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I sic 1 las amplias y prácticas insfrucciones acordadas por la !'>samblea a los RepresentanÍes de Nicaragua en la DIeta que por entonces se reunió para tratar de la reconstrucción de la unidad polüica de Centro Amé– rica El prin"lero de esos actos acusa un adelanto po– sitivo en nu~stra l':l~islación, meri~OI:io y ho~roso para cuantos en el parhclparon Ese Codlgo dUlo en vigen– cia por largos, larguísimos años, lo cual es un buen argumenlo en favor de su oportunidad y sabiduría Las instrucciones prueban que el verdadero partido conservador de Nicaragua, que en los negocios del Es– tado ejercía una influencia no en verdad prepósita, pero sí de mucho peso, no sólo no era adverso a la reconstrucci6n del edificio derribado de la patria, sino que la favorecía eficazmente, y don Patricio Rivas, Director provisional, era de los principales miembros de ese partido. Mienfras tanto, cabe la observación de que es preciso que hayan adornado excepcionales cualidades al ciudadano que. en aquellas circunstan– cias azarosas, mereciese la confianza general

Volvenl.os a encontrar al señor Rivas, en 1845,

sirviendo un destino relativamente subalterno, el de Administrador de la Aduana de San Juan del Nocle Era a la sazón Director Supremo don José León San– doval de quien había sido colega en el Senado Había entonces tres Aduanas, la de San Juan del Norte, la del Realejo, y la de San Juan de la Concor– dia, de reciente creaci6n Ninguna de ellas producía rendimientos de importancia. Verdad es que el co– mercio extranjero el a insignificante. Nuestros frutos exportables, limitados a cueros, pieles, añil, y otros pocos artículos en corta cantidades, representaban escasos valores, y las vías de comunicación en el inte– rior eran difíciles y no enterarnente seguras Nin– guna línea de navegaci6n hacía escala ordinaria en nueEtros puertos, y la carga nicaragüense era despa– chada y recibida con bastante incertidumbre, por lo cual y por los frecuentes trastornos del país, no exis– tía, ni podía existir el crédito, que eS uno de los más poderosos propulsores del comercio Agreguemos la falta de leyes fiscales adecuadas, pues hasta allí no había sido posible plestar a las aduanas toda la de– bida afención, en una situación que apenas si tenía de permanente el ser iustable y precaria; pongamos todavia en la cuenta la constante lnolestia inglesa y el contrabando, y este enorme cúmulo de lazones quizás nos de satisfactoria explicación del por qué del insignificante rendimiento de la renta de aduana

Se imponía en primer término la necesidad de empleados idóneos, inteligentes, probos, que las ad– ministrasen con diligente celo, que tocasen y palpasen la naturaleza y dificulíades de su servicio, que fuesen capaces de auxiliar en la implantación de método en este, y que mediante una VIgilancia eficaz, enfrena– sen el contrabando que carecía caminar sin rienda, El Director Sandoval escogió a don Patricio Rivas pa– ra cOlJ.fiarle la de San Juan del Norte El señor Rivas, como hemos visto, era personalidad conspícua en el partido a que pertenecían él y el Director, y el com– pailerismo e nal Senado debe de haber dado ocasión a que ambos pesasen los quilates de su respecfivo va_ lor Era claro que aquel nombramiento no obedecía a indebida preferencia personal, sino que cOn él Se deseaba aprovechar los servicios del señor Rivas para ievanfar la renta o para fundar la convicción de que de eUa nada debía esperarse

En el estado de su primer cuatrimestre de admi– nistración, que publicó el "RegisÍl o Oficial", corres– pondiente al sábado 26 de Jl.mio de 1845, No. 23, monta el rendimiento de la aduana a $ 17,44696,

equivalente a $ 4,361 74 por mes, dejando en los cua– tro meses un saldo en contra de 2 centavos En el segundo cuatrimestre, cuyo estado publica el mismo "RegisÍlo Oficial", No 37 del sábado 4 de Octubre si– guiente, el rendimiento bruto fue de $ 25,223 55 que clan por mes $ 6,305 88 con un saldo de $ 1 01 des– pués de haber trasladado en metálico a la Tesorería general $ 5,657.23. En el cuatrimestre anterior. la traslación en metálico a Tesorería fue de $ 1,34557.

Agradable impresi6n parece haber causado al

Gobierno, y seguramente al público en general, la me· jora de que daba prueba la Aduana de San Juan del Norte, mejora halagüeña, que plomefía mucho lnás

par~ en lo de adelante Oigamos lo que eclitOlialrnen– te dIce, en su mismo número el peliódico citado

"HACIENDA PUBLICA"

"Los aumentos de ésta en la Aduana Marítima ::del pueqo de Saz; Juan dol Nade, son admirablos "En los anos antenores, el produc1o anual, según los estados, que presentaban los funcionarios de ella no ::pasaba de treinta a cuarenta mil pesos, y en el pre– "sente qu~ la adminislran los seilores Patricio Rivns "y S>;iturn¡no Reyes, ascendió el primer cuatrirnesl!e, "coplado en el No. 23 de esle peri6dico a $ 17,44696,

en el segundo, que se inserta a continuación a ::$

25,223 55, Y por justo cálculo, el tercelO l1~ga},i, a

16,00000, de suerte que unidos todos los produdos "por fin del conienfe año, montarán·a $ 57,770.47

" "~E! intr?ducci6n de buques es la misma, pero no la vlgtlanCla y el despe=dimiento de todo interés "particular que acreditan aquellos buenos funciona– "rios Los estados mensuales y de cuatrimestre de in– "gresos y egresos. los de introducciones de buques los "de importaciones de efectos extranjeros, los de' ex– "poriaciones de frutos y efectos del país, las remisio– "nes de manifiestos, las representaciones en pro de la "aduana marítima, sobre los esfuerzos que hacel~ al– "gunos comercianles extranjeros para no pagar los "justos derechos que se les exigen por el Adrninisira– "dor, promoviendo cuestiones infundadas que pugnan "con la sana razón, el parle dado sobre un comiso "de tabaco americano y hachas que el extranjero "Morteo había ocuHado en el río de Sarapiquí, y las "que tienden a las mejoras del puerto y de sus leyes "reglamentarias, dan idea do que aquellos ernpleados "tienen en mÍla cu=plir con sus deberes intenfando "los medios que estén a sus alcances para conseguir "la destrucción de tanio abuso que concluyera COIl. es– "te impodante fondo del tesoro general

"Pasando a la aduana marítima del Realejo in– "formaremos que mediante una orden del Minisleria "de Hacienda ha podido mandar el Administrador lOE "estados mensuales de Junio, Julio y Agosto, y el in "greso que ha tenido en tres meses, asciende a dos "cientos sesenta pesos treinticinco centavos, pues aun "que en realidad consta de cuatrocientos cuarenta pe· "sos, veintidos y dos cuados cenlavos, no es productc "del puerto la cantidad de cienlo setenlillueve pesos "ochenfisieie J,

dos cuartos centavos, que han trasla "dado a la A uana otras Tesorerías Es sorp'lendente "a la vista del Gobierno que el Realejo solo puede "producir, por un cálculo aproximado, de uno do¡ "mil pesos anuales, y a dos puntos atribuirnos estE "falta, a que los buques no arriban por faHa do co "merciantes con quienes se puedan contratar sus cal "gamentos, o a que los funcionarios no cumplen COl "su deber, tolerando el contrabanclo, que es lo qu. "desh uve las renfas públicas

"Sobre todo, el Gobierno se ocupará de dictar me "didas serias para levantar aquel ra1\1.O hasta ahon

., desorganizado "

Adolece de un error de suma y de un error d. cáculo el artículo que anlecede del viejo e ingenuo Registro Oficial, pero esos errores son de menos y n. de más, y no perjudican el distinguido mérito que ",1 canzaba el señor Rivas con su servicio en la AduanE Mientras tanto ese artículo, que lo ensalza y enaUece bastatia él sólo a darle derecho a un alto puesto en l. consideración pública, porque en realidad justarnent la merece, por haber demostrado prácticamente la posibilidades de una renta desde enfonces cada ve más importante, hasta llegar a Ser la primera del E¡ tado

Cuando el año 1847, el inglés, el hoy "soi disant

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