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Bogotá, Colombia..."
del Presidente Rafael Es±rada Cabrera, de quien teníamos noticias estaba en malos ±ér– minos con Zelaya.
Una vez lle!;Jados a Gua±emala, enviarnos un mensaje al se~or Presidente, pidiéndole au– diencia. Nos contestó inmediatamente seña– lándonos el día en que seríamos recibidos. Mientras fan±o Don Eulogio Cuadra resol–
vió trasladarse a Honduras, de donde había recibido una ofería para manejar el Banco. Llegado que hubo el día de la audiencia, Estrada Cabrera nos recibió muy cortésmente
y nos habló con la franqueza que siempre usó conmigo. Nos dijo, al hablarle nosotros de au– xilio para derrocar a Zelaya, que habíamos lle– gado tarde. Que si le hubiéramos hablado unos quince días antes que seguramente hu– biéramos obtenido ese apoyo que buscábamos, pero que en esos momentos estaba en Nicara– gua un comisionado suyo tratando de arre– glar las diferencias que' tenía con Zelaya, y que creía que a esas horas todo estaba arre– glado según un mensaje que había recibido de su Comisionado. Sin embargo, agregó, pa– ra estar más seguro de su respuesta.' final que esperáramos unos cuantos días más el regreso de su comisionado en Nicaragua, y que para eso volviéramos denfro de unos diez días más tarde.
En la nueva audiencia que nos había concedido de antemano, el Presidente Estrada Cabrera nos confirmó lo que nos había dicho anteriormente, esto es, que había llegado a un arreglo ,con Zelaya, y francamente nos dijo que en Guatemala no feníamos nada que ha– cer.
En vista de esa declaración tan franca re-
solvi mi viaje a Honduras donde esperaba po– der encontrar trabajo y al mismo tiempo estar más próxirno a Nicaragua.
Mi fío Alejandro y don Mariano Zelaya se trasladaron a El Salvador.
. Cuando llegué a Tegucigalpa encontré tra–
b~Jando, corno ~erente del Banco, a don Eulo– g10 Cuadra, qUlen me hizo las primeras indi– caciones de córno debía de comportarme en aquel país. También visité a don Francisco
C~ceres, qui~n h~ía vivido mucho tiernpo en N1caragua, v1nculandose con el Partido Conser– vador.
El señor Cáceres me recibió rnuy afable– mente, me invitó a almorzar con él el domingo siguiente y rne informó que don Manuel Bo– nilla, Presidente entonces de la República de Honduras, rne guardaría toda consideración siernpre que yo no cornprornetiera la neutrali– dad de Honduras en sus relaciones políticas
c~m Nicaragua. Me advirtió, sin ernbargo, que
S1 rne dedicaba a actividades revolucionarias, con rnucha pena de su paríe, vería que rne ex– pulsarían del país.
Por sugerencia de los señores Cuadra y Cá– ceres, pedí audiencia al Presidente Bonilla pa– ra presentarle mis respetos y exponerle mi de– seo de vivir en Honduras, lo cual hice inrne– diatamente.
El Presidente Bonilla me dijo lo mismo que don Francisco Cáceres, y yo me despedí de él en buenos términos.
Seguí unos días más sin ocupación algu– na hasta que don Francisco Cáceres rne invitó a Comayagua a ver unos terrenos que allí te– nía para que dictaminara qué se podía hacer con ellos, y explotarlos.
Esos terrenos quedaban cercanos a la po– blación de Cornayagua, con el río Hurnuya de por rnedio. Eran rnagníficos para agricultura, con grandes facilidades para irrigación, y en épocas anteriores habían servido para la explo– tación del añil.
Corno mis conocimientos principales en cuestiones agrícolas son de ganadería, yo los estudié bajo ese aspecio, y rne parecieron muy buenos; que haciendo potreros darían rnuy buen resultado para esquilmos de ganado, in– dustria que estaba muy atrasada entonces en Honduras.
Cuando regresé de rni inspección y le in– formé a don Francisco sobre ella y mi modo de pensar al respecto, rne dijo: "Ahí los tiene a la orden para cuando usled quiera irse". "Muy bien, le dije, pero con qué fondos'?" Y aquel hombre que siernpre fue tan generoso, me di– jo: "Yo tengo unos dineros que podernos in– vedir allí. Váyase, inicie los trabajos, y cuan– do necesite dinero, avÍBeme para enviárselo".
Así lo hice, y siernpre recibí de don Fran– cisco el dinero necesario para los trabajos que ernprendí.
Algunos familiares y arnigos del señor Cá– ceres, en vista de la magnitud y desarrollo de los trabajos ernprendidos, creo y era najuraJ.,_
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