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Unos meses más iarde, también en EL ENSAYO, de León, (No 5 del 10. de agosio de 1880 l, aparece, en plimera plana, la composición poéfica lniulada "A que con\ienza:

Mujer, encanio de mi ahTla De mi amo! esirella hern\Osa, Gallarda con'1.O una losa, esbelta como una palrna

y que iermina así:

Si entre la blisa que juega Con iu negra cabellera Una queja plañidera

Tremolando a ius oídos llega,

Mírala con compasión, No la desprecies ie pido

Que es fristísimo gemido De mi amanÍe corazón

"Para envolver en el l1.1.isierio esa infaniil y pre– maiura declaración de amor," dice el Dador Diego

lVIanuel Sequeira, "adopia Rubén un nuevo seudóni–

mo: BERNARDO I U ~allagralna de Rubén Darío– que hizo suponer, por algún tiempo, que no 818 Ru_ bén Daria el auior de los versos, sino que es10s eran de su fía abuela, doña Bernarda Sarmiento de Ramí– rez, señora que gozaba de merecida fama por su ia– lell:.i:o y su cuHura "

"¿Quién ~.ca la encaniadora niña que arrancaba de la g'l1z1a del poeia adolescenfe, aquellas fiernas la– nl.en±aciones'?" pregun±a el Dador Sequeira "Isabel Darío, la prima rubia "coníesia él mismo, a pe M sar del "con iu negra cabellera" de los versos ú1±i– mos que hemos ilasClil0, "que vivía junio con Ru– bén en la señorial casona de doña Bernarda, fía ahuela de ambos; la misma que más iarde fuera una de las pro±agonis±as dei bellísimo cuenio "Palomas Blancas y Garzas Morenas" de AZUL "(D M S, oc

P 27 ¡

Sin embargo, en Poemas de Adolescencia, vol I de las Obras Comple±as de la Ediforíal Renacimienio, libro que fue 1efundido en las varias secciones de "La Iniciación Melódica" de las Poesías Completas -Edi– ción, Iniroducción y Nofas de Alfonso Mendez Plan– cade- Aguilar, S A de Ediciones, Madrid, 1952

a la página 149, esfa misma composición aparece con

el ií±ulo de A MERCEDES MANIG, I Manning, debería

ser), con cierlas pequeñas varianies, como la que exi– gía el han endo verso: T8'enu~lantllo a aus olidos llega, que fue cambiado a: Temblando a ~u ol1do llega, que es más COll ecio

Ya por el año de 1885, a los 18 de su edad, aban– dona DalÍo el narcisismo de su nombre, que ya ha hecho patenie en dos ocasiones, con BRUNO ERDIA Y BERNARDO 1 U, -anagrmnas ambos de Rubén Da– río,- y escribe con el seudónimo de URSUS

"El 31 de mayo (de 1885l, por dificuHades eco– nómicas de la enl.presa y pDJ: cielias diferencias de criierio, se reliró de la dirección de EL PORVENIR DE NICARAGUA, don Fabio Carnevalini Jesús Hernández Somoza asumió exclusiv8l1.1.enfe la dirección del pe– riódico que dejó de salir diariamente para conver±ir– ±irse en bisemanal El plincipal redador era RUBEN DARlO, quien firmaba sus crónicas y gacetillas con

el seudónimo de URSUS" (D M S , o c P 193 1

En el número 4, del 11 de junio de 1885, de EL

PORVENIR DE NICARAGUA, apareció el arfículo !í±u-

lado EL SIGLO XX, bajo el ya conocido seudónimo

de URSUS Decía así:

"A juzgar por el plogreso veriiginoso de la época presente, janl.ás visto en los tiempos pasados, en el si~

glo XX habrán de realizarse maravillas increíbles ¡Oh sí! La navegación aérea y la navegación subma_ rina serán medios vulgares de comunicación Zam_ bullirse en Corinio den±ro de un buquecito eléc:l:rico y aparecer una hora después en el Callao o en Bur~

deaux; elevarse aquí en un globo aerosfáfico, pasar sobre las nubes, con las tempestades bajo sus pies y

caer a pocos minuios en medio de la Plaza de la C~n .... cordia en París, ver desde Lima una represeniación en el ieairo de la Scala de Milán, oir desde una casa americana un debaie parlamen:l:ario en las Cámaras francesas; escuchar y enfender desde un Insiituio del Polo anfánico una lección sobre alquimia que dé un sabio chino en algua cátedra de Pekíul platicar en voz baja del uno al o±ro extremo del desierto del Sahara, converlido en mar y lleno de ciudades floian_ fesl iodo esio que hoy parece extraordinario, será na–

iural, corrien±e, real y verdadero'

"¡Ah, el siglo XX! Cuánio habremos adelaniado iambién nosoiros por más que algunos espíriius in– crédulos y pesimistas piensen lo conirario! En León y no se admiren, ya las ielas ienues de las ielaraña~

no estarán tapizando las tapas; ni habrá :tanta devo– ción ni ianio clérigo, ni iania genie llena de piedad ganando indulgencias en, vez de ganar aira casal en Managua las calles esiaran empedradas y compues– ias o siquiera limpias, y habrá aceras y las venianas no saldrán a media calle, como espiando al que pa– sa, y los barberos no le llevarán a uno la barba con quijada y iodo En Granada sucederá lo mismo, y

además habrán desaparecido de su bonÍfa plazuela unos posies telegráficos que la afean, y en Masuya y en Chinandega, eic efe etc, habrá mayor cultura,

y mas ~Para qué continuar'? Agora lo vetedes dijo Agrages "

Es curioso observar en esias p1edicciones, las de la radio y la televisión, de las que en 1885 no se teM nían ni el menor barrunfo

También en el periódico EL MERCADO, de MaM nagua, de 28 de diciembre de 1885, apareció con só–

lo el subtífulo de Versos fl'isnes, y bajo el seudónimo de URSUS, la composición ii±ulada: Margari±a (Véase Poesías Completas p 244)

Cabe recordar aquí, que una de las causas del uso del seudónimo es la admiración por los héroes de la Literaiura y de la Hisioria Rubén Daría, un muchacho flacucho, "endeble y cabezón", había leído sin duda, las proezas del famoso gladiador romano, el hercúleo URSUS, y por ese complejo de admira– ción del físicamente débil por el físicamente fuerte, opió el nombre del héroe de QUa VADIS? como su seudónimo

No entramos aquí en los plolijos deialles de la vida juvenil nicaragüense de Rubén, ni de los inci– dentes e incidencias de su primer viaje al exterior, ni las causas y moiivos de su trascendenial viaje a Chile, pues ya son de iodos conocidos, y no caben en esfe humilde Ensayo.

Solamenie diremos, que durante esie iiempo, su gran cabeza se iba llenando de sabiduría y conoci

p

mienios, que con sus consiantes leC±uras iba enrique– ciendo su enorme acervo in±eleC±ual, y que con el iraio de los hombres de ialenio de su tierra, iba for

p

mando e informando, el vasio suyo propio

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