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NICARAGUA

GENERAL WILLlAM TECUMSEH 8HERMAN

Cuanclo el CapiJán WILLIAM TECUMSEH SHER. rnaN, quien llegó a ser el famoso General Shelman de la Guerra Civil, pidió licencia del Ejército para eufrar al negocio bancario con la firma Lucas, Turner & C>, ' do San Francisco, hizo el viaje de New Orleans a esfa ciudad por la rufa del Río San Juan, recién abierfo a la navegación mundial.

En su libro "Recolleetions al California, 1846– 1861", libro que fue considerado por Mark Twain, co–

n10 un espléndido frabajo que había leído muchas ve– ces, cuenfa el enfonces Capifán SHERMAN:

"A fines de Febrero Ide 1853) despaché, mi fami– lia.a Ohio en el vapor "Tecun1seh" al mando del Ca– pitán Pearce, dispuse de mi casa y de mis lnuebles¡ enfregué los fondos, los haberes y los documenfos de la oficina al Mayor Reynolds, y fomé pasaje en un vaporcifo para Nicaragua en viaje a California Me embarqué en los primeros días de Marzo y en siefe días llegamos a Greyfown (San Juan del Norte) donde noS reunimos con los pasajeros procedenfes de New York, y seguimos, por el Río y Lago de Nicaragua ha– cia el Océano Pacífico.

"El río esfaba basfanfe seco, y los vaporcifos ca– naleros, cuafro en fofal, se varaban con frecuencia, así es que los pasajeros se fenían que mefer al agua para ayudarles a pasar los raudales Eramos por fados cer– ca de 600 pasajeros, de los cuales corno 60 eran mU– jeres y niños En cuairo días llegamos al Castillo, don– de hay una verdadera cafarafa, allí pasamos a un trencito por un corlo frecho, y arriba de esfa cafarafa nos embarcarnos de nuevo en un vapor más grande, 01 que nos llevó el resto del río y a fravés del bellísi– mo Lago de Nicaragua, fachonado de islas volcánicas Desembarcamos en la bahía de La Virgen, y airavesa– r.'.os en Irmlas el Isimo hasfa San Juan del Sur, donde estaba anclado el vapor "Lewis", creo que al mando del Capifán Parlridge

"Los pasajeros eran cargados en hombros por na– tivos hasfa los pequeños bofes que los llevaban al "Lewis" El calor era infenso y se formaba una verda– dera arrebatiña por camarofes, especialmenfe por los que habían sobre cubierfa Yo logré llegar hasfa la oficina del Confador, compré mi bolefo para una cazna on uno de los mejores camarofes y, cuando me reti– raba de la venfanilla, una señora que había sido com– pañera de viaje desde New Odenas, la señora , me pidió que consiguiera para ella y ofra amiga suya aCOlnodamienfos sobre cubierla, diciéndozne que los de abajo eran insoportables Le hablé al Confador. el que, en eSOS momenfos, aturdido por las genfes y el bullicio, me dijo: "Debo poner sus nombres para las otras dos caznas en su camarofe, pero fan pronfo co– mo pase esfa confusión, haré los cambios necesarios para que usfed no sufra" Tan pronfo corno las dos mujeres (:>bfuvieron sus holetos fomaron posesión del canlarofe y me dejaron fuera Sus nombres fueron inscrifos así: "Capitán Sherrnan y señoras".

"Tan pronfo como las cosas Se calznaron, le re– clamé al Confador, el que al fin me dió acomodamien– to, junto con afros cinco compañeros, en un camarofe más amplio sobre cubierta, para que así, "mis seño– ras", fuvieran el suyo para sí A la hora de las comi– das el Mayordomo se me acercaba y me decía: "Ca– pitán Sherman, quiere pasar con sus señoras al come– dor?" y allí nos fenía preparada la znejor mesa del barco

"Esto duró duranfe todo el viaje y puedo asegu– rar que "mis señoras" fueron de las mas honesfas y mejor parladas de fl bordo, maS algún tiempo después

de haber llegado a San Francisco, uno de znis compa– ñelos de viaje, zne preguntó si yo conocía personal– mente a la señora , de rubias frenzas, que tan dulceznenfe canfaba y que había venido bajo mi especial cuidado Le respondí que no la conocía per– sonalznenfe, znás que con10 una pasajera a bordo. con quien había fenido una ligera conversación en la que me había dicho que esperaba encontrar a su znarido que vivía en Mokelume Hil1 Fue entonces que esfe amigo me informó que ella era una mujer de znundo La sociedad en California era enfonces una verdadera mescolanza 1"

A su llegada al Golden Gaie, el "Lewis", debido a una espesa neblina encalló en los arrecifes de Duckworth, en la behía de Baulinas, a 18 millas de la entrada a San Fl ancisco

Después de lBcuperar su equipaje el Capitán Sherman buscó al Mayor Turner y al General E A Hitchcock, sus nuevos socios coznerciales, hasfa que los enconfró en la fonda de Mrs Ross en Clay Sfreet, cerca de la calle Powell

"Me alojé con ellos", continúa diciendo el Capi– fán Sherman, "y comencé a hacer znis esfudios con miras a una decisión sobre si era mejor probar esfos nuevos e inexplorados C8.1npos de la banca, o regresar a New Orlenas y seguir en lo que ya fenía: una buena carrera en el Ejército"

La Hisforia sabe cuál fue la decisión final del Ca– pitán Sherrnan Unos pocos años después de probar los "nuevos e ülexplorados campos de la banca" en San Francisco, reasuznió su carrera en el Ejércifo y se llenó de gloria en una guerra que llegó a definir co– zno "el infierno" "The war is hell", dijo

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