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segundo en segundo golpeando los corazones y las almas para aumentar su fuerza o su podedo, y

de no ocurrir desviaciones transitorias de que la humanidad sería hoy completamente diferente de lo que es. Las fuerzas espirituales no podrán ser detenidas, pero como un hecho real que debe reco– nocerse es que tales desviaciones retardan la llegada plena de la paz, y nos hacen vivir días de an– siedad y de inquietud.

No podemos negar que la humanidad ha buscado siempre que todos estemos cobijados por una sola bandera. Alejandro Magno, Julio César, Napoleón Bonaparte, Stalin y otros más, pensa– ron llegar a esa finalidad, pero por el camino del hierro, de la opresión, de la fuerza, del sometimien– to, o aún más, por el camino de la esclavitud. Ninguno de esos /lomados Grandes Conquistadores pudo construir obra perdurable, pero es de observar que aun en medio de la fuerza y del estruendo de las armas que aquéllos guiaron, siempre perduró, talvez humilde, talvez paciente, la fuerza espi– ritual que nos vino mediante la señal que marca el camino de fa paz, por medio de la palabra de Dios. En el curso de los dos últimos siglos ocurrió una de esas grandes desviaciones espirituales que nos apartan def Camino de la Verdad. Esto sucedió cuando se ideó y se clasificó al hombre como in– dividuo, y no como miembro de la sociedad o de fa humanidad y cuando baja ese concepto se afir–

mó que era el centro de toda la creación yero fa única personalidad a que debía rodearse de todas fas prerrogativas. Y de aquí emanó una doctrina egoísta e individua/ísta, que consideró al hombre co–

mo la única entidad con todos los derechos, y así surgió el lema de "Libertad, Igualdad y Fraterni– dad", que no cumplió con la misión que engañosamente contiene en el enunciado de sus pafabras, porque se fundamentaba en la base falsa de considerar al !i6mbre en forma individuaf y aislada. Esa desviación produjo el llamado UBERALfSMO, que según su naturaleza es esencialmente egoísta

e individualista. La humanidad en su devenir, ante la reafidad del fracaso de ésto doctrino, ha de– purado ese error y el Liberalismo, 01 día 'He hoy, no es más que un incidente de épocas posados. El error de eso desviación cometido por esa doctrino llamada Liberal, fue reconocido con toda claridad

y se comprobó que el hombre no puede ser tenido como entidad egoísta e individual, sino que for–

mo porte de un gremio, de una sociedad, de una entidad mayor. Entonces vino lo reacción y se

produjo la otra desviación, la doctrina comunista. La doctrina socialista no es ni puede ser transfor– mación del libera/ísmo, cuyo base esencial es el individualismo, sino antes por el contrario, es una reacción contra la doctrina liberal, una regresión al punto en donde la humanidad se encontraba cuando nació aquella llamada doctrina liberar. La humanidad, por culpa de esa doctrina liberaf, per, dió siglos en su avance y en su desarroffo; y hoy vemos que los llamados sindicatos, cooperativas, asociaciones, etc., no son otro cosa sino regresión a entidades similares gremiales que existían antes de la ponderada Revolución Francesa y que fueron abolidos por el Liberafismo. El Liberalismo ha si– do así un paréntesis en la vida de lo humanidad y seguir hábfando hoy de doctrina /íberal es hablar del pasado y es desconocer la historia.

En Nicaragua, naturalmente, estamos relacionados con los ambientes locales, y aquí pode–

mos, afirmar que la doctrino liberal, aunque siga llamándose así, ya no existe, puesto que las leyes y

el movimiento están enderezados hacia leyes y movimientos de gremios, que refegan 01 individuo, basQ y esencia de fa doctrina fiberar.

Pero así como la doctrina Liberal fue una desviación de la humanidad, un paréntesis en

el verdadero avance de la Humanidad con el basamento falso de la mal ffamada "Libertad, Igual– dad y Fraternidad", tenemos ahora otra desviación de la Humanidad, ocurrida en los tiempos ac– tuales y que es tema de todos los periódicos, de todos los políticos y estadistas y de muchos libros y

estudios. Nos referimos af COMUNISMO, o sea a la actuaf desviación ideológica sufrida por fa Hu– manidad en los últimos años. Comentar o refutar la ffamada doctrina comunista, en detaffe, sería tarea que nos llevaría más aflá de los límites de este artículo en Revista Conservadora. Tenemos que tomar al Comunismo en sus grandes lineamiento, en su gran aspecto de conjunto, en su tendencia

o línea general. El Comunismo busca la expansión universal, busco el dominio mundial, pero no lo busca por la fuerza de una idea, sino que quiere implantarlo por medios viofentos. La bomba, la revolución, los gofpes de Estado son el preámbulo, 'i tomada una posición, el armamento, el equi-

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