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RECTIFICACION

Juzgado 10. de Sonsonate, Diciembre 4 de 1950.

Sr. Lic. Don Manuel Barberena:

En la Gaceta de Guatemala número 23 correspon– diente al 29 del próximo pasado hablando de esta ciu– dad, se dice: que en una junta semejante a la que el Presidente del Estado ha hecho convócar en varios pueblos para fratar siempre las cuestiones con la In– glaterra, U. calificó en los debidos términos la conduc– ta del Sr. Vasconzelos haciendo ver los males que originan sus caprichos y concluyendo con que el me– dio más obvio para que se arreglaran las cuestiones con la Inglaterra y se levantara el bloqueo, era que el Sr. Vasconzelos se separase del gobierno, y que el resultado de esa enérgica manifestación había sido el que U. fuese conducido inmediatamente preso a S. Salvador.

Corno la especie de que U. hubiese sido preso es absolutamente falsa, y como si ella fuese cierta se creería donde quiera que se leyese la indicada Ga– ceta -que el Gobierno del Salvador era despótico y los salvadoreños unos hombres sin derechos ni garantías, suplico a U. que en obsequio de la verdad se sirva contestarme tan pronto corno le sea posible los pun– tos siguientes:

10. Si se cierto que en las dos reuniones que se tuvieron, U. se expreso con la libertad que se dice en la miSma Gaceta de Guatemala.

20. Si esto no obstante y a pesar de qu~ la ma– yoría acordó hacer al Supremo Gobierno la exposición. que ha corrido impresa, U. no ha recibido el menor insulto.

30. Si a los dos días de la última reunión se =arch6 U. a S. Salvador donñe visüó al Sr. Ministro Dueñas, quien lo recibió con muestras de cordialidad y atención.

40. Si sabe que el Sr. Presidente ha escrüo a personas de esta ciudad. manifestando estar al cabo

de lo que U. 4ij9 en las reuniones indicadas y esto -nO obstante se espresara en términos afectuosos y ho– noríficos hacia U.

Quedo de U. su mas atento servidor.-D. U. L. MARIANO ARCHITA.

Señor Alcalde Constitucional:

Verdaderamente ha sido grande =i sorpresa cuando he leído en la Gaceta de Guatemala la espe– cie que U. como autoridad de esta ciudad intenta des– mentir ocurriendo a nü para que diga si en conse– cuencia de los discursos que dije en 'la junta pública a que U. convocó, he fiufrido alguna especie de insul– to o persecución de parte de las autoridádes.

Digo, pues, que no solo no he tenido la más leve molestia o reconvención para ello de parte de las au– toridades; sino que habiendo estado en la capüal del Estado cinco días a donde fuí a los dos, después de celebrada la junta y enterado el Gobierno de lo ocu– rrido, ni por él, ni por ninguna aira autoridad fuí re– convenido absolutamente ni lo podía ser cuando por más que se diga, se respetan el ejercicio de los dere– chos públicos, y mal podíamos haber gozado de tan largo período de paz, si no fuese porque hemos vivido en pleno ejerciciO de estos derechos, porque se respe– tan positivamente. porque mal se podía lamentar la condición de pueblos que no los gozasen aquí, y por– que se sabe bien la funesta condición de afros pue– blos de la República, nace de la opresión de las opi– niones, que no son libres, mientras no haya debate li– bre. Tal especie pues, de la Gaceta de Guatemala, na– ce del empeño de querernos asimilar a allá como si estuviéramos como ellos, y si acá hubiese la misma falta de garantías y libertad.

Me suscribo su atento servidor. Sonsonete, Di– ciembre 4 de 1850.-MANUEL BARBERENA.

(Gaceta del Salvador, N. 93 de 13 de Dbre. de 1850).

1851

Don José Laureano Pineda

JaSE LAUREANO PINEDA, nació en Rivas, y su padre fue el Consejero Jefe, a quien ArgÜello man– dó a asesinar en León. El padre era hombre muy competente para la educación primaria, y él mis– mo enseñó al hijo sin mayor trabajo, porque la naturaleza desarrolló en él la disposición más feliz para las letras. Don Laureano, aunque reve– laba en su figura el humilde origen de su fami– lia, era bastante bien parecido¡ tenía la estatura ele– vada, el color claro rosado, la nariz pequeña, los ojos amarillos y hermosos, la frente despejada y la cabeza medio calva, que a fuerza de peinarse, pro-' curaba cubrir con el pelo un poco rizado. Su voz era suave y agradable, de rnanera que el conjunto era de=asiado simpático. A sus cualidades físicas reunía mucha educación, mucha tolerancia y bas– tante cultura en el irato común, pues en su casa era tan severo con su familia y discípulos, que tenía fama de la mayor dureza.

Estudió gramática latina con el Padre Velazco. y fue distinguido, 10 mismo que en filosofía y en jurisprudencia, cuya carrera adopt6, porque la na-

turaleza le inclinaba a esa profesión, a que era ver_ daderamente llamado. Mas tarde adquirió con la lec!ura profundos conocimientos en la historia y en la amena lüeratura. Para los rivenses que le tenían como un fítulo de legítimo orgullo, era el Licenciado por antonomasia, y así fados entendían de quién se hablaba, aun cuando hubiese otros de la misma profesión. Fue ires veces casado con señoras distin– guidas, porque enemigo de la vida licenciosa, opi– naba que al hombre era preciso vivir ligado con es– te sacramento, acreditó siempre su moralidad y amor conyugal, lo mismo que ia ternura con lós hi–

jos que dejó de la segunda y tercera esposas.

El profundo juicio de Pineda y el estudio confí– uno de la jurisprudencia hicieron de él un abogado de la más elevada nombradía, tanto más que su re– putación de honradez estaba al nivel de su ciencia.

Como prueba de su honradez y firmeza han sido y serán cüadas aquellas palabras. "Yo no soy abogado de circunstancias", que dijo cuando el pro– ceso de Cerda, , .

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