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llevar a cabo tan ilTlporlanfe elTlpresa. Aquí he veni– do a saber que V.E. ha celebrádo con el Gobierno de esfa República un frafado por el. cual se constituye esta garanfe de las posesiones de la Nueva Granada. Si esio es así, eno pudiera convertirse este tratado en favor de Nicaragua respecto a la cuestión de mosqui– tos? A mi juicio es esta una coyuntura que debiéra– mos aprovechar esta vez, por que, si, corno es proba– ble, la Ingla±erra no hace jusfici~ El. aquel Estado y le obliga de algún modo a consentir a la usurpación o a :tolerarla, la Nueva Granada debiera protestar contra semejante acto, y unirse a Nicaragua para la reivindi– cación de lo que se le hubiese despojado .. V.E. medi– tará sobre iodos esios puntos, y hará en su caso lo que juzgue mejor.

Yo debo partir el 25 par;3. Londres, y si V.E. se digna contestarme puede dirigir su carta a esta ciu– dad al Sr. Don A. S. de San Martín que está encargado de remitirla, o bien al mism.o Londres por medio del Ministro de la Nueva Granada, rGsidente en aquella corle, a quien buscaré a mi llegada para conferenciar también sobre el negocio que rrte ocupa. La es±irrta_ ción que por un efecto de natural simpatía profeso a V.E. es un motivo basiante poderoso para lisonjearme de poder ofrecer a V.E. esta vez la seguridad de mi apoyo.

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A Su Alteza el Príncipe Napoleón Luis Bonaparle, Nueva York, Novierrtbre 15 de -1848.

Príncipe: De Jarrtaica escribí a V,A. pa,fticipándo– le rrti llegada a aquel punto, y el objeto que rrte lleva a Londres. Supongo que rrti caria estará en vuesfras rrtanos, por que la dirigí por conducto de los Sres. Ba– ring freres, banqueros, cOrrtO habíarrtos convenido. Sin embargo desearía que V.A. se dignara darme una con– testación pronta sobre la parie que dice respecto a nuestro negocio de Canal para rrtis ulteriores determi– naciones.

A rrti llegada a ésta fuí informado por los diarios que circulan en el país con relación a los de esa capi– tal, que V.A. había tomado asiento en la Asamblea Nacional Consiituyente, noticia que si bien ha podido lisonjearme, considerando a V.A. en el seno de la ma– dre patria, no ha dejado de causarme por aira parle una sensación que na sabría exprirrtir sino deplorando el azar que pudo mover a V.A. a aceptar un puesto de la República Francesa en circunstancias tan críticas corno peligrosas para un ciudadano de otro carácter... En efecto, los términos en que se expresan algunos diarios en esa capital, rrte hacen comprender cuán arriesgada es vuestra rrtisión a pesar de vuestro desin– terés, y del sacrificio que habeis hecho en obsequio de los Pueblos que oS han prestado sus sufragios... Quiera el cielo daros acierto y sufrimiento para que vuestras obras benéficas confundan a todos aquellos que fascinados por el espiritu de partido han osado mancillar vuestro decoro y hacer un escarnio de vues– tro nombre ilustre!

El Sr. Don Antonio Arlello que pondrá esta carla en manos de V.A. va encargado, lo misrrto que los Sres. Arrtbrosio Cárdenas y R. Ofarreil, arrtigos nüos, de haceros una visita a mi nombre rrtientras tengo la di– cha de hacerlo personalmente, suplico a V.A. se digne acogerlos benignamente y dispensarles todas aquellas atenciones que se merecen y que la bondad de V.A. acosiurrtbra dar a cuantos la solicitan.

La confianza que V.A. ha sabido inspirarrrte desde que le visité en Hmn y las dichosas rela~iones que he– :;:nos conservado desde entonces, rrte anlman a hacer esta recorrtendación y no dudo que ella será obsequia– da cual corresponde. Nuestro amigo Venonges a quien ví en Jamaica, me dió la caria que incluyo a V A reservándome comunicarle de viva voz todo lo q':"e' él me recomendó le trasmitiese, si los negocios que

me llevan a Londres me diesen lugar para pasar a ese punto.

Aprovecho esta oportunidad para renovar a V.A los sentimientos de sincera amistad y de atención con que me firmo su servidor y fiel amigo. L.B.S M.

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Londres, Dicierrtbre 15 de 1848.

Sr. Ministro de Relaciones de Nicaragua.

Señor: tengo el honor de participar a V.E. que el día 7 del corriente he llegado a esta corte donde me ocuparé de evacuar los asuntos que Se me han enco– mendado.

Aun no he anunciado oficialmente mi llegada, por que habiéndose anticipado el Sr. Fosier a pedir una audiencia al Sr. Ministro de Negocios extranjeros para preparar mi introducción, no la ha conseguido sino hasta hoy a las 5 de la tarde, y yo no sabré el resul– tado sino rrtañana. Tarrtbién he querido esperar que venga el Sr. de Marcoleta, rrti digno colega, quien no ha podido trasladarse a ésta por falta de fondos, pues yo ,nismo no los iengo para darle los $1.,300 que se pusieron a mi disposición con este objeto, por no ha– ber realizado la partida de añiles en que consiste la dotación que se me asignó, a causa de estar muy aba– tida la venta y el precio con motivo de la situación en que se encuenira actualmente la Europa. Así es que por ahora nada puedo informar a V.E. con datos oficiales acerca de los negocios de que voy a ocupar– me, si bien no carezco de aquellos que los hombres imparciales y bien intencionados han tenido la bon– dad de surrtinistranne, y por los cuales se puede juz– gar con grandes probabilidades de acierlo, sobre la disposición del Minis±erio en orden a estos negocios. En efecto, según la opinión más común entre aque– llas personas, iodo lo que únicamente podrá conse– guirse es un tratado por el cual se estipule que la ex_ poriación de los frutos del país sea libre de derechos, y que se admitan en estos Puertos COrrtO producios co– loniales para que gocen de la franquicia de que estos gozan por las leyes de Inglaterra. Sin embargo no desespero de conseguir algo, reduciendo, cOrrtO otra vez he dicho a V.E. la cuestión de mosquitos a una cuestión purarrtenfe de lírrtites territoriales; cosa que procuraré con la debida circunspección en el último ex±rerrto.

Del Gobierno de la Unión Americana ninguna res– puesta he tenic;io hasta esta fecha, y esto me indica a creer que es muy poco lo que podemos esperar dé aquella República en donde la crisis eledoral tiene todavía los espíritus en la mayor inquietud, pendiente como está la cuestión del abolicionisrrto; que como ha dicho una corrtisión de la Carolina, se ha converlido en el norie en un torrente de opinión popular; ha in– vadido los hogares y la Iglesia, la prensa y los salones de la legislación, se ha introducido en las deliberacio– nes del Congreso, y en este momento rrtina los cirrtien– tos y está a punto de derribar el edificio rrtás hermoso que ha conseguido formar el ingenio humano. He aquí las circunstancias en que va a cambiar la admi– nistración de la República, quien sabe si el nuevo Presidente será tan feliz que pueda conciliar las difi– cultades, y restablecer el concierto entre los Estados desavenidos!

Menos debemos esperar de la Francia inconsolida– da, no obstante que según la opinión pública, la Pre– sidencia por elección popular recaerá en el Príncipe Napoleón Luis, cuyos sentirrtientos hacia. ese Estado conoce ya el Gobierno.

La Francia como fodas las naciones del continente antiguo, excepto la Rusia, tienen que atender de pre– ferencia a Jos negocios del interior que son bastante complicados, y luego allanar las dificultades que los sucesos ocurridos en cada uno de ellos ha creado para.

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