Page 19 - lista_historica_magistrados

This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

eauclillo,-, 11 CJ1Zilitare'-'

EN LA EVOLUCION HISPANOAMERICANA

MAGNUS MORNER

Es un hecho conocido que durante el siglo XIX ta revolución armada llegó a ser, se podría decir, una tra· dición dentlo de la política latinoamericana Pero en la mayoría de los casos estos golpes generalmente no muy sangrientos, en caso de tener éxito no han significado si– no un mero cambio de carácter personal en cuanto a los puestos políticos pr incipales Pero para efectuar seme– jantes cambios más o menos rutinarios -realizados en paises más tranqu ilos a través de votaciones parl amenta– rias o consultas dentro del mismo círculo de gobierno– exige la misma técnica revolucionaria Esto quiere decil que existen entidades militares cuyos oficiales pueden te– ner suficiente interés personal en un cambio político pa– ra tomar la iniciativa Lógicamente es un hecho que ge– nerales y coroneles siempre han ocupado un porcentaje significativamente importante de los puestos más eleva– dos como el de Presidente o el de Ministro dentro de la vida política de las naciones latinoamericanas La Junta Militar ha llegado a ofrecer .muchas veces la versión tí– picamente latinoamericana de un gobierno provisional y una forma transitoria antes de establecerse una dictadu– ra personal

¿Pero cuál es el origen de esta tradición violenta de la política intel ior y cómo se han cambiado las con– diciones básicas para el militarismo en América Latina?

Para empezar podría parecer muy natural una referencia a la Conquista española de América, proceso desde luego muy sangriento los conquistadores, Cortés, Pizarra y otros, recibieron sus altos cargos administrati– vos en los territorios conquistados por ellos mismos, pre– cisamente a raíz de sus hazañas militares Pero en rea– lidad es un hecho más significativo el que los conquista– dor es fueran sustituídos, en una época muy templ ana, por administr adores civiles enviados a América por la Co– rOna Como es conocido temía la Corona que un caudi·

110 militar victorioso construyera en un territor io lejano un poderío personal extraordinario, prefir ¡endo por lo tanto que los cargos más elevados fueran ocupados por cortesanos pertenecientes a la alta nobleza o por juris· tas sabios, categodas éstas en cuya lealtad y subordina ción se podía fiar enteramente Aunque también es cier to que los cargos de gobernadores de provincias reca· yeron muchas veces en veteranos aguerridos de Flandes y de Italia, lo que importa en esta conexión es el hecho de que fueran enteramente incluídos dentro de la admi– nistración civil y de que sus períodos administrativos fUeran genera Imente breves

En realidad el largo pedodo desde alrededor de 1550 hasta 1810, es en Hispanoamérica, lo mismo que en el Brasil, una época caractel izada sobre todo por idea– les pacíficos y por una administración burocrática y civil Es algo independiente de que siempre existiera en las

colonias españolas y portugueses la amenaza de una in– vasión extr aniera o de una rebelión indígena o de es– clavos Dado que las pocas tropas regulares disponibles no eran suficientes más que para reclutar las guarnicio– nes necesarias, los habitantes de las poblaciones españo– las y portugueses costaneras tuvieron que tomar, muchas veces, las armas para tratar de defenderse contra filibus– telaS y otras expediciones navales extranjeras En otras partes, en el intel ior, las luchas con los indios salvajes constituían un fenómeno casi tan cotidiano como para los colonos de 'as películas norteamericanas de "Wild West" Pero durante mucho tiempo la organización de milicias siguió teniendo un carácter muy provisorio Cuando los títulos militares abundan en la documentación inédita de la época, es un fenómeno más bien relacio– nado con la escasez financiera de la Corona y no con una abundancia de verdaderos oficíales militares porque, durante la época colonial, casi todos los cargos impor– tantes, sean de carácter civil, eclesiástico o militar, fueron en la práctica reservados para los peninsulares los crio– llos americanos, en cambio, tuvieron que contentarse con la posición social que pudielon alcanzar a raíz de su abo– lengo o de su posición económica Pero la situación fi– nanciera de la Corona fue siempre pr ecaria, razón por la que se vendieron cargos y títulos en escala sumamen te considerable

De esta manera, también comerciantes y terratenien tes bastante pacíficos pudielon satisfacer su vanidad con la adquisición de algún título muy marcial, pero sin mu· cha significaci6n real Por lo tanto el 01 ¡gen de uno, por lo menos, de los ingredientes del militarismo latinoame– ricano, la vanidad de ostentar, títulos altisonantes, se po– dría situar en el siglo XVII En nuestros días podemos ver, por ejemplo, cómo en la República Dominicana pue– de haber hasta dos personas ostentando el título extra– ordinario de Generalísimo

Abarcaban también las reformas borbónicas de la segunda mitad del siglo XVIII en Hispanoamérica una reorganización y un aumento considerable de la defensa colonial Al mismo tiempo que incrementaron las tropas regulares, las milicias también recibieron una organiza– ción mucho más estable que antes, en parte con la ayu– da de pequeños cuadros de oficiales y de soldados regu– lares En el año 1800 había por ejemplo en la Nueva Es– paña una fuerza de defensa constituída por 6,150 hom– bres pertenecientes a tropas regulares y alrededor de 24,000 hombres organizados en diferentes cuerpos de milicias Es importante observar que los miembros de las Fuerzas Armadas, súbitamente aumentadas, de acuerdo con las condiciones existentes y prescritas en España a partir de fines del siglo XVI, gozaron de ciertos privile– gios de naturaleza jurídica, el llamado Fuero Militar. To·

-17-

Page 19 - lista_historica_magistrados

This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »