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han formado de Dios. Al satisfacer las justas deman– das de la naturaleza y de sus semejantes, puede ser que sin saberlo esté obedeciendo a Dios. Pero la vida, por supuesto, tiene un sentido más profundo y más ri– co, cuando lo que es inconsciente se hace consciente totalmente.

La segunda, es que debemos entender claramen– te la falsedad de esa formación de la absoluta inde-

pendencia del hombre. Es más bien la perversión fatal de una profunda verdad: Que Dios hizb al hombre li– bre. Que El respeta esa libertad que El le dió. Que El quiere la obediencia pero la obediencia de un cora_ zón. amante. Dios no es un tirano arbitrario. Es el Amor Infinito. Es nuestro Sabio y Amoroso Padre, y en amarle y servirle o El encontramos nuestra libertad y dicha

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I este diagnóstico que hemos hecho de la Por lo tanto la lucha en el mundo moderno no sociedad moderna es verdadero, y así lo es simplemente una lucha entre dos sistemas económi– creemos, quiere decir que estamos en los umbrales. cos o políticos rivales; envuelve una lucha espiritual una nueva era de la Historia. A través de todo er

que es mucho más profunda y compleja. La lucha curso de este período de la historia que llamamos está en escoger entre el orden mecanizado del esta– moderno, el hombre ha centrado su vida en sí mismo do absoluto comunistas, o en un orden espiritual ba– y en satisfacer sus ambiciones personales. Si la so- soda en la reafirmación y revitalización de los prin– ciedad ha de recobrar la salud, el hombre tiene que cipios cristianos que hemos tratado de exponer. descubrir de nuevo que el verdadero centro de la vida Las bases de esa restauración fueron establecidas humana es Dios, y que en pios está el hombre. atado muy claramente hace ya más de setenta años en las a la naturaleza ya los demos hombr~s sus semeJantes. grandes Encíclicas sociales del Papa León XIII. Y no

y esto solo se pued~ conseg~lr. restaurando ~I son las opiniones privadas de un toerizante político verdadero con~epto de la liberta.d cn.stlana, que. es dl- moderno. Son las opiniones que Sto. Tomás de Aquino

fe:e~te de la libertad en el sentido liberal. La Ilb~rta~ sacó de la sabiduría antigua de la filosofía perenne. cnstlana no se basa en la voluntad de la moyana, ni L(ls más grandes inteligencias de la raza humana han mucho menos en el .derecho ~e los .hon¡bres de hacer. reconocido siempre que el orden social no existe sola– lo que les p?,rezca bien. Consiste mas .b~en etl la co~s- mente para servir a los deseos y necesidades del hom– tante .adhes'on del ~ombre al orden diVino estableCido breo Es, un Orden Sagrado por medio del cual las ac-por DIOS y que gobierna el mundo. ciones humanas se conforman a Id Ley Divina y Eterna Como escribe el Papa León XIII en su Encíclica ." -

"Libertas": "Es manifiesto y evidente que la eterna .. Porque como dice Platon e~ su libro de Las Leyes, ley de Dios es la sola medida y regla de la libertad DIOS, y no el hombre, es ra. ~~dlda de t~da.s, las coso.s, humana, no sólo para cada individuo sino para toda y El tiene en su m~~o. el InICI,o, la m~d'ac'on y ~I fin la comunidad... Por lo tanto la verdadera libertad de todas las cosas. DIOS es siempre Justo y castiga a de la sociedad humana no consiste en que cada hom- aq~ellos que ~o se conforman a I~ Ley Divina. El qt.:'e bre hoga lo que le par~zca, porque eso llevaría al caos qUiera ser feliZ que s~ ?te~ga y siga con toda ,humll– yola confusión y finalmente a la destrucción del Es- dad y ?rden esa ley diVina, per~ aquel que esta enso– tado, sino más bien que por la dirección e;fe las leye~ berbecldo por el or~ullo o el dinero o el p.oder o la civiles todos puedan. conformarse más fácilmente a ~el1eza; .aquel que tiene el. alma ensober~ec,da por la las prescripciones de la ley eterna. Y de la misma ma- I~solencla ~ locura de la J.uventu~, y piense 9 ue .no nera, la libertad de los que están constituídos en autd- tiene n~cesldad de regla .nl de gUla~ y que mus ~Ien

ridad no consiste en que puedan imponer. a sus súb- se ;ons,dere capaz de ~U1.ar a otros, es~ tal, yo digo, ditos mandatos caprichosos e irrm;;ionales, lo cual se- esta ?band?nado de DIOS, y estando OSI abandonado ría igualmente criminal y llevaría a la destrucción de ~e. DIOS reune a" s~ alrededor a otros .que son como la comunidad, sino que más bien la fuerza oblígato- el, y anda por al~, l1~vando la confuslDn adonde se

ría de las leyes humanas consiste en esto. en que de- acerco, y talve:z: el pl~nsa que es un gran. hombre. ben ser consideradas como aplicaciones de la Ley Eter- :er<~,. dentro de cor~o t'~mpo,el paga el ~~stlgo de la na, y como incapaces de sancionar nada que no esté JUStIC,I~, y es destrUido el y toda su familia y estado contenido en la Ley Eterna, que es el principio de con el . (Las Leyes IV, 716) . toda ley". Por supuesto que es un error recargar los tintes Este concepto de la soberanía y trascendencia oscuros del cuadro. Aún en este período de la histo– de la Leyes la base de la tradición de libertad que ria que hemos estado viviendo y que hemos analiza– ha jugado un papel tan i"mportante en la historia de do, nunca se ha perdido del todo el conocimiento de la civilización occidental, y que distingue y separa el la, profunda verdad de la naturdleza hu~ana. Más mundo occidental del mundo ruso y oriental. Pero aun, aun cuando logremos en una nueva epoca reco– lo grave es que el mundo moderno ha perdido su fe brar el bolance perdido, los impulsos egoístas del hom– en esta Ley Suprema, y consiguientemente sus ideales bre jamás desaparecerán por completo.

de libertad y los derechos del hombre han llegado a Lo terrible es que el hombre tiene hoy en día un ser vacías abstracciones que cada vez tienen menos podar inmenso de destruccion en sus manos. Por algo significado, y que cada día se vacían más de verda- se llamo nuestra época la Era Atómica. Ya la Huma– dero contenido. El mundo moderno se ha henchido del nidad solo puede salvarse del caos y de la ruina que aire caliente de frases rimbombantes hasta que ha la amenazan reconquistando y aceptando plenamen– reventado como la rana de la fábula. te la verdad completa acerca de su propia naturaleza.