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el General Jerez La sinfonía " . Ua-no le delaba Un

Pero anÍes de iniciar una campaña semejante, convenía implantar en Nicaragua un nuevo orden de cosas, derrocando a Mamnez aliado de Carrera

La bandera de la unidad ondeaba al viento de la vicioria sin miedo a los inveterados separatistas, y era Jerez eí encargado de enarbolarla en el Palacio de Managua.

Para esta empresa le dió Barrios mil quinientos hombres y cuantos elementos bélicos podía necesitar

Se contaba en el país que iba a invadirse con un partido inmenso, el mismo que acababa de sucumbir en las urnas

Martínez no tenía ejército, estaba despresfigiaclí– sima, los pocos soldados que podía enfrentar a Jerez no le eran adicios: todo en fin, parecía preparado pa– ra su caída

Sin embargo, veamos lo que sucedió

El General Jerez, en vez de invadir inmediata– Inente, gastó un mes en Chol~teca donde ,casi ac¡;¡bó ,con su caja de guerra, los an1.lgos que tenIa en l'hca– ragua, fastidiados de ag~ardarle en la fror;.tela, se vol– vieron a sus casas, MartInez tuvo lugar SI no de pre– pararse como era necesario, al menos de recobrar la serenidad que por un momento le había hecho perder aqu.¡ll ataque inesperado

Por fin se mueve el General Jerez, llega a León con tropas muy superiores en nÚlnero y disciplina a las que tenía Martínez; se empeña un ligero fir:oteo, y el "LeóI+ del Istmo", sin saber nadie por qué nI cóm.o, queda completamente derrotado

Esto sucedió el 29 de Abril de 1863

Los vencedores mismos no se explican su misma victoria Imposible adivinar las causas que produje– ron tan espantosa catástrofe aPor qué h~ían las ague– rridas legiones de Coalepeque ante los Inexpertos re– elmas de Malagalpa'?

Parecía aquel descalabrC? la obra de gen~os malé– • ficos ,conjurados contra la unldad centroamencana

Es la "mala estrella" de Jerez, vuelven a decÍl los astrólogos politicos

Pues bien, lo que ha pasado nada tiene de sor– prendente Los genios rnaléficos, la estrella enemiga,

se llan1.al"l:

Tiempo perdido en Choluteca;

Impresión caracierística de un jefe entusiasta,

General López "Cutacha";

Desfile del ejército en frente 0_01 enemigo desde los Mamayes hasta Subfiava

El General Jerez no podía vencer en San Felipe el 29 de Abril de 1863, porque "dos y dos no hacen cin-

co"

Sabido es 10 que siguió después El desastre de León fue el comienzo de las desgracias de Banios La reacción hiunfó en toda la línea, los restos del libera– lismo deshecho buscaron asilo en Costa Rica.

Alli permaneció Jerez hasta que la amnistía de

1857 le permifió volver a Nicaragua

Cuando regresó a su país fue recibido corno un vencedOl El Presidente Guzmán le colmó de :,t.1encio– nes, uno de sus más íntimos amigos, José María Zela– ya, entró a fonnar parie del Gabinete de 186!?, casi to– dos sus adictos obtuvieron buenas coloCaC10C1.eS, su

influencia en los consejos del Gobierno ela notoria 'l el mismo dice ahora que le llamaban el "Ministro ~i

Cartera" n

Cualquiera habría pensado que estaba satisfecho, pues nada de eso cionalista" zumbaba en sus oíd05 y instante de reposo

Los maríinistas caídos que deseaban reCUperar el poder perdido, se apercibieron de lo que pasaba en el

alm~, conturbada de Jerez y supieron aprovechar la

ocaSlon

No se comprende, en verdad, cómo aquellos horn bres tuvieron valor de acercarse al "León del Istmo': con el organillo de la "nacionalidad" en la mano, pe ro se comprende menos todavía cómo el "León" escalO dado pudo prestarles oídos -

Los mismos que seis años antes combatieron a mueríe la unidad de Centro América; los que habían hecho mofa de esta noble idea y de su abnegado após fol, los que entregaron a Gerardo Barrios, los anHguo~

alguaoiles de Carrer~ y Aycinena¡ ~os que habían teni. do a Jerez cuairo anos en el desherro, fueron a bus

carl~ para fro~onerle una alianza monstrll05a qU~

debla sel e mas hornble y nefando contubernio

Martínez, Cortés, Selva, Mayorga, todos los hom_ bres de 1863 firmaron sin pararse en barras un henno– sísimo programa de reformas liberales, y el General Jerez quedó satisfecho

Aquel programa era a los ojos del cándido caudi_ llo una cadena inquebrantable con que ataba para siempre a su carro alIaba reaccionario: le había pues– to un bozal y ya no podría morder Cuánta inocen– cia!

Tentado estoy a creer que esa ocasión no se pen– s6 mucho en la unidad de Centro América, porque es imposible itnaginarse un momento más inoportuno para intentarla Cerna mandaba en Guatemala Due– ñas en El Salvador y Medina en Honduras La' situa– ción creada por Canela en 1863 sólo había. cambiado en Nicaragua

Con todo el General Jerez no vaciló en lanzarse a la revolución, y el 26 de Junio de 1869 se apoderó del cuariel de León

El Gobiell'IO de Guzmán, derrotado en los prime– ros encuentros, eslaba casi perdido La rebelión avan– zaba a paso de carga, pero mientras se peleaba en Melapa y Nagarote, en León se conspiraba sin descan– so contra el n1.a1 aconsejado caudillo que daba arntBS

a sus plopios enenLigos

Para observar de cerca aquel centro de intrigas bizantinas, se ve obligado a abandonar el campo de operaciones. Entretanto el General Bonilla a quien de– jara encalgado el mando en jefe del real de Jinoiepe, lanza imprudeniemenie el ejército sobre Niquinohomo y sufre una derrota completa que fue decisiva para la causa de la re,,01uci6n

Los dispersos que llevaron la noticia al Cuartel General, sembraron el pánico en toda la línea ocupada pOl los insUlrec!os La trist~ nueva cayó en León co– mo una bomba, pero los mariinistas, lejos de perder la cabeza, tratan de aprovechar aquel instante de su– prema angustia para deshacerse de Jerez, y a fe de que lo hablian conseguido, si éste, al ver el abismo abierto bajo sus pies, no ajusta con Guzmán el conve– nio de Pueblo Nuevo que fue una verdadera capitula– ción

El elerno soñador despertó azorado, y con su acoS– tumbrada franqueza reconoció, con"lO siemple, "que se había equivocado: que Guzmán profesaba los mismoS principios que él", y por úliimo que en seis años, los

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