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templación. Los bosques, y fos desiertos, y ef mar, y fas montañas, y el cielo estre({ado, han sido hechos para fa contempfación. Y todo el mundo ha sido hecho para eso.

Las urracas y chocoyos hablan de Dios, y es Dios quien les enseñó a habfar. Todos fas animafes que cantan al amanecer, estón cantando a Dios Los vofcanes, las nubes y los órboles,

nos hablan a gritos de Dios. Toda la creación nos grita estridentemente, con un gran grito, la existencia y la belleza y el amor de Dios. La música nos los grita en los oidos y los paisajes nos los gritan en los ojos.

"EnCuentro Cartas de Dios dejadas caer en la calle, y todas ellas están firmadas por Dios", dice Whitrnan. y Id hierba verde es un pañuelo oloroso can las iniciales de Dios en una esquina, Como dice Whitman, que El ha dejado caer inténcionafmente para que lo recuerden. Así es como entienden los santos a la naturaleza, y osi es como la entendió Adán en ef paraíso (y los poetas y los artista~ la entienden también en cierta medida, y en ciertos momen– tos, como Adón y como los santos).

En toda la naturaleza estón las iniciales de Dios, y todas las criaturas son cartas de amor de Dios para nosotros. Son I/amaradas de amor. La naturaleza toda está inflamada de amor, creada por el Amor para encender el amor en nosotros Y no tienen otra razón de ser todos los

seres y no tienen otro sentido y no nos pueden brindar otra satisfacción ni otro pfacer más que és–

té: él encender en nosotros él omor a Dios.

La naturaleza es tomo una sombra de Dios, un reflejo de su belleza y un resplandor. El lago quieto y azul tiene un resplandor de Dios. Sus hue({os digitofes están en cada partícula de materia. En cada átomo está una imagen de la Trinidad, una figura de Dios Trino y Uno: iY

por éso tu creación nos vuelve locos, Dios miar

y todo mi cuerpo ha sido hecho también para -el amor o Dios. Cado uno de mis célu– las es un himno al Creador y una constante declaraCión de amor.

Como el martín-pescador ha sido hecho para pescar y el chupa,f/or paro chupar las flores, así el hombre ha sido hecho para la contemplación, y para amar a Dios.

Dios está en todos partes, no sólo dentro del alma. Pero también está dentro def olmo,

y uno se ha dado cuenta de su presencia en el alma, y quiere gozarla, y por eso se retira uno a la soledad y el silencio: porque no quiere que ninguna otra criatura se refleje en el alma, y quie" re que solamente haya en ella el reflejo de Dios, como el reflejo del cielo en el lago quieto.

Dios Sé refleja en la soledad y la paz, como el cielo en el lago en calma. Y basta que el alma se aquiete y se purifique para que en su superficie Se comience a reflejar el rostro de Dios.

y el rostro de Dios es el Hijo del Hombre, el que se imprimió en el velo de fa Verónica. Yes un

rostro que asoma más opacamente también en toda fa creación.

Somos sólo espejos de Dios, creados para devolver a Dios. Ef agua puede estar todavía turbia, pero aún así refleja el cielo.

LA

naturaleza toda está lleno de voz: todo en ella es canto y música y sonido; todos los seres susurran o suspiran, arrullan, trinan, silban, braman, aúl1an, rugen, gimen, gritan, lloran

o se quejan. El canto de las cigarras y los grillos y las ranas, y el silbido con que se llaman'

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