Page 18 - lista_historica_magistrados

na. 'También, no cubre los casos en que las fuerzas armadas han sido apolificas y, si el problema ha de ser esfudiado con alTIplifud, iales casos exigen descrip– ción y análisis. Oira expresión corriente es la de "el ejército en polHica" pero esio excluye situaciones en

las que las fuerzas annadas han sido apolíticas Ade– más, es una expresión muy suave para describir los excesos pretorianos de algunos ejércitos Latinoamed– canos en el siglo XIX También la expresión "Rela– ciones cívico-lTlÍliiares" está expuesta a la critica an– terior. Es, empero, lo suficienfetnenfe comprensiva para cubrir el ámbüo de los fenóm.enos envueltos en el problema y su uso, aceptado por doquier, es un

arguxnento a favor de su adopción por los Laiinoame– ricanisfas

y en tercer lugar, cuál es la esiruciura del proble– ma?' Como H. Siuart Hughes comenta, los historiado– res son rehacios a hacer distinciones y tienden a afronfar el problema en un fodo homogéneo. Así, "pronunciamientos", "cuartelazos", "golpes de esta_ do", "m.achetismo", "mílifarisrno", "pretorianismo" y todos los otros casos en los que las fuerzas 8tn'\adas trascienden sus funciones tlleralTlente :militares tien– den a ser considerados como fenómenos del tllismo orden y explicados, :más o menos, con la misma fór– mula. Algunas veces estos fenómenos aUn son con– fundidos con la historia militar. Esto equivale a con– siderar la Asunción de la Virgen y el ejercicio del pa– fronato eclesiástico en el mismo orden de cosas, o la enseñanza de la Cil ugía y la sociología médica en el mismo curso universitario De hecho, una diversidad de formas y sistemas de relaciones cívico-milifares

han existido en Latino América y cada forma consiste en una Jrama de cOlTIplejas inter-acciones que envuel– V'en la esiructura, condición, poder de gn;tpos, -civi~

les y militares-, y la motivación de individuos, ya que estos elementos varios están influenciados por el ámbito político-económica-social Así el papel desem– peñado por el cuerpo da oficiales Brasileños en el derrocamiento del Imperio, el "gangsterismo" institu– cional que prevalece en la República Dominicana ac– tualmente y los "pronunciamientos" de Antonio López de Sania Anna son ejemplos marcadarnenie diferentes

de las relaciones cívico-militares que envuelven los distintos tipos de elemen10s civiles y militares actuan–

do en diferentes situaciones antbíenfales

En un plano esquernático pueden definirse varios tipos de relaciones cívico-milifares de Latino América El primero puede lla:marse el "Esfado Pretoriano". Esfe se caracteriza por el frecuente derrocamiento de gobiernos por :medio de revoluciones milifares o "golpes de estado" con propósitos no-rni1üares. Tien– de 8. asociarse con un alto grado de desorganización política y social y un grado muy bajo de profesiona_ lismo dentro de las fuerzas armadas. Ejemplos abun– dan en México duranfe los primeros treinta años de la República y en Venezuela antes y después de la dictadura de Juan Vicente GÓrnez. El segundo tipo puede describirse corno "El Esiado Gendarme". Este resulta cuando un sitnple individuo, generalm.ente, pero no siempre, un milifar~ usa un ejército mercena– rio para proclamarse a sí lTIiSlTIO el amo del Estado, i:mpone un orden social y político, domesHca al ejér– cito y lo usa como una gendarmería para mantenerse

en el poder. Las dictaduras de G6mez de Venezuela y

Anasfasio SOlTIoza en Nicaragua son ejeInplos de este fipo El tercero, según Harold Lasswell, es el "Estado Guarnición" En él los militares no sólo dominan o fueriernenie influencian el sistema políiico, sino que pretenden Inilitarizar el Estado y la sociedad en ge~

neral Esto ocurre en ocasiones de profundos temo~

res de invasión extranjera o de fuertes tendencias agresivas internas, y está asociado con un, relativa~

mente alfo, grado de estabilidad política y social y de un establecimiento militar profesional. El Paraguay, bajo PI ancisco Solano López, puede fomarse como Un

ejemplo de este tipo Sin embargo, COtnO se ha dicho antes, esto no es 10 corriente en la América Latina. El cuario es el "Estado Civilista" Está caracterizado por la supremacía de lo civil sobre lo miliiar y existe en sociedades relafivatnenie estables con fuerzas anna~

das profesionales Ejemplos son la Argentina entre

1861 y 1930 Y el Uruguay desde comienzos del siglo. Un quinto Epa puede estarse formando en Cuba, el que ±odav'ia es m.uy difícil clasificar

Estos, debería añadirse, son los tipos ideales en

el senfido Weberiano No existen en fonna pura o pueden sobleponerse o metamorfosearse el uno den– lTo del ofro. Así, un "caudillo" fuede, puede, en cier~

fas circunsiancias fransfonnar el "esiado pretoriano" en un "estado gendanne" corno en el caso de Porfirio Díaz y Rafael Trujillo, o bien el debilitamiento del jefe o su lUuerie o aun por presiones dentro de la rrlÍsma sociedad pueden cambiar un "estado gendar– me" en un "estado pretoriano", corno por ejemplo, sucedió en México después de 1910 Cambios en la eslruc!ura económica o social dentro de '\.ln estado "pretoriano" o "gendarme" pueden dar por resulta– do la eTI\ergencia de una fonna "civilista", corno en el México confeTI\poráneo, mientras que a la inversa, tensiones políticas, sociales o económicas dentro de un "esfado civilista" pueden dar por resultado la enlergencia de formas "pretorianas" o "gendarmes" corno en el caso de la Argentina después de 1930, o

Colombia después de 1949 Estos paradigmas, debe añadirse, no tienen la intención de presentar conc1u siones Son medios para ilusirar un punio y para fo– mental el hacer preguntas pedinenies

El énfasis en los párrafos precedentes sobre la

diversidad de sistemas en las relaciones civico-rnilita– res de la América Latina hace surgir arras preguntas. Constituye Latino América misma una adecuada es· truciura conceptual para el estudio de relaciones cí–

vico-mili±ares? Es, simplemente, una convenienie de– marcación geográfica y cuUural, o las relaciones dvi–

co-militares en esfa región han tenido formas o aspec– ios característicos? Es sugestivo que España y la Amé·

rica Española hayan tenido similares experiencias can sus fuerzas armadas Puede, por lo tanto, asumirse que el mundo hispánico se disfínga por formas fípicas de relaciones cívico-militares Esta asunción, sin em· bargo, es contbatida por el hecho de que parece que hayan mayores semejanzas estructurales y funciona– les entre el régitnen de Nasser en Egipto y el de Pe– rón en la Argentina que entre el de éste y la dictadu– ras de Sania Anna en México Le fue recientemente sugerido al aufor que son cierlas características pro· pias de inestabilidad en la organización política y so·

-18~