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« Previous Page Table of Contents Next Page »desprovisfo de escrúpulos, especie de proc6nsul de los :tiempo romanos, género que reaparece siempre que hay que oprimir pueblos, constituído en nuestro iira– no omnipotente, lleg6 en sus incalificables avances, hasta a dividir por edicto, emanado de su soberana voluntad, el territorio de Nicaragua en dos porciones, de las que adjudic6 al improvisado "reino mosco", la más extensa, más rica y mejor situada El agreste y desnudo cacique reinaría allí, y en su nombre el pro– c6nsul dicho, y afro inglés que hacía corno de Resi· dente o procurador Impelial Guay de Nicaragua si tratase de cuesiionar esta ridícula pela sangrienta far– sa!
Sin embargo, ocupado San Juan del Norte por los usurpadores extranjeros, Se les opuso resistencia n~ate
rial en el Río de San Juan, porque eso sí, hasta enton– ces y por mucho iiempo después, el nicaragüense re– chazaba la agresión extranjera, sin pararse a contar el número de quien la intentaba, ni arredarse por el tamaño de su poderío. Fuimos a la verdad derrota– dos, pero no vencidos, ni menos abochornados por la derrota, pues que mucho que un individuo de múscu– los fornidos, corazón empedernido, espíritu brutal, no atropellase a una débil criatura que pugnase por de– fender lo suyo contra violento despojo? Y por olra parte, aquel era el mismo enemigo con quien se ha– bían batido vic:!oriosarnente nuestros padres en el mismo Río de San Juan
Hizo alto el agresor en el archipiélago de las islas del Lago de Granada, desde donde nos impuso BUS
condiciones Entre estas se contaban la de que no mo– lesiaríamos los dominios de la protegida "majestad mosca", y la de que la cuestión principal referente a los derechos que sustentaba Nicaragua, se trataría en Inglaterra direetamertte con el gobierno inl;{,1.és. Man– d6 Nicaragua expresamente una legación a ese efedo, pero con desalentadora sorpresa de este Gobierno, no fue recibida, alegándose, después de largas y fastidio– sas demoras, el peregrino e insultante pretexto de que hasta tanto que no apareciese en est país un Gobier– no responsable, el Gobierne británico no abriría rela– ciones diplomáticas con Nicaragua
En situación tan absurda como inesperada, con– sideró oportuno el Gobierno nicaragüense solicitar el apoyo moral de Gobiernos que podia atreverse a lla– mar amigos Pero en vano puso en práctica eSe plau– sible recurSO Francia, que, al principio pareció alen– tar nuestras esperanzas, al cabo nos desechó trisie– mente Holanda, cuyo favol' invocamos en seguida, nos lo negó también Igual resultado tuvo nuestra gestión en Bélgica. A todos esos Gobiernos se les in– sinuaban ventajas en la ruta Interoceánica de este país, sabiéndose bien que para todos era un gran ali– ciente· pero la influencia inglesa era a la sazón in– contra'stable, Inglaterra, mediante el "protectorado mosco", creía tener seguro ese Isimo, objeto de su in– memorial codicia, y no iba a permitir que se lo dis– putase nadie
Ocurrió entonces nuestro Gobierno a los america– nos; pero por desgracia, el Teniente Monroe, que hoy por hoy se pasa despabilado, en :traiándose de asun– tos interoceánicos, y de los que a su juicio favorecen o contrarían sus planes y sueños imperialistas, por en– tonce)s dormía profundamente, y no se curó de nues– iras urgentes instancias De su sueño sólo comenzó a despertar, cuan,do adquirió la California, y desc\.lJ:;>rió sus fabulosas hquezas, y que el Istmo CentroamerIca– no era, por Nicaragua, una de las vías i:nás .~rac:!ica
bIes, cortas y ventajosas para la comUIllcaClon entre los Estados de la Unión situados del lado del Atlán– tico, y la nuey~ adquisiciól~, situada a o.rillas d~l Pa– cífico Grandlslmo fue el exodo yanqUI por NIcara– gua en dos' 'corrientes confrapuesias, una que se diri. gía 'al Sur y otra al Norte, según que los ávidos bus– cndores de oro, iban o volvían del nuevo "El Dorado".
En. resumen, la per~ecuci6n inglesa de qUe los nicaragüenses hemos sido objeto, comenzó en el siglo
XVII, siendo nuestros padres colonos de España, y fue ayer no más que llegó a su térrnino, no, sin que, co– rno por despecho" n:uestro perseguidor gratuito, alias defensor de los debIles, nos dejase a manos de otro igualmente codicioso y sin escrúpulo
Pero es la última parte de la vida pública de don Patricio Rivas la que ofrece mayor interés histórico pues en ella, por circunsiancias inesperadas, atraída~
y favorecidas por su notoria y bien merecida reputa– ción de hombre bueno, moderado, culto, puro e inte– ligente, le tocó el desempeño de un papel dificilísimo en el escenario en que era principal actor, el diestro' activo y as1u10 filibustero Willia= Walker, y se higa: ba, no sólo nuestra vida política, sino también la libertad y la vida de nuestra raza en Centro América Por el infausto Tratado de 23 de Octubre de 1855, fu~
designado el señor Rivas, Presidente Provisional por catorce meses, ténnino en que se quería suponer que el país se reorganizase, sin percatar que al menos una de las partes a la contienda civil que había venido debatiéndose, no previese que aquel instrumento sería simplemente el diníel bajo el cual Se pasaba a un nuevo período de terribles pruebas y desastres, en vez de paz y de concordia, de trabajo y bienestar
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Al darse noticia de la vida y hechos de un ciuda– dano eminente, natural es que se pongan también de manifiesto los rasgos, siquiera sólo sean los principa– les, de su fisonomía física y moral y de su carácter, preseniándolo como si dijéramos, de cuerpo entero, en cuanto sea posible, a la pública contemplaci6n, para ayudar, en cierto modo, al criterio del lector
Era don Patricio Rivas, de raza blanca, estatura mediana, delgado, quizás, en su juventud, sin llegar a grueso en su edad madura, barba cerrada, que casi siempre llevaba corta, parco de palabras, lo que le permitía formar íntimas resoluciones, a las que acos– lumbraba adherir firmemenie, en el tra:to ordinario era suave, cariñoso y atento, y en su comportamien–
io, ya como individuo pariicular, o corno servidor pú– blico, puro e inmaculado, en su semblante podía per– cibirse con facilidad, la benevolencia, la moderación y la modestia, y coronaba todas estas prendas una in– teligencia clara y despejada Exento de vicios, sus ra– tos de ocio, si los tenía, los dedicaba a la lectura, y su favorita diversión consistía en pasear por las calles, montado en buenos caballos, entre tardes Perteneci6 en polí:tica al grupo de hombres beneméritos que se formó en fuerza de las circunstancias en la memora– ble época de aguda anarquía de nuestra revolución política y social En ese grupo se contaban Ponciano Corral, Fru:to Chamorro, José Leórt Sandoval, Fulgen– cio Vega, Macario Alvarez, y airas varones ilustres que pasaron lay! "con~o el agua de los ríos y no volverán
janlás!"
No nos es posible fijar con exactitud el año en que comenzó a tornar parte en los negocios públicos del país, acerca de lo cual, la primera consiancia au– téntica que encontran~os se remonta a 1839. En ese entonces lo hallamos ocupando un asiento en el Se– nado. La Cámara de Representantes lo eligió en 15 de Mayo, Director interino, esto es, jefe del Poder Ejecutivo, en lugar de don Joaquín Cossío, que 9Cu– paba ese alto puesto, como Vice Jefe que había sido bajo el régimen de la anterior Constitución, y en sus– titución del Benemérito don José Núñez. El señor Ri– vas permaneció a la cabeza del Poder Ejecutivo desde la fecha referida, hasta el 3 de Julio siguien:te, día en que Se 'inauguró como Director en propiedad el mis– mo señor Cossío, :también por elección de la Cámara de Representanfes
Volvi6 a ocupar su asiento en el Senado y en 27 de Agosto d", 1840 fue nuevamente llamado al ejerci– cio provisional del Poder Ejecutivo. El primer Cadigo Penal que se decret6 en Nicaragua lleva el Execuatur (sicl del Director Rivas, también tienen su Execuatur
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