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LA PRENSA MINISTERIAL

Siempre hemos sostenido que la prensa minis– terial es nociva a los gobiernos y muy provechosa

a los parfidarios de oposición y a los coriesanos que tienen necesidad de mecer el incensario

Basia reflexionar un poco sobre lo que es la

prensa y 10 que debe ser el gobierno de un país libre,

para convencer de que éste no la necesila y de que aquella no debe ponerse a su servicio La jusfi–

ficación de los gobiernos e~±á en sus cor±e~anos y

serviles Por mas que se d1ga que un goblerno es

bueno Y que sus actos son legales, de nada servirá si fodos los pueblos eSÍán sin.tiendo que es malo y

están viendo que sus procedhnienfos son atentatorios

La verdad se ha impuesto, la opinión pública se ha

formado ¿. Córno volver blanco lo que es negro y

todos 10 ven negro? ¿Cómo hacer que la verdad real

y la verdad fonnal se calTlbien en vidud de unas cuantas palabras escritas por un adulador vendido al poder? Eso tiene lugar solamente en las pruebas de magia; el gobierno es algo real y serio y su buen o mal éxito no depende de la mayor o lTlenor habio, Edad de un prestidigitador Lo que el gobierno sea no dejerá de serlo por lTlás que se haga adular, por mas que mienta su prensa asalariada Fuera de su propio país, puede engañar; si no hay quien recHo, fique; pero en la nación misma que fiene ese gobier~

no, que ve sus actos, que siente sus consecuencias, no cabe el engaño, por muy hábiles que sean los prestidigidores El hUlTlo del incienso cortesano se disipa luego y la verdad queda sielTlpre de mani– fiesto Los esfuerzos de la prensa asalarida son im– potentes ante la prensa independiente que le sale al paso Hay entre ellas la diferencia que existe enfre el patriota que lucha corno voluntario por su hogar, por su dios, por su libertad, y el soldado mercenario que pelea por la paga Aunque ambos sean guapos, no les anima el rnisrno espíritu y están colocados en terrenos desiguales, que hace desventajosa la lucha para quien sostiene la mala causa

Aparte de eso hay otro inconveniente La contra– riedad exila a la lucha, estimula a renovar los gol– pes hasta postrar al adversario, lo que comienza por discusión, se convierte en disputa, en aliercado, no se busca la verdad, ni la conveniencia social, sino el iriunfo, la satisfacción de la vicioriaJ el amor propio juega en el asunto y cada uno procura 1ison~

jear su vanidad, es un circo en que luchan los can1-

peones del poder y los campeones del pueblo, los espectadores perlenecen a éste y por consiguienie los aplausos son para los suyos y los silbidos para los olros. Resultado: el público se divierte, el gobier– no paga los gastos, se despierla el deseo de nuevas el11.ociones y del juego del circo se pasa al asario de

los cuadeles y de los palacios

Hay más: el gobierno que hubiera cedido a las indicaciones de la prensa independiente, que hubiera reC±ificado sus errores y tornado un buen c2.1.uino, se

encapricha, se obsfina en el mal por las sugesllones de los cortesanos que le adulan y le queman incienso para adormecerlo, e:idraviarle, dorrlinarle y hacérse– les necesarios En vez de contenerle, le er:lpujan, en lugar de hacerle luz le forman tinieblasJ están inte– resados en aislade, en extraviarle, en perderle pala que sea de ellos y se convierta en ins±ll..11TIen±o suyo para la satisfacción de fodas sus aspiraciones La prensa minis:i.erial es un medio poderoso para eslo, envuelve al rnandanlien±o en densa nube de incienso que no le· perrnile ver las necesidades sociales, ni conocer el estado de la opinión pública, le concita enemigos y le hace cavar abismos insalvables para que nunca pueda unirse con aquellos que darían fuerza y prestigio al gobierno y harían innecesario el apoyo aparente de los corlesanos, de las bandadas de parásitos que fIngen darle vida cuando en rea~

lidad le dan la muerte chupándole hasia la médula de los huesos, y poniéndole en itnposibilidades de renovar sus elementos vilales

Es preciso esiar ciego para no ver iodo eso que hemos apuntado; para no comprender que la prensa ministerial es perjudicial a los gobiernos y que los servicios que algunas veces presla no compensan los daños que constantemente hace Para la prensa independiente es bueno que exista la rninisterial y

la de partido porque siempre hay más tela en que cortar El espírilu de par.l:ido como el de secia, ex– iravía y hace desbarrar

De eso están exentos los indepe71dien~es que proceden sin pasión, sin ]'LllCIOS preVIOS, SIn con_ veniencias particulares, buscando la verdad y la luz para servir mejor la causa de la justicia, el del echo, la liberlad y los legítimos intereses sociales y

humanos

LA PRENSA DE PARTIDO

Corno la ministerial, fiene esta prensa incon–

v~niencias, pero al propio tiempo tiene sus ventajas,

SI es bien dirigida Desde luego su criterio es estre– cho, porque no se propone servir los intereses so– ciales sino los del partido a cuyo servicio está Procura siempre ocultar sus verdaderas inienciones bajo el velo de los intereses públicos, pero no deja de percibirse el engaño a pesar del cuidado que se pone para desorientar a los ladores Es cierto que algunas veces se identifica la causa nacional con la del partido, pero por lo común están en contra– Posición y todos los esfuerzos se encaminan a hacer creer que .hay identidad, o que debe haberla, porque cada partido como cada religión, cada secta, se cree en posesión de la verdad, supone que todos deben creer y pensar de aquella misIUa manera, se hace la ilusión de que así es o que puede llegar a ser y

por eso no desmaya en la propaganda Eso da origen al debate entre los diversos órganos de publicidad de los partidos; es una especie de torneo en que cada uno procura quedar dueño del campo La iáciiua de los campeones es la misma: halagar al público

y desconceptuar a los contraios De allí los progra– mas fantásticos, veraderas panaceas segun ellos, para curar fodas las dolencias sociales, de allí los pane– gíricos de la propia causa, la enumeración de los servicios prestados a la patria y de ] os sacrificios hechos por bien común; de allí las recrirn.inaciones, los insultos, burlas y calumnias para denostar a los adversarios; de allí, en fin, la alharaca pala airaer las miradas del público, captarse sus sinlpatías y

merecer sus aplausos

Todo esÍo es conveniente hasta cierlo punto

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