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PRESBITERO DOCTOR REMIGIO CASCO
Nació en Pueblo Nuevo, Deparlamenfo de Se– govia. donde desde muy niño dio muestras de aplicación al esfudio y a la piedad crisiiana, ha– biendo llamado la atención de Monseñor Ullos y Lados. quien lo incitó a seguir la carrera eclesiásti– ca, y quien después lo envió a Roma a estudiar en la famosa Universidad Gregoriana
En esia Universidad, bajo la regencia de la Compañia de Jesús, siendo Rector el R P Emilio M de Agustini, S J , el P Antonio Rota, S J , Secretario
y el P Miguel de María, S J , Prefecio de Estudios, el joven Casco obtuvo, el 25 de Octubre de 1893, con las más altas calificaciones, el Grado de Docior en Filosofía Fueron sus profesores en esta discipli– na los Padres Agustín Bringman, Gaapar Ferrari y Raimundo Ale::z:ais
Para safisfacer los deseos de Mou!5eñor Pereira
y Castellón, por enlonces Obispo de Nicaragua, su– caSal de Monseñor Ulloa y Larios, y los suyos pro– pios, continuó el Padre Casco en la Universidad hasla obtener el Grado de Doctor en Derecho Ca– nónico, Grado que obtuvo con brillantez el 23 de julio de 1895, bajo la dirección de los eminentes Canonistas, Laurencio Lugari, Francisco Xavier
Wernz y Mariano de Luca.
Deseaba Monseñor PereÍl a y Castellón que el
Padre Casco se preparara en la mejor form~ 1?os.i b1e para que sirviel a las Cátedras de esas, d,sclplu~as
en el Seminario Conciliar de San Ramon en Lean, al que dedicó el último Obispo de Nicaragua, ~;U
chas de sus atenciones y desvelos en la prepnraClon de los jóvenes seminaristas
Uno de éstos es el actual Arzobispo de Mana– gua, Monseñor Alejandro González y RabIeta, quien guarda con amorosa fraternidad en Cristo, la memo~
ría y los títulos del Padl'"e Casco, su profesor de De– recho Canónico, ciencia en la que Monseñor Gonzá– lez brilla con esplendores propios, para gloria de
la Iglesia nicaragüense
Dedicóse el Padre Cosco a la enseñanza de las materias mencionadas y a la Capellanía de la Igle– sia de El Calvario, en León, de las que recibía su congrua sustentación y alivio para sus modestas necesidades Las disciplinas lUerarías no le earn extrañas y manejaba la pluma y el idioma con sol– tura en un estilo pulcro y elegante
Su ariículo "El Pensamienl0 de América y don Razniro de Maeziu" si bien demuestra errores sus– tanciales en cuanto El su' apreciación de la obra de España en América, defiende, sin embmgo, el dere~
cho del pensal1.1.iento americano a la paridad de altura con el pensamienfo español
El PENSAMIENTO DE AA~ERI(A YD. RAMIRO DE MAEZTU
Nobilísima farea ha sido la de los pocos ilushes españoles que, con laudable desinferés y buena volun– tad, se esfuerzan aún por reanudar las relaciones con los pueblos fodos de la gran familia hispanoameri– cana
. Rotos los vínculos que nos unían a la road1 e pa– tna¡ desperlado que hubimos a la vida del progreso y de la libertad, no fueron ya el fragor de los com– bafes, ni el rudo batallar de los héroes de la indepen– dencia, los únicos obstáculos para el aproximamiemto
~e 10& dos pueblos¡ fue sobre iodo la dignidad SIne–
ncana, que altiva se erguía tras el largo sopor de cua– ira siglos de esclavi±ud Al choque formidable de la
pel~a, sucedieron enfonces los odios todos del orgullo
n!3.clOnal, y a las ardientes agitaciones de la revolu– clon, las rudas invectivas del pensazniento
La unidad de oriQ'en y nuesJ:ras comunes fradicio– ndes, debían clamar, 51n embargo, contra esa violencia e los sentimientos más nobles del hidalgo corazón americano, y a través de la oscura noche de las anti– guas preocupaciones, España nos fendió su generosa
~li~no para celebrar el consorcio de los pueblos recon– el e.dos
Alnérica no podría menos de estrechar a~radeci~
~~, aquella mano salvadora, par.a caminar unldas, en
In ll:no abrazo, a la conquisfa del más halagüeño por_ venlf
y si desde aquélla época se ha establecido una corriente de múfuas simpatías, mérifo exclusivo es de los pocos hombres de estudio que, a pesar del egoís– mo, supieron interprefar fielmente los verdaderos in– tereses nacionales: lo que no hizo la diplomacia, lo esfán consiguiendo las letras Valera y Menéndez Pelayo están muy por encima de Cánovas y Sagaste
Nolad, siri embargo. que en medio de esta clari– dad crepuscular mensajera del sol de lo porvenir, no dejan de aparecer de vez en cuando algunas sombras que, ai disccrdanÍes, forman con todas el cuadro Inás interesante que ofrecer pueden las letras americanas a la contemplación de un
espíritu exigente e investi– gador
No es esfo pedir que se nos alabe sin reserva, ni
que se admita sin salvedades nuesfra producción in– telectual¡ pero no pienso corno Rubén Darío, que el mejor servíci.o que se le puede prestar a América, sea el de la poca benevolencia
Somos pueblos jóven,es¡ nacimos ayer' a la vida de la libertad y de la inteligencia y no es razonable esperal la perfección y madurez, que sólo dan, en largas vigilias, el tiempo y la medifaci6n
Dejadnos por ahO! s. en esfe difícil período de asi– milación universal, dejad que el pensamiento sEf'fem– pape en la idea cosmopolita, dejadnos imilar y subir con holgura a la cima de nuesiros nevados Andes.
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