirección del embaja– dor como el principal representante del Presidente La primera de estas reuniones, tenida en Lagos, Nigeria., en el mes de Julio, incluyó a todas las misio– nes diplomáticas de los Estados Unidos en Africa, al sur del Sahara La segunda, fuvo lugar en Agosio en Nicosia, Chipre, para nuestras misiones en el Nor– te de Afl ica y países del Cercano Oriente La iercera, en Nueva Delhi, que cubrió el Sur y el Sureste de Asia Dos más se tuvieron en Ocfubre, -una en Li– ma, Perú, para nuestras misiones de Sur América, y aira en San José, Costa Rica, para nuestros represen– iantes en México, Centro América y el Caribe Simi– lares reuniones que cubrirán el Lejano Oriente y Eu– ropa se 'tendrán en 1962.
El grupo que atendió a estas reuniones desde Washingfon incluía a represenfanfes de la Agencia de Desarrollo Internacional, la Agencia de Información de los Estados Unidos, el Deparlamento de Defensa, la Agencia Central de Inteligencia, el Cuerpo de Paz. Alimentos para la Paz, la Oficina del Presupuesio, y los Deparlamentos de Comercio y Trabajo, además de representantes de las oficinas administrativas y geo– gráficas del Departamento de Estado
Los directores de las diversas agencias tuvieron la oportunidad de discutir sus respectivos programas en detalle con aquellos que deberían llevarlos a cabo Los embajadores y sus colegas, a su vez, tuvieron la oportunidad de discufir de manera íniiIna una gran variedad de cuestiones substanciales y administrati– vas respecio a los países a su cargo En muchos ca– sos, se tomaron decisiones inmediatas sobre asuntos que Se habian dejado encarpetados.
Una de las innovaciones de las conferencias re– gionales fue la asistencia de las esposas de los emba– jadores Como cada funcionario del Servicio Diplo– mático sabe, que una esposa sensitiva a los problemas locales, conscienie de nuesfros propósitos nacionales
y ansiosa de ayudar a realizarlos es una valiosa ayu– da para cualquier embajada De igual manera, aque– lla qUe no tiene iales cualidades puede llegar a ser una verdadera rémora Es la esposa del embajador, para su bien o para su mal, la que frecuentemente se sienta al lado de los alias oficiales del gobierno en banquetes y ceremonias oficiales En fodas estas con– ferencias las esposas acompañaron a sus maridos, con
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