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diguos y [}ló,po,os do oslo ouc,ucllada. I'oro las masas

inquietas de Hispano Amél'ica poco necesitan para que no

contemplen una hOi1losa salida de estos trances. Con po– co tienen llílra llevarlas al camino del odio: basta revivir

algunos tristes recuerdos.

Cuando el hispanoamericano medita en la pasada Itlstoria, y contempla al grupo gobernador virginiano, con sabia y cautelosa política, desde Washington a Monroe, buscando como librai' a Amélica de las asechanzas e}ctraa

continentales, adquidendo la Floi'ida, tlara aleiar a i:spa– fini comprando a Bonaparte la Louisiana, para alejar a

~:rllnciai y sobre todo, posesionándose de Alasl('a, para

alejar a Rusia hace comparaciones y no cree encon–

trm en Norteamérica, un equipo de estadistas como aquel viejo equi:po

Recueida uno el pensamiento tle Jeffelson: JJJCuba os una manzana que cuando esté madUla caerá en el sa-no de la Unión

ti

y no ,meda uno sustraerse

il la honía que hoy ad.. '1uiere esa frase con solo agregar un ominoso epíteto: IICuba es una manzana que cuantlo esté madura eae-

rá en el seno de la Unión. Soviética ll

•

y entonces sentimos que estamos solos Tan solita·

,jos como 01 puoblo húnga,o on lo ho,o coro do !ludoo

pesto

y este peligroso pueblo hispanoameticill1o, en la ca– lle, en la casa, en el taller, piensa ~tal vez muy primiti .. vamente- fJeIO lo piensa: "En "udapest, Moscú acudió .presuroso en ayuda de sus amigos comunistas pero ...

en la Nabana, Washington no ha podido, o no ha queri ..

do, acudir en ayucla del pueblo cubano",

V esos pensamientos alientan, dan calor vital a toda$ las quintas columnas castristas y sus continuas prédicas.

Estamos, pues, solitarios, en un cantil de la Historia. Todas nueshas instituciones históricas y populares están en pelígro No es hora de voceríos y demandas acelera~

das Si queremos salir de todos los males {\ua traía al

mundo el Liberalismo procedamos de acuerdo con la to.. davía válida sentencia de Bolívar, alterándola un poco:

"Nada de aumentos, nada de reformas (\ui,otescas llama·

das socialistas Marchemos a la antigua, lentamente, y

viendo primeiro lo que hacemos".

Si no. podremos ver a los nuevos libertadores CO~

II el 1<1 suerte aciaga de los otros, los grandes y verdade

u

ros. Sobre todo Bolivar, de quien tomo otra frase, llena ésta de melancólica sabiduria: lila revolución es indócil como el viento, sopla hacia donde quiere".

UNA ¡\llANO FERREA QUE NOS CONTROLE

"Yo me he pleguntado: ¿{Jué es lo que pasa en la dcmoclacia de Amédca? ¿Qué es lo que pasa, que hoy se le da confianza y el lespaldo a un Plesidente, y mañana se le eclta del país lJorque no Jta podido conbo~

1m Ulla situación? Muchas veces me plegunto como gobctnante. si vale la pena seguh fOltalcciendo 1(1. demo–

clacia en uueshos llaíses. o sí LO QUE NOS FALTA ES UNA MANO FERREA QUE NOS CONTIlOLE POR LA FALTA DE SERENIDAD Y LA INCOMPRENSION DE MUCHOS CIUDADANOS.

Me he apmtado Ull }lOCO del objeto de este convivio amistoso Os luego que me pculonéis y que me PeIdOlléis. lJOlque no he quelido desRlllovechal la opoltunidad {fUe me blinda vuestra presencia pma decho9 todas estas cosas Perdolludme. pOlque yo sólo hubielR querido hablaros de mi caliño hacia vosoÍl'os, de la gra–

titud que TANTO MI HERMANO COMO YO TENEMOS POIl EL RESPALDO QUE NOS HAREIS DADO

SIEMPRE, pOI vuestra constante comlllensión. }J01 la solidaddad con que sicln}Jre nos habéis rodeado. Sigamos en ese camino de eomlllcnsi6n mutua, en esa compicnsión de amigos, en esa comlnensión finterna de Libela– lismo"

LUIS A SOMOZA

(DiscUlso pl'onunciado pOl el Plesidente Luis A. Somoza en el Countly Club la noche del 18 de Noviemhle.

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