Page 54 - lista_historica_magistrados

This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

an'\!9ri(l~nf>., q,den ,en $\1 enfu$iasrno lleg6 has–

f{l~labo:rflnne el Manmesto que yo -debía lan– zar al Pueblo de Nicaragua, manifiesto que leímop juntos con mi amigo don Eulogio Cua– dra.

De regreso a Comayagua, volví en seguida a OCUp~!me de mi::; empresas agrícolas y ga– naderas. Mas esto fue sólo por unos pocos días, pues de nuevo fuí llamado con urgencia por el Presidente Bonilla para que llegara jn– mediatamente a Tegucigalpa, y corno en esos mOn)entos no tenía una buena bestia para el viaje, tuvo que ocurrir para que me prestara una, a don Margarita López, padre del Dador Francisco López Padilla, que por varios años fue M.inistro de Honduras en Nicaragua, y quien en su estadía en esfe país conquistó mu– ,cho afedo y simpa:tía por su carácter jovial y su fino fado diplomático.

A las seis de la tarde de ese mismo día llegué a Tegucigalpa, y horay media después estaba hablando con el Presidente Bonilla, quien me manifestó que Zelaya estaba movili– zando sus fuerzas, y que el lado de Chinande– ga ya habían traspasado la frontera, por lo que s,a vió obligado a nombrar al General Anasta– sia J. Ortiz, defensor de la zona de Cholu±eca. para así tener mejor contado con El Salvadur,

y que yo del;Jería salir para San Marcos de Co– lón, donde estaban de jefes de las fuerzas hon– dureñas, los generales Salomón Qrdóñez y Pi–

del Bulnes, este último conocido mío por haber vivido muchos años en Nicaragua, vinculado c;on ,el Partido Conservador.

En las instrucciones que me dió el Presi– dente Bonilla estaba la de que el General Or– dóñez me E;ln±regaría 200 hombres para que yo invadiera a Nicaragua por la zona de las Sego– vias.

. Una vez que recibí del Presidente las no– tas para Ordóñez y Bulnes me fuí a despedir ,de mis a:migos de Tegucigalpa, entre otros de don Luis Vega y del Doctor don Daniel Gutié– rrez Navas, quienes me manifestaron que ellos

Se incorporarían a mis fuerzas.

Aunque no se fueron conmigo estos seño– res men,cionados llegaron casi al mismo ±iem– po que yo a San Marcos de Colón.

Tan pronto como hice :mi ingreso a esta ciUdad, fuí a ver al General Salo:món Ordóñez para entregarle las co:municaciones que :me había dado el Presidente Bonilla, y el Gral. Or– c;1.óñez después de leerla¡:¡, :me dijo que estaba anuente a darme todo lo que yo deseaba para organizar la expedición que invadiría a Nica– ragua, pero que antes fuera a ver al Gral. Bul– nes, a quien me dirigí inmediafa:mente.

El General Pidel Bulnes :me recibió con los ,f)razos abiertos como si hubiera sido un con" nacional mío, :manifestándome que él se con– sideraba como un nicaragüense por los años qUe había vivido en Nicaragua. Pespués de 'I.lna ligera conversación sobre generalidades, ,Pasamos a hablar sobre asuntos de mayor irn– POríancia para entrambos. El:me dijo que ha-

bia l1~gado a tiempo, ~e:;,rquétenia noticias alannantes del :movi:miento de las fuerzas de Zelaya, y que por eso quería que antes de que habláramos sobre mis asuntos, fuera yo con su Ayudante a inspeccionar las líneas de defensa que tenía establecidas.

San Marcos de Colón es una población hondureña que queda casi al pie de una pe– queña colina con una :meseJ:a en la cima, de– trás de la cual se levanta un cerro de :mayor altura. La, pequeña colina continúa por los la– dos resiantes rodeando la ciudad, fonnando una especie de valle en el que está el poblado. Alrededor de la población, en algunas parles corno a 300 varas de distancia de la :mis:ma y en otras como a mil, se habían tendido las lí–

neas de defensa dichas que consis:tían en una cerca humana, con cada soldado como postes, a ires o cuairo varas de distancia el uno del otro.

Al practicar mi recorrido por aquellas lí– neas con el ayudante de Bulnes vi la debilidad de las m.ismas, y a medida que lo hacía se afir– maba en mí la creencia de que serían rotas por cualquier parte que los atacara el enemigo, a excepción de un trecho correspondiente al va– lle, trecho que estaba a cargo del Dr. y Gral. Manuel Vargas.

A mi regreso a la oficina del GraL Bulnes, como a las seis de la tarde, llamé aparte al GraL y le manifesté con franqueza cuál era mi opinión, esio es, que las líneas de defensa presentaban puntos muy vulnerables. El me manifestó entonces que las fuéramos a ver de nuevo al día siguiente por la mañana para re– forzarlas donde fuere de mayor necesidad, y que mientras fan±o, quería que yo hablara con un joven que había sido capturado en las cer– canías de las trincheras de la colina que aca– barnos de mencionar, joven a quien querían fusilar tornándolo por espía. Aprobé su dispo– sición y fuí a hablar con el muchacho que no pasaba de unos veinte años de edad y a qu.ien conceptué incapaz de realizar la delicada mi– sión de espía, por lo que me constituí en su salvador. Así se lo hice saber al Gral. Bulnes; quien se dió por convencido de la apreciación que había hecho del joven en cuestión y quien accedió a mi petición de incorporarlo a mis fuerzas. Este joven, Ubilla, que así se apellida– ba el :muchacho, se unió a mí mostrándome siempre gran leal±ad, además del coraje en los encuentros de ar:mas que tuvimos y de los que más adelante tendré ocasión de hablar. El Ca– pitán Napoleón Ubilla Baca, uno de los jóvenes de la expedición libertadora de Olama y vícti– ma reciente de la Guardia Nacional en cuyas manos perdió la vida en las :montañas de Chontales, fue hijo de ese joven a quien me estoy refiriendo ahora en estas mis memorias.

Arreglado como fue con el Gral. Bulnes de que a las siete de la mañana del siguiente día haríamos la inspección convenida, me reti– ré a la Casa-Cuadel a reuninne con varios de lbs oficialeS que ya tenía bajo :mis órdenes. '

-',53-.

Page 54 - lista_historica_magistrados

This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »