Page 110 - lista_historica_magistrados

dia en que Carlos III reconoci6 la independencia de los Estados Unidos?

Sí, señores, fales y fan grandes son nuesfros an–

tece~entes para ser republicanos. Y, ~qué es ser re– pubhcano? Es vivir bajo el gobierno más natural del hombre, porque es el gobierno de la razón. Es la for– ma en que nuesfro espíritu halla libres todos sus re–

s9rte~ para hac~rse y hacer fodo el bien posible, sí, solo este es su fIn, y no el engrandecimiento por me– dios violenfos y forzados. Enfonces no lo desfruye fo– do con cien manos, ni va corno los insecios con cien pies. Con cien volunfades hace más que con cien inil, si aquellas son libres, ilustradas, activas y humanas. Al decir humanas, manda a hacer alfo a mi voz, y obedece una consideración, un deber el más sagrado, el más conexo con las grandes miras y en fin de la inderendencia. Quiero decir el mejorar la condición del lndígena. El indígena salvadoreño se halla feliz– menfe enfrernezc1ado en nuesfras poblaciones, y 10– 'gra fados los medios que fodos de avanzar. Pero si algo hay en su favor que esfablecer debe ser nuestro preferenfe conefo. Si Carlos III, si los Galvez y Revi~

llagigedos, arrancaron elogios al príncipe de los via– jeros Humboldt, si las cortes españolas, se hicieron fa,n ~élebres fue por abolir el servicio personal, el ilo– J:isrno de la mita, y ofros esfablecimienfos opresivos del indígena. Me escuchan personas de fodos los Es– fados, y en cada uno de ellos algo habrá que hacer en favor de ellos. Y no son los diciados del Evange– lio, no son las persuaciones que da una esfricfa mo– ral, a ver su progreso corno propio. Es ofra conside– ración que nos debe airaer las miras de graillud. La franqueza me ha hecho decir anfe chilenos, peruanos

y ecuaforianos que el indígena en su origen hizo el papel de sabio en la producción. Los más de los gran– des producfos de nuesfro cornercio, los que dan ren– fas cuanfio.sas, y muchos remedios clásicos, ya los ha– lló descubiertos el conquisfador. El huano que saca de los islofes el indígena peruano para fertilizar las faldas escarpadas y estériles de los Andes, va hoy a abonar los cansados ferrenos de la Europa. El Emse– ñó el uso de la Quina, la caza de la vicuña, él ela– bora el junco de jipijapa, rique.-.a del Ecuador, él des– cubrió la hipecacuana, el añil, la zarzaparrilla, la gra– na, el agabe o pulque, delicias del mejicano, el ja– lapa, y sin duda que vio salir Juan de Grijalva por la boca de un indígena al subir el río a que dio su norn– bre según dice Bernal Díaz del Castino, fue el signo de un producfo que hoy forma en América un gran rarno de coznercio.

Pero, señores, parecerá ridículo hablar de pro– fección los que aun no tienen segura foda su suerle polílica, los que aún fienen en dispufa las bases ele– menfales de su felicidad. ~Qué habrían dicho nues– fros padres si en medio de los fransportes del gozo que sintieron hace 28 años, si en m.edio del grifo de unión qu'e los embriagaba, se les hubiera dicho: "To– davía a los 30 años veréis en mantillas el estableci– mienfo de un gobierno nacional: se dividirán ias sec_ ciones: los grandes elernenfos de prosperidad del país esfaran obstruídos por falfa de aquel resorle que los haga unir, que los ponga en relación unos con ofros ya' fodos con la del régimen que se esfablezca. la indiferencia y el desaliento para la unidad nacional será 'tal, que no serán basfante a desfruirla ni las des– gracias, ni el fernor: los términos en que se encarezca su necesidad habrá que buscarlos con cuidado, no pa– rezcan un insu1fo. las relaciones que se hagan por el exfranjero del curso político de los sucesos, y aun del hombre de los hornbres que han gobernado, por defecfuosas que sean, no afectarán, ni menos el des– crédito de no acertar en los arreglos". Oue habrían dicho al hacerle esfe cuadro? Pero no es él, señores, el que ha de desalenfarnos. Opongárnosle un pafrio– tisrno sufrido y consfanfe. Todavía habrá menesfer lecciones nuesfra educación política, y conformérno– nos con una posición que no es fan difícil fransfor– mar, corno destruir las causas que la han producido,

La urgencia de unirnos no habrá focado el grado que iUlOElsüa, y no nos es dable llegar a ella violenfando

los sucesos, ni las causaS que la 'Preparen. !lasfa qué de aquí salga una voz de pafriotisrno que debe hallar consonancias, y mas hoy, que en todos los ángulos del país debe recordarse, cuál fUe el pacto, cuál fue la condición, cuál fue el motivo de secundarse, y co– municarse con la velocidad del rayo el pronuncia– m.ienfo de independencia dado el 15 de septiernbre de

1821. Si anfes de él no se obró con unidad, él nos unió, y si después de él. hemos sufrido todos los fris– fes efecfos de las discordias civiles, que sea él el que excite en nosofros la simpafía en los m.ales, y la con– cordia en los medios de la unión,

Felizmenfe hoy nos foca celebrar su aniversario y gozar de él en plena paz. y no nos será lícüo in– dagar los motivos de esfa dicha? Mucha parle fiene en ella el que la sostiene, pero séam.e lícito decir que no es él sólo el que la da. Trajano daba a sus súbdi. fosc li~~rlad, desahogo, seguridad, pero al hablar su paneglrlsfa de la paz y de la franqiuildad, dice que le era dada a él.

"Tibi dafa esf suma pax, suma franquilifas".

La unión nacional es hoy el sentimienfo de fodo salvadoreño, es el fema de sus discursos, y objefo de sus deseos. Y cozno podrá alcanzar esfe grande ob– jefo desunido él misrno? El manfedrá esfa paz para sí, si esfá firme en abrigar esfe sentimiento de unidad nacional porque esfe sentimiento fiene la fuerza má– gica de repeler la firanía para sí, y subordinar todo inferés, foda mira que no se dirija a fan grande ob– jefo. Para ello no necesita de buscar ejemplos fuera. No esfá viendo en el país, cierta vacilación, cierto ca– rácfer inseguro de cosas, ciedo encadenamiento de peligros, cuando no es la base, cuando no es el sen– tido de lo que se obra encaminado a esfe gran fin? El m.isrno Esfado me da este lenguaje. Sus Asambleas periódicas no han tenido ofra mira, sus publicaciones por la imprenfa respiran lo rnismo, y no serían un gran hueco en esfe corto discurso omifir, lo que ha sido el objefo de fanfo afán, siempre que se ha creí– do oporluno el promoverlo? No ha sido im.pelido a ello por evitar el mal propio que ha sufrido~ Sí, se– ñores, la voz del día de hoy, es recordarnos una pa– fria, bajo el nornbre de Cenfro América, verla uni– da, respefada, fuede, y engrandecida con los recur– sos recíprocos que tienen sus pueblos. El peligro de una sección en cualquier concepfo, debe verse corno peligro de fados, y sus daños y desgracias corno co– rnunes, y refluentes a nosofros.

Bajo dos ejes, pues, rueda nuesfra vida pública. Manfener la unión que fenemos enfre sí, y promover– la fuer~ para el gran obj~fo de esfablecer un gobier– no naClonal. Una y ofra es fan preciso conservar, y promoverla, pues la prim.era nos convence con los bienes que fenemos que perder, y la segunda con los males que fenemos que sufrir si fornamos ofra rufa que la seguida hasfa hoy. No se consigue esfe lazo nacional? No es poco haberlo infenfado, y seguirlo infenfando, si esto en poco, o mucho confribuye a nuesfra franquilidad. Sornos el corazón político del país en confacfo con los miembros principales y si nuesfra república sufre, no abandonemos la persua– ción de que la convulsión nacional será mayor, si cooperarnos a ella. Diez años lleva ya esfe estado vio– 'lenfo de exisfir, lo que es nada cornparado a los lar– gos períodos de afros pueblos en consolidarse, o en variar. Enfre fanfo séame permitido dirigir mi voz al que hoy rige los desfinos de un pueblo que arna la paz y darle el pláceme de que se vea hoy enfre sus conciudadanos celebrando un día que por su impor– tancia, nos hace considerar corno existimos polilloa y civilrnenfe, y afrae nuestras m.iradas hacia objefos,

y discursos que vinculan fodo el bien de las genera– ciones fufuras. He dicho.

IGacefa del Salvador, N. 29 T. 2, de 21

de septiembre de 1849).

-67-