This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »noS recibieron los jefes y la tropa con grandes demostraciones de júbilo. Los recién llegados noS dieron informes muy favorables respecto al prestigio q\.1e en el país tenía el movimien– io revolucionario iniciado el 19 de Marzo de
1903 en la ciudad de Juigalpa, así corno la desmoralización que comenzaba a notarse en las fuer:z:as del Gobierno, en las que continua– menie estaban ocurriendo deserciones.
Todas estas no:J:icias dieron a mi fío Ale– jandro y a mí mayor fuerza a nuestros espíritus para continuar luchando hasta, no alcanzar un triunfo complet? Pero había una ligera dis– crepancia entre nosorros sobre el método a se– guir en el desarrollo de la Revolución.
A don Alejandro no le gustaba alejar mu– cho el centro de operaciones de los depar;– iamentos de Granada y Rivf;iS, mientras yo encontraba más fácil vencer a Zelaya en los campos agrestes de Chontales.
A mi juicio, la idea predominante de, don Alejandro era el de poderse poner en contado con alguno o algunos de los jefes de las fuer– zas del Gobierno, me parece que con el Ge– neral Fernando María Rivas, con quien él ya estaba iniciando pláticas de entendimiento por medio de don Emilio Hurtado; sin embargo, me guardaba tanto cariño y le merecía yo tantas consideraciones que nunca que le hablé de las grandes posibilidades que presentaba Chontales para nuestro movimiento, se mani– festó en desacuerdo con la idea, pero siempre buscaba un motivo razonable para demorar su decisión al viaje.
Hasia aquí esas demoras no::¡ habían sido favorables, pues ya vimos que cuando el Go– bierno ocupó la Isla de Zapatera, nosotros capturarnos la guarnición y ocuparnos la Isla, aunque la desocuparnos enseguida. Luego el Gobierno volvió a ocuparla con mayor número de fuer:z:as, -quizá de doscientos hombres– y nosotros resolvimos atacarla de nuevo. Para esto, nos preparamos mejor, pues de no haber– lo hecho así. no habríamos podido ni desem– barcar las fuerzas que teníamos a bordo.
E¡:¡ta expedición nos vimos precisados a hacerla de noche, usando la arfillería para acallar los fuegos de las tropas en tierra, efec– tuando el desembarque inmediatamente des– pués. Se procedió al ataque con vigor, domi– nando a las fuer:z:as que estaban en las prime– ras trincheras, y no dando al enemigo tiempo ni lugar a rehacerse de nuevo, logrando en– cerrarlos en las mismas casas de la hacienda "Zapatera" donde se rindieron los últimos que quedaban. En este encuentro salió herido el general Vásquez Garrido, jefe guatemalteco que comandaba estas fuerzas de Zelaya. De los ;nuestros recuerdo que perdimos en las ope– raC10nes de desembarque al Capitán Coronado Artola, de Nandaime, que gozaba de gran preStigio en la tropa y quien era un soldado de gran valor personal.
Como en la primera ocupación, recogimos
El Victoria ardiendo frente a Ometepe en el Gran Lago.
todo el botín y lo llevamos con nosotros a Mo~
yogalpa. .
Con lo obtenido en Zapatera y lo que ha– bíamos reGogido anteriorm.ente, nuestro con– tingente miltar ascendía ya como a 800 hom– bres, es decir, era un gran ejército para una revolución que había comenzado con tan po– cos elementos.
Contábamos, además, con los dos vapores para poder maniobrar en cualquier punto c;iel Lago en el que nosotros quisiéramos operar. Esto nos daba un gran dominio o ventaja sobr.e las fuerzas del Gobierno, porque por muy fuer~
te que éste fuera, por razón de la extensión que tenía que defender; el frente era muy ex– tenso y por consiguiente en algunas partes tenía que estar debilitado
¡ pdr eso cada vez que había oportunidad insistía yo con mi tío Alejandro sobre la idea de irnos a Chontales y en esta ocasión lo encontré más anuente que en otras; sin embargo, me hizo observar que no deberíamos llegar a Chontales imponiendo contribuciones, ni quitando bestias para uso de las fuer:z:as. ni ganado para la aJimen±ación de las mismas, y me propuso que enviáramos a Granada a cambiar unos treinta mil dólares que tenía en giros bancarios para que con ese din,ero compráramos todo lo que necesitára– ramos.
Me gustó mucho su idea y me puse de acuerdo con sus observaciones e inmediata– mente dispusimos el envío de una comisión, -uno de ellos era don Frutos Bolaños Mora– les-, a quien mandamos a dejar a un punto de la costa del Lago, con instrucciones de re– cogerlo de nuevO, cuatro días después, en Lo~
-45'--
This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »