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« Previous Page Table of Contents Next Page »naba sobre la ll'1eSa, y tornaba la pluma con aire re~
suelío, la ha introducido hasta el manguillo en el tin– iero, luego viene la catástrofe} ésie se derraIna, unes cuantas gofas de finfa brillan en el blanco papel como negras perlas diamantinas Aquella cariia inteligente se llena de angusfia: las cornisuras de los labios se arquean hacia abajo, hadendo pucheros, y brotan las lágrimas. No hay cuidado Esto no vale nada Venga nuevo papel, venga más tinta Todo esiá ya éHl egla~
do, y el bdbonzuelo recomienza la tarea Se mueve, se encorva, pone los codos sobre la :mesa y el pecho en el borde, casi la foca con la cara, foma posturas diver:i:idísirnasJ ha logrado ya trazar un rasgo vigoro– so, una cadena de emes interminable, bravo!: él vuel–
ve la vista con aire de triunfo Ora parece agitado. ora pensativo
1 aquella fisonomía movible y vivaz ha conseguido serenarse, nótase que adquiere ciedo as– pecto de hornbre reposado Trabaja y concluye Ya está ¿Y la firma~ Ah!~ faliaba. Entonces dibuja con energía el más grande y caraC±erístico de sus garra_ patos Una ola de satisfacción baña el sen1.blante La obra está hecha, y qué bien!
y estas diversas acfiludes, estos cam.bios, van re– produciéndose y multiplicándose en mi irnaginación como las copías suiiles de un cuadro viviente Corno el negativo de un aparato de fotografía instantánea, que sorprende los diversos giros y movimientos de las alas en el vuelo de las aves, así voy recogiendo los múltiples giros y movimientos de las alas en el vuelo de las aves, así voy recogiendo los rnúliiples giros y
rnovilnienios de alas de aquella ahnifa, reflejados en los juegos de su Iisonornía
¿No es esta carfifa, garaba~eada y lubricada por el pendolisfa más abominable, pero rnés gracioso del mundo, un verdadero documento humano, que indica el primer incierlo paso de la níñez por el ca–
mino de la vida intelectual?
Esa carla no habla ¿pero acaso el gran c6mico Coquelín, con un sólo gesto, un entornar de ojos una contracción rnuscular, no descubre la intención honda y penefrante del más intencionado discurso? ¿Cuántos pensamientos no sugiere por el lado ri– dículo, por el aspecto severo o trágico de las cosas, aquella expresión muda, panfomin1.a suprerna del ingenio?
Esa carla es una parodia, 'Una burla, una mUeca pero la infención habla en ella: su autor me saluda.' me sonríe, nte besa, me reclama sus premios, m~
aturde con las caseras mentirijillas, con la cl-ónica, dislocada e incongruente de Sucesos mal compren~
didos, con. la negación de travesuras y picardigüelas con las lisonjeras y formales promesas, los tierno~
sueños de color de rosa y el rnariposeo de ilusiones infantiles, y con lodos ese acopio de ideas fragmen~
tarias, de ilnpresiones fugaces. de percepciones COn_
fusas que ofrece la gesiación. mental en la vida de Jos niños
\
Luego me traslado al porvenir, y descublo que esa carla es un presagio Mi hijo será con el tras_ curso del tiernpo un hornbre, quizás un hOlnbre de
letras Esa manecüa que hoy borronea de modo casi inconsciente, lnarcará tal vez en gallardos C8.–
'('aclares la huella de sus irnpresiones, de sus dudes de sus desencantos; expondrá el resultado de su~
estudios, de sus observaciones; se inclinará sobre el escriforio bajo el peso de pensamientos graves; hará vibrar la plunla al calor de sus entusiasmos patrió– ticos; dejará deslizarse blandarnente la noia sonora de su esiilo, envolverá en períodos rotundos y anno_ niosos la idea vencedora, evitará la monotonía del lenguaje, esfrellándose con chispazos brillantes, y
dará realce y mérito a los conceptos COnlunes y
pedestres con los secretos de la eufropelia y del arie Se apasionará de las lefras, aspirará a la gloria, la enireverá corno un punio vago en la penumbre, y
tal vez por un. capricho del destino, corno sucede e .muchos pensadores y a muchos grandes arlistas, no
alcanzará a tocarla, porque la gloI'Ía le circundará como vapor inconsútil, o le seguirá deirás en el sen~
clero de la vida corno irnpaJpable sombra
o será un zote, un pobre et:nbadurnador de papel con necias pretensiones Ohl No quiero pensar en esio! No lo será, vive Diosl
Pero la caria de mi pequeñl..lelo, cualesquiera que sean las reflexiones a que me conduzcan las sugesfiones que en. lnl ánimo desJ?ierle, es y será para mí la prirnera página de mi album íniinlo
¡PEDRO ORTIZ
CARACTER, MAS CARACTER
Corno el prinClplo antropológico que manfiene la forma y constituye el secre±o de la idenfidad per– manente del individuo sobre iodos los carnbios y n'le– tarnorfosis de la vida, es en lo moral la virlud supre– ma del carácter
Sin ese ínfimo resorle del alma, que sostiene al hombre firme en sus convicciones en rnedio de las corrientes conh"arias de las ideas, pasiones e infere– ses sociales, que lo eleve cuando pudiera sumergirse; que lo avigora cuando lo fientan las ruindades y lo levanta cuando es presa de un desfallecimiento, el hOnlbre público, el ente moral y responsable que se manifiesta en estas grandes y severas virtudes de la finneza, la leallad, la consecuencia y la dignidad, apenas sería como el tipo ideal, apenas enfrevisto, apenas soñado, pero jamás representado como una encarnaci6n viviente y bienhechora
y sin embargo existe La historia humana es en rigor la historia de los grandes hornbres, y el pro– greso moral el resultado del esfuerzo persistenie de sus grandes caracteres.
Principalmente en polífica, el carácter es iodo Al calor de las luchas ardientes de los parEdos, y en n1.edio de las conmociones soci.ales, la cuerda iensa del caracter, tenlplada a fuego, da la nota más
alfa
Los espíritus rígidos que buscan sus inspi– raciones en el mananfial de la doctrina, dirigen su acción al bien cornún, que las mayorías suelen des– conocer por su desgracia, y observan las reglas da la moral polilica, sin consultar conveniencias ni ceder en sus conafos a blandas insinuaciones y caprichos. esos caracieres tienen sus asperezas, sus angul o – sidades, y generalmente no son seductores, si su influencia es inevitable, no mueven por sus sim· pafias, sino que más bien arrasfran por su fuerza
Ellos farde o fernprano se inlponen y triunfan El Hempo, que frae el reflejo de las saludables refl C '
ciones, se encarga de descubrir lo que se hallaba oculio, de palpar lo que quizás se sospechaba: la parle noble y elevada de un caráci:er en el enca·
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