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diciones de libertad política y económica, qUien puede decir lo que esto significa, en tél minos de aplicación práctica para, por ejemplo, el Paraguay? Todo el mun· do desea libertad polftica y económica para sí mismo y para todos, sin embargo, nos encontramos con la pel ver· sidad de la naturaleza humana por la que la reforma, co· mo la caridad, comienza en casa Aquel que falla en re formarse a sí mismo antes que quiera hacerlo con la so· ciedad se verá eternamente desilusionado

Debemos llegar hasta preguntarnos si la pobreza es un producto del desorden político, lo que ahora se sos– tiene ampliamente, y si el progteso material necesaria– mente crea el orden político, (sabemos que algunas veces lo opuesto ha sido la realidad) Nosotros sabemos que demasiada actividad gubernamental en la esfera econó– mica tiene efectos comprometedores de la libertad en la esfera política Así, debemos llegar a la conclusión que mientras el deseo de "buenas" reformas en latino Amé– rica es bueno -y esto parece estar en el fondo de la perspectiva norteamericana de latino América- sin em– bargo el hecho de intentar su consecusión puede causar, en el proceso, la resurgencia de una patología que fue previamente designada pala ser erradicada

Yo no deseo "sermonear" más Yo he intentado presentar los puntos de vista opuestos y los problemas que de ellos se desprenden Para concluir deseo sola. mente declarar que el <;reciente punto de vista del "Ilue. va" conservatismo en los Estados Unidos pone más bien el énfasis pa. a una feliz solución sobre el individuo, exi– giendo de él el reconocimiento de las no. mas espiritua. les, de las reglas mal ales, y los valores Ir adicionales, y

provocándole, dentlo de sí mismo, a buscar la regenera– ción moral y espiritual, ajustando su propia vida a estos fines

"El hombre", escribió O. tega y Gasset, "está siendo forzado por su propia naturaleza a buscar una superior autoridad Si logra encontrarla en sí mismo, es un hom. bre superiol; si no, él es un miembro de la masa y debe tecibirla de sus supeliores" los hombres que pierden el "freno interior", como Babbitt lo llamó, deben por lo tanto someterse a uno exterior Esperamos que éste no sea el caso aquí Deseamos mucho bien a los la tino-Amel icanos y rogamos que no nos tengamos que im– panel indebidamente sobre ellos Rogamos aún más, que ellos mismos, por sí solos, dentro de sus plopias ca· pacidades y deseos escojan la ruta mejor, y mós apio– piada, pal a ellos

CARTA ABIERTA DEL GENERAL CHAMORRO AL DOCTOR MOllNA MAVORQUlN

Managua, D N, 25 de Julio de 1961

81 Dr. Don Carlos Malina Mayorquín CHINANDEGA.

Muy apreciado amigo:

Ayer de manera casual supe que usted me había escrito en el periódico "La Noti– cia", una Carla Abierla en que se muestra sumamente enojado conmigo, por lo que pu– bliqué en la REVISTA CONSERVADORA referente a su inolvidable hermana Juanita Le estoy escribiendo esta carla porque considero de mi debel corno amigo que he sido y me siento de Ud y de toda su apreciable familia y no quiero perder tiempo en explicaI1e que al escribir corno lo hice, sobre el falleciIniento de su para mí muy apreciada hermana, no tuve el más mínimo propósito de empequeñecer o de perjudicar la personnlidad de Juanita, a quien tanto aprecié y distinguí entre mis amistades; sino que narré un hecho fal corno lo leí en los periódicos de Estados Unidos de Norte América de aquel entonces sin contradicción alguna y explicando que seguramente en ese momento de inconcien– cia por haber perdido la razón había cometido aquel acto que sólo se podía explicar en una persona que hubiere perdido la razón, y esta es una cuestión corriente que su– cede en las familias, eS decir, que cualquiera de sus miembros resulie con el juicio per– dido

Créame Carlos, que a su hermann Juanita la aprecié y estimé tanto corno usted pudo estimarla La conocí desde muy pequeñita y siempre desperló en mí gran interés, seguran\ente pqr su gran inteligencia, después, cuando ya era una señorita fue una de 1nis escogidas para mandarla a Estados Unidos de Nolie América para que junto con otras jóvenes estudiaran lodo lo necesario para que vinieran a modelar en su Patda la cultura de la mujer nicaragüense y si fracasé en mi p10pósito fue porque entró Cupido on el corazón de aquel grupo de brillantes jóvenes nicaragüenses; sin embargo mi in– terés por ellas no decayó, siempre me estuve informando, especialmente de su herma– na Juanita, a quien felicité en más de una ocasión por el éxito que alcanzaba en su pro– fesión y en varios congresos femeninos o escolares que le tocaba hablar Su porvenir era brillante Nada ha estado de mi mente más lejos que el deseo de molestar a usted o a su fmnilia o de querer empequeñecer la memoria de Ini 1nuy distinguida amiga Juanita¡ por eso pido reconsiderar su actitud y de no cometer la gran injusticia de cul– par al Partido Conservador por un acto involuntario enteramente mío y del cual le estoy dando explicaciones en esta carla

Con mis mejores deseos para los suyos y para usted y con un cordial y cariñoso saludo, quedo su amigo de siempre,

EMILIANO CHAMORRO