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elos, haciendo uso de los medios de qUe Costa 'Rica dispone para obligarlo en caso de rehusar, para ésto sería preciso, después del "uUimáfum", que con tal objeto se le dirigiese, preparars'e a invadir el territorio en el evento de negativa, 10 cual no puede verificarse, tanto porque el señor Presidente ha hecho una prome– sa formal, como porque el carácfer de los costarricen– ses repugna invadir a las demás Repúblicas hermanas,

3. que en tal concepto sólo queda un medio para po– ner término a la situación, "que es el de apoyar la revolución en Nicaragua, con el fin de que el Parlido Liberal pu,eda derrocar la administración del señor Chamorro y colocar un Gobierno amigo que nos dé plenas garantías de reconocer los derechos de Cosfa Rica", 4. que esa revolución está justificada por parie del Parlido Liberal nicaragÜense, tanto por la hostili– dad del Gobierno del señor Chamorro hacia él, como porque es público que, en las elecciones que dieron por resulfado la Presidencia del señor Chamorro, no s6lo hubo presión de la fuerza, sino fambién fraudes escandalosos para obfener el triunfo de aquella can– didatura, 5· que por la naturaleza de los sucesos que

vienen ocurriendo, "hoy el gohiemó de Guatemala. es

el aliado natul"al de Costa Rica y es con él con quien debemos entendemos para asegurar el triunfo de la revolución en l\l'icaragua, en que aquel Gopierno está también interesado", una vez que El Salvador no po– demos mirarlo sino como enemigo de nuestra causa por ser aliado del Gobiel"no del señor Chaznol"ro. To– madas en cuenta todas estas consideraciones, se f3.cor– dó, "1' que se apoye de una manera decidida y efi– caz" la revolución en Nicaragua que tiene por objeto derrocar la administración del señor Chamarra "y colocar en el poder al Padido Liberal" estipulando con los jefes de éste "previamente el reconocimiento de los límites naturales de Costa Rica en el Lago y río de San Juan en toda su exiensión", 2 9 que el señol" Presidente se ponga de acuerdo con el Gobierno de Guatemala para obtener más fácilmente el triunfo de la revolución y garantizar a Costa Rica sus derechos de limítrofe en el Lago de l\l'icaragua y río de San Juan en toda su extensión. Manuel Antonio Bonilla, Fran–

cisco Pío Pacheco, Dionisia Bonilla, Cleto González, Braulio Morales, Vicente Herrera, Juan Barbón". 1151

ZI:IJlYA

Una Junta de Gobierno revolucionaria, compuesta por los Generales Joaquín Zavala, Eduardo Montiel y José Santos Zelaya, al frenfe de fuerzas rebeldes, hizo capitular al Presidente Dr. Roberio Sacasa en Sabana Grande, aceptando la condición de que, al resignar el poder, se estableciera una Junta de Gobie:¡;no com– puesta de cinco miembros designados, ires por la l"e– volución y dos por el depuesto gobernante. Por éste figuraron el Senador Salvador Machado, Presidente, y don Fernando Sánchez, para Ministro de Relaciones Exteriores, y por los alzados, don Francisco del Casti– llo, don Luciano Gómez y don Miguel Vijil, Ministros de Guerra, Hacienda y Gobernación, respectivamente. "En el Valle de Sabana Grande, a 31 de Mayo de

1893, reunidos los comisionados del Supremo Gobierno de la República, Señores Dr. don Modesto Barrios, Dr. don José Francisco Aguilar y Gral. don Hipólüo Sa– ballos h., y los de la Junta de Gobierno Revoluciona· ria, Señores Dr. don Francisco Alvarez, Coronel don Ascensión P. Rivas y don Octaviano César, "bajo la Presidencia honoraria del Honorable Señor don Lewis Bakel", Enviado Extraordinario y Ministro Pplenipoten– ciario de los EE.UU. de América"... Artículo 9' "El Se– ñor Ministro de los Estados Unidos, interpone en este arreglo su mediación amisto~a y su garantía moral de la buena fe en su cumplimiento" por ambas parles. LEWIS BAKER - Modesto Barrios, José Francisco Aguilar, H. Sabanos h., F. Alvarez, Ascensión P. Rivas, Octaviano César, J. F. Medina, Srio. Hon. En Masaya,

a primero de Junio de mil ochocientos noventa y freso La Junta de Gobierno, encontrando el anterior conve– nio a.justado a las instrucciones dadas, 10 ratifica en todas sus paries. - Eddo. Monfiel - Joaquín Zava– la - "J. S. Zelaya". (16)

Viéndose pospuesto el General Zelaya al recaer el nombramiento de Comandante General en el General Agustín Avilés, reclamó como garantía la COlTlandan– cia de Armas de León para la persona del General Rubén Alonso, quien declinó el cargo e hi2:o observar al General Zelaya que se podría dar un cuarlelazo en aquella ciudad si se obtenía, la Mayoría de Plaza para el General Paulina Godoy y la Dirección de Policía para el General Benito Chavarría, a,:,-n cuando el cargo de Comandante de la plaza estUVIera en manos del General Anastasio J. Oriiz, quien a la postre entregó las armas a aquellos cuando; sobrevino el levanta– miento y encabezó el movimiento. He allí el ori~en

de la revolución del 11 de Julio de 1893, que dio el triunfo definitivo al General Zelaya y 10 ascendió a la primera magistratura de la República.

En su proclama del 18 del citado Julio, el General Zelaya, figura prominente en la Junta de Gobierno Revolucionaria que pactó en Sábana Grande la abdi– cación del Dr. Sacasa, refiriéndose a los conservadores corno a un pequeño círculo, dijo, .....Impolítico y des-

considerado, tuvo. valor de romper el pacto de Sabana Grande, "garantizado por el Señor Ministro AJnedca-no.....

Aunque no estamos de acuerdo con el escritor li–

beral Aquino, por no coincidir la promulgación real de la Constitución dictada el lO de Diciembre de 1893, bajo el régimen del General Zelaya, con 10 sostenido por aquel en su obra sobre el ex·Presidente, o/eemos conveniente dar a conocer la novedad histónca que contiene. Oigárnosle, "Entraría en vigor hasta el 11 de Julio de 1894, "pero fue promulgada el 4 de Julio para darle znayor esplendor a la celebración del CXVIII aniversario de la Independencia de los Estados Unidos de América". (171 Según dicho escritol", las que resulíaron en breve tiempo con sus prematuros avances incÓInodas normas cons±iiucionales, se inicia· ron bajo el regocijo de una efeméride del país que ha ocasionado la más dilatada polémica sobre la inter. vención en Nicaragua.

La lucha material por desalojar a la pretendida monarquía de los moscos en la Costa Atlántica provo– có reacciones de los hombres de color que servían in– tereses igleses y extendiéndose la insurrección a Prin· zapolka, Corn Island y Río Grande, "el Vice-Cónsul Americano" había ~edido que "marinos" del buque de guerra "Marblehead" "desembarcaran" para impo– ner el orden a aqui;Jllas hordas de color, y el Coman– dante O'Neil y el Cªpitán Seat, "después de obtener el consentimiento del' General Cabezas, hicieron bajar unas fuerzas del barco".

El propio General Rigoberio Cabezas en el infor– me oue rindió sobre los acontecimientos de la rebelión de los indios mosquilos, dijo que como no bajarían las fuerzas de soldados americanos "si no era pOl" mi petición, "convine en mandar una carla solicitando la presencia de los marinos en tierra".

Con fecha 16 de Julio de 1894 el General Cabezas, nuesfro valiente reincorporador, rindió al Ministro de la Gobernación el aludido informe del glorioso episo– dio, en el que también figuran estos párrafos. "La culfura y buenos oficios del Comandante O'Neil fueron en mi ánimo de mayor peso que cualquiera otra con– sideración;.. Es muy significativa la carla que puso en

mis manos el Comandante del buque de guerra, que entre otros documentos, adjunto a Ud. En mi confe– rencia con él me hizo declaraciones "altamente SIG– NIFICATIVAS respecto de la política de los Estados Unidos'" en el asunto de la Mosquifia. El me declal"6 que su Gobierno "no permitirí.a la interV'eitción ingle– ss". (181

Del conocimiento del Dr. Roberlo Sánchez Vigil es la solicitud que V'iene a sel" como la clave de la rein– corporación de la Mosquitía, y la cual nos trasmite en su conferencia de ingreso a la Asociaclón de Escl"ifores

y Ariistas Americanos, acaecido el 6 de Septiembre de

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