Page 71 - lista_historica_magistrados

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material, como fenomenologra tata lista vinculadil :él :Ia in– tegridad de 1<;1 persona humana.

. Hasta hoy, el Interamericanismo se viene realizan– do de modo desigua,l y contradic:torio, dislocando a me– nudo ese fundamental sentido totalista, pues sy griln de· bilidad presente es la incoherencia, la unilateralidad, el t¡'uncamiento. .

Una de las .contradicciones que más penetra en ,la mentalidad general es que el Interamericanismo viene apareciendo ante la opinión, como actividad y obra, de los gobiernos, de los diplomáticos y de los consorcios. las élites, los forjadores de la mentalidad popular, ros pue– blos, han sidó alejados por las tendendas a mantener la actividad interamericana adherida a la costra burocrática de los gobiernos, de Sus funcionarios, de sus recepcio– nes, de sus condecoraciones. Claro está que es impres– cindible para las naciones entenderse a través de sus gobiernos y por medio de sus diplomáticos, pero es err6– neo encadenar un fenómeno viviente, al mecánico diri– gismo estatal. Si el Interamericanismo, ha de tener vida integral, es preciso que se imponga como concepción de interés general que concierne a fa iniciativa particular, y que no es mero negocio del Estado.

La contradicción interna que más ha lesionado al ln– teramericanismo es que la iniciativa privada, en su pro– ceso de creación, estuvo representada por largo tiempo, casi exclusivamente por sus consorcios. Estos son cola– boradores indispensables, pese a sus defectos y a sus tareas, pero no son los embajadores de buena voluntad, ni los mas calificados para forjar ambiente de confianza, de simpatra, o de fe, que el lntéramericanismo n!lcesíta como la sangre de sus arterias,

Otra contradicción flagrante es que, tanto oficial co– mo particularmente, Amt'lrica latina, eS el sector del mun– do que menos atrae a los Estados Unidos. Esta realidad ha sido expuesta con encomiable franqueza por el Dr. Milton Eisenhower: "Por desgracia -declara- el pueblo de los Estados Unidos no parece comprender, por lo ge– neral, la plena significación que tienen para nosotros una relación económica estable en América latina; más todavra: algunos de nuestros actos han sido causa prin– cipal de que en aquellos paIses sé. llegue a pensar err6– neamente que solo vólvel'Y)os nuestr¡j:atención en los mo– mentos críticos". Más áspero y más franco ha sido aún el vice presidente Nixon para calificar la politica de los Estados Unidos respecto a América latina. "Nuestra po– lltica hacia América Latina -proclamó- se ha carac– terizado en el pasado por paradas y partidas, grandes palabras y pocos actos. .. la polltica de los Estados Uni– dos debe tener solidez y continuidad: El gobierno reco– noce la necesidad de este tipo de polltica y estamos dis– puestos a conseguirla".

LA PERSPECTIVA DEL INTERAMERICANISMO.-A tra– vés del proceso que dura ya sesenta y cinco años, que ha tenido triunfos y reveses y que se ha llenado de rea– lizaciones y frustraciones, puede aseverarse que no hay una sola cuestión, en toda la vasta problemática ¡ntera– mericana, que no tenga una solución asequible y rea– lista dentro de la órbita de una cooperacfón es!recha en· tre ambos sectores del hemisferio. No hay, en ningún dominio, ninguna contradiéción irreductible, ningún ano

tagonismo irreconciliable. Hay objetiva, palpablemente, dos mundos que están destinados a vivir' juntos y cola.. borar tan rntimamente como las ruedas de un engranaJe que giran en sentido contrario. De esta manera, toda la problemática se reduce a algo que se halla dentro del poder y de la voluntad de los hombres. Si algo o mucho no marcha, no será por culpa de las circunstancias supe– riores al hombre, sino por culpa de los propios america' nos, del Norte y del Sur.

La primera conclusión es que no hay, no habrá, soluciones latinoamericanas simplemente para ros proble– mas latinoamericanos: sino métodos y dentro de concep– ciones panamericanas. No hay problema, ni grande nI pequeño, que pueda ser resue:to por el pJder financie– ro ni por la sola voluntad de los Estados Un'dos; y nin– guno asimismo podrá hallar solución o paliativo, aislán– dose de la totalidad hemisférica.

La nueva concepción, impuesta por la realidad y

por la vida, tiene que mirar de frente al porvenir sin chircanear sobre lo que la historia deja como residuos cancelados. Sólo mal están haciendo al empeño de los nacional istas resentidos, de los encomenderos desespe– rados y comunistas, que pretenden detener la marcha de la historia, haciendo que las concepciones de hoy per– manezcan adheridas a los hechos del pretérito. lo que sI existe como un hecho, y lo que es malevolamente ex– plotado por comunistas, encomenderos y ultra-nacionalis" tas, en que entre los Estados Unidos y Amér:ca Latina existe l¡na grande y profunda desigualdad: El gran pa– tencial técnico se halla concentrado en el Norte, y la gran debilidad de un hombre frente a un mundo macro– cósmico, se ha concentrado en el Sur. Mientras la rique– za desborda en los Estados Unidos, la pobreza asfixia en la América latina. Mientras el poder adquisitivo del tra· bajador norteamericano es superior en 50% en 1956 a lo que era en 1929, no obstante que trabaja hoy un 15% menos y que en vez de una semana de 55 horas en 1907, disfruta de una de 35 horas en 1957, el latino– americano es vlctima en su mayorla del sub·empleo y pa– dece una alimentación pobre en calarlas, en vitaminas, en proternas.

LA FUNDACION DEL REGIMEN DEMOCllATICO. LA CUESTION DE POR DOND!: COMENZAR.-En ya proble– mátic(l general de todos y cada uno de los paIses, sobre– sale, en grados distintos, pero siempre como asunto me· dular, el de la fundación de un régimen democrático de vida, Régimen que no puede ser un mero regreso al viejo Aufklarung de los paternalismos oligárquicos, si– no creación de una manera de vida cotidiana, en I,a que el goce de los derechos humanos y el respeto de la digo nidad del individuo alcancen a todos y se extiendan a todas las jerarquras y capas sociales.

En los hondo de ésta vasta y profunda crisis, hay un mundo que se hunde: el del primitivismo, el de la Eco– nomía, el del duro trabajo manual, el del mercado del trueque, el del régimen que dejara la herencia colonial; y hay un mundo que se levanta: el que surge bajo el signo de Civilización Industrial, en su forma contempo– ránea de Neo-Capitalismo, o seu de desenvolvimiento económico, que comporta defensa del hombre como in– dividuo y como persona humana, de salud, de su dig– nidad, de sus derechos.

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