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trígado por el relato misterioso de la desconocida mu– jer le pregunté el porqué; entonces ella me contestó ba– jo una profunda reserva con estas palabras: La fulana, mujer del enfermó, ama a otro, ella quiere deshacerse de él y no solo quiere arrebatarle la vida, sino también sus bienes, pues en una época el referido paciente por un mal negocio traspasó sus bienes a ella, de no haberlo hecho así, el propietario hubiera quedado en la calle. Ahora, la maldita mujer, para conseguir su fin, como.lo está consiguiendo, le está "dando cochinadas", una de ellas consiste en darle de beber un tiste compuesto de tres cacaos que pelad itas permanecían toda una noche anterior en la cavidad bucal de su mujer, sostenidos en· tre la cara interna de la mejilla y la arcada dental supe– ríor. La mujer me dijo con énfasis que el asunto tenía porque saberlo, pues ella conocía ese negocio, pero que se trataba de su hermano. El enfermo fue sacado de su casa, quien sabe de qué maña se valieron y lo hospita– lizaron, bajo la estricta vigilancia de un seminarista que
fUe instruído del asunto de antemano. El enfermo curó.
Segunda factor, el hombre, pero con su intermedio, es decir, relacionado con la mal· dad diabólica, lo mis, mo, el consultante y el consultado entran en el mismo delito cri– minal maquinado por terribles asechanzas El hombre tiene un in– menso laboratorio que le cuesta muy caro, nada menos que su al– ma Ha pactado con el diablo, siendo un plofesional q u e se aprovecha de su po– der y ha aprendido
magistralmente tantas oraciones bíblicas al revez, oracio– nes negras, en fin, produce fenómenos contral ios a las leyes natulales: la magia negra.
Tercer factor, consiste en un fenómeno producido por sí solo, una manifestación extraña, una matel ialíza– ción de un espíritu bueno o malo sin que hayan sido so– licitados o provocados por algún ser humano. En este tercer punto entran los man ifestados agüizotes, buenos o malos. Ahora digo, que todo fenómeno de "encanta– miento" que haya ocurrido en el suelo centroamericano, han dado al través del tiempo y más, robustecida con el costumbrismo, también empapado de supe3rtición, lle– vado por la conquista española, temas dispersos de le– yendas.
El hombre mismo que se valió de la maldad para ploducir el maleficio, el mismo hombre tuvo que bus–
c~r la contra y valerse de la maldad m!sma para produ– Cir efectos contrarios en pro del bien. Dke e/ historial qUe el mal sabe quien hace el bien y viceversa, pero hay una ventaja favorable al bien, filtros que se escapan favoreciendo al prójimo y como si fueran las ciencias
médicas en el ramo de Inmunología, aquí también, en el libro de las hechicerías, se señalan líneas de inmuni– dad De ahí las expresiones fanáticas: "a mí no me pue– den hacer daño", "tengo sangre muy caliente para re– chazar los maleficios", "soy muy irritado par a recibir un daño". Además, como dijimos atrás, las contras, la co– rriente que llega y paraliza como dicen los hechiceros, y como se diría en un sentido literario más puro, la te. rapéutica que tiene que haberla porque al fin y al cabo la maldad no siempre puede prevalecer sobre el bien: Aquí la magia blanca de nuestro suelo. Entre las hechi– cerías existe un equilibrio, como el equilibrio de la ley de la conservación del Reino animal Por eso cuando una dolencia es considerada como un maleficio, el cu– randero dice: "esta enfermedad no es de Dios, sino que la mandó el hombre".
HEMORRAGIA DE SANGRE
Albarda sobre aparejo. Se dice con énfasis para in– dicar que se trata de un chorro de sangre y que cual– quier líquido que se escapa o se suelta del cuerpo, mas bien puede ser útil o cuando menos perjudicial, pero el precioso líquido rojo, vital como es la sangle, cuando "chorrea" debe tener atención presta, de cualquier par· te del cuerpo que se escape.
El pleonasmo de hemorragia de sangre es muy co– mún oirlo.
Muchos campesinos en lugar de pronunciar ortográ– ficamente hemorragia, pronuncian almorragia, pero siem– pre pleonasmizan completando el énfasis de Almorragia de Sangre.
En una ocasión fuí llevado a una hacienda de ga– nado, situada en el valle comprendido entre el cerrito de Posintepe y las bellas isletas de Granada para exami– nar a una enferma, mujer del mandador; fui con el pa– trón, pero cuando su mandador empezó a sobresalir con el cuento de que su mujer era muy bruta y desmandada, el patrón le interrumpió diciéndole: "Lengua, ayuda a tu amo", El mandador desoído su consejo terminó con es· ta tan sirripática como sencilla y dialéctica frase: "Cuida– dito que te.va quer, te agarra una almorragia de sangre y ay quir donde al dautor y te tiene que poner una ín– dección".
HERVOR
El hervol' es el sonido que emite un enfel mo cuan– do padece de ciertas enfermedades bronco-pulmonare5 sobl e todo en los niños Pero cuando se trata de un es– tertor ronco, fatigosa re'spil ación, pérdida del conocim ien– to y 'facie excavada, el enfermo es un mal ibundo. El hervor es producido aquí por parálisis del velo del pa– ladar
El hervor es comparado al sonido que emite la olla cuando hierve su contenido con el agua.
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