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y el alma se golpeo Mientras afuera el

y las mismas fuerzas de la naturaleza que el homb/é primitivo adoraba sin comprender–

las en el trueno y en el fuego, el hombre moderno las adora en la electricidad y lo energía ató–

mica también sin comprenderlas.

DESDE el microcosmos al macrocosmos, toda la creación nos revela la infinitud de Dios.

'y' debemos contemplar todas los cosas como símbolos y figuras, como fotos de Dios Nó como cosos que valen por sí mismas, para ser poseídos y gozada~ por sí mismas

Poseer a Dios es desprenderse de las cosas Desprenderse de las cosas es abrazar a Dios

y sólo a Dios se po.see. Si veo uno cosa que me gusta y la compro, no por eso la poseo Aunque puedo regalarla o venderla, no la he poseído Ella habrá permanecido inviolada, por– que nuestra facultad de poseer está en lo más intimo de nosotros, allí donde ninguna cosa ex– terior puede llegar. De ahí la profunda insatisfacción de todos los que poseen cosas. insatisfac– ción que no pueden calmar nunca (tan sólo exacerbar) por más cosos que posean.

Hay como una invisible pared de vidrio entre' nosotros y las cosas

y golpea contra el vidrio como una mariposa, sin poder llegar hasta ellos.

mundo exterior siempre nos sonríe intacto, inalcanzado

T empaco podemo,s poseer a las persona; que amamos. Ellas pel manécen invioladas en su más profunda intirr;idad, como también nosotros. Aun entre el esposo y la esposa hay una separación que no desaparece, una intimidad qUf: no confunden. No se asimilan el uno al otro

como quisieran. No hay sino una ilusión de unión

Sólo a Dios se posee. Porque El es el único que tiene acceso a nuestro interior, que es donde podemos poseer y ser poseídos. S6/0 El tiene la lIavo de nuestro ser

Porque El no entro por fuera, sino que entro por dentro, burlando los fosos y murallas de nuestro castillo interior, por pasadizos secretos que comunican con El.

y podemos juntarnos o El sin salir de nosotros. Más aún: s6/0 podemos juntomas o El estando dentro de nosotros mismos.

¿Pela entonces no podemos poseer nunca.o las criatlllas? Eso nos atO/mentaría por to–

da la eternidad, porque e/ recuerdo de ellas no lo perderíamos en la eternidad, sino que en todo coso se nos avivaría, -/ e;taríamos eternamente atormentados por el recuerdo de aquello qué nun–

ca poseimos. Si podemos poseer todas las cosas, {Jero en Dios. Poseyendo o Dios poseemos to– do, pOlque El posee todas los cosas. Todas las cosas salie/on de Dios y volverán a Dios en Cris– to. "Cuando yo sea levantado en alto atraeré hacia mi todas las cosos", djio Cristo. y cUClndo todas las cosas sean atraídas a El serón atraídas a mí, porque El es mós yo que yo mismo, El

es mi mós profunda intimidad.

Pero para ello tenemos que renunciar a todas las cosos. Por eso dice San Juan de la

C/Uz que el camino para poseerlo Todo es el Desposeimiento

y mientras tanto somos como pájaros encerrados en un apartamento' golpeándose cón–

tia la pared de vidrio del living-room. Viendo enfrente de ellos un panorama de luz al cual no pueden salir. Así nos estrellamos nosotros contra las criaturaS, equivocados por ellas porque transparentan a Dios, pero golpeándonos contra ellos porque san sólidas y no nos deion pasar a

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