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« Previous Page Table of Contents Next Page »iras la afrenta, el más conmovedor infórlunio de la guerra nacional, ya aquietados los turbulentos espí– rifus ,de los políticos en la incomprensible coniradic, ción de rencillas dO!nésticas, 12 de Septiembre de 1856, y despertadas las conciencias ?e tod.os. los cen– tro-americanos que, presios a combatir, deCldleron sal– var la dignidad del Istmo para afirmar sus destinos de país,?s libres. . .
Sin que el Goblerno de los Estados Unldos presta– ra oficialmente apoyo al bucanero William Walker en sus dos expediciones invasoras a la República de Mé– xico una al Estado de Sonora en donde fracasó. y la otra' a Baja California, en la que se hizo nombrar Pre– sidente de esa Península, el filibustero tuvo que huir ante la acción combatiente de los aguerridos mexica– noS) y fue juzgado en su propio país, en forma tal, que el jurado que conocié de la causa, le declaró absuelfo.
Por si quienes se ocupen de leer estas reminis– cencias histéricás han prestado poca atención a los matices que ellas presentan en el siglo pasado, tene– mos que provocar un examen sobre la atracción que nuestro país presentó a personajes de apejlido Wal– ker. Primeramente, Patrick Walker, Cónsul inglés en Bluefields desembarcó de la fragata "Espartana" el 10 de Julio de 1844 para operar 00=0 autor de un imberbe. de quince años, Jorge Guillermo, coronado Rey de la Mosquitia ellO de Mayo de 1845 en el es– tablecimineto de Belice. Aparece después, al albo– rear el 13 de Junio' de 1855 el "Vesta" en el Realejo con una cuadrilla de aventureros comandados por William Walker, siniestro ambicioso y cruel, solícito al llamado del Director Provisorio del Estado, Licdo. Castellón y de la alfa jerarquía del partido democrá– tico. Por úlfimo, "el 24 de Julio de 1897 el Contralmi– ranÍe John G. Walker predispone el ánimo del Pre– sidente McKinley para la inmediata construcción del Canal por Nicaragua, basándose en dos razones: la caducidad de la concesión Menocal y la ingerencia de la política expasionista de los Estados Unidos. Este informe es de lo más completo que se haya pre– sentado con respecto al Canal por Nicaragua, proba– blemente sólo superado por el rendido por el Mayor Sulfan en años posteriores". (10)
William Walker era indiscutiblemente un hom– bre de talento y el primer contrato que Byron Cale le presentó, concertado con el jefe democrático nica– ragüense, no quiso aceptarlo, ni comprometerse bajo sus términos, por el temor de caer bajo las sancio– nes de las leyes norteamericanas que le impedían fal– tar 6. la neutralidad, protegiendo a 'Un beligerante. Nuevo viaje de Byron Cale a Nicaragua para reme– diar la objeción, y disfrazando el convenio con una colonización, fue así ajustado el 28 de Diciembre de 1854, coincidencias del destino!: en un día consa– grado en el calendario de la Iglesia corno el del "De– güello de los Santos Inocentes", la ironía asomó la mueca de su infausto anuncio!
Walker relata que el señor Máximo Espinosa, del partido de Castellón, contrató a los filibusteros Brissoi y Hornsby para actuar sobre el río San Juan, en la fortaleza del Castillo Viejo, que el General Máximo Jerez otorgó al norteamericano Thomas F. fisher la autorización para traer a Nicaragua 500 recluías "con promesa de una paga de las más exhorbitantes, tan, to en dinero corno en tierras para los oficiales y sol– dados" (11 J; Ortega Arancibia refiere que Byron Cale celebró, con anterioridad al convenio de Caste– llón, uno en Nacaome el 2 de Diciembre de 1854, con su Ministro don Pablo Carvajal para los mismos fi– nes (12)
¡ y Gámez, al examinar los compromisos comprendidos en el contrato Castellón-Byron Cole cUenta que "en caso que la Falange lle'gare después de concluída la campaña, podría, bajo las mismas bases, prestar sus servicios al Gobierno de Hondu– ras" (131, conceptos que figuran en forma precisa en el artículo 90. de la antes dicha contrata.
. La recepción de puertas abiertas de los democrá– wos nicaragüenses a la Falange de filibusteros de d alker, Se expansionaba hacia Honduras, incitando, e ese modo, al invasor a una campaña ístmica de
predominio, en donde se proyectaban con iodo su cortejo de vicisiiudes, las más negras desventuras pa– ra el solar centro-americano.
Un despacho de Coronel hil!:o figUrar a Walker en el escalafón militar de Nicaragua al hollar tierra nicaragüense y, en rápido y vertiginoso' ascenso, muy pronto exhibe las insignias de General después del combate de La Virgen y corno galardón por la' torna de Granada, pasando luego, desde la incógnita de su aventura, al feliz cargo de Presidente de Nicaragua el sábado 12 de Julio de 1856, de donde le arrojó el espíritu centroamericanista, alarmado y lleno de preo– cupaciones ante el desmedido curso de los aconteci– mientos y la ley de 22 de Septiembre de ese año que, anulando actos realizados cuando regía la Consfifu– ción de la República Federal, era inductiva del res– tablecimiento de la esclaviiud, corno claramente lo confirma Walker al comentarla en su historia. Poco o nada sirvió al General Jerez la dura y aleccionadora experiencia de obtener apoyo en el ex– ierior para buscar solución a los problemas nacio– nales, pues ya sustraído el gobernante don Patricio Rivas de la funesta y decisiva influencia del filibus– tero, al trasladarse de Granada a Occidente, le nom– bró miembro de su gabinete y como "ministro del Gobierno Provi.sorio, el 3 de Julio iuvo a bien enviar una exposición a los Gobien~os de Inglaterra, Fran– cia y Estados Unidos contra William. Walker. En ella manifestaba la conduc:la del invasor y las disposi– ciones que conira él se habían dictado, " y pedía que esas grandes potencias intervinieran en favor de la libertad de Nicaragua". (14)
El año 1863, movido por el deseo de jugar con la violencia para derrocar un gobierno constituído, obtiene el respaldo de El Salvador y Honduras. Su "Orden General del 16 y 17 de Abril en Choluteca", contiene este párrafo final que todo lo revela: "Sol– dados, ni un momento ha venido a inquietarme la idea de un revés; sois valientes y subordinados, nos protege la Providencia, y nos guía la luminosa estre– lla de El Salvador y Honduras. General en Jefe, JE– REZ". y, en el mismo mes, lanza una proclama decí– dora para los incrédulos: " .. Un ejército de valientes, "que en nuestro auxilio me han confiado los Gobier– nos de El Salvador y Honduras", engrosado por todos los buenos patrioias que pudieron salvar la violencia del Gobierno desesperado de Nicaragua, os trae el triunfo de los principios y derechos que con justo do– lor habéis visío conculcados... os invito a rodearme para que instantáneamente sea terminada la campaña que hoy abrirnos "bajo tan hermosos auspicios y lle– guemos al momento de dar al ejérciio auxiliar y a los Gobiernos de Honduras y El Salvador nuestras débiles gracias..:' Satoca, Abril 20 de 1863. Máximo Jerez". Después de permanecer en Guatemala algún tiem– po, pasando luego a El Salvador y Honduras, el Ge– neral Jerez salió para Costa Rica en demanda de nuevo apoyo contra el Gobierno de don Pedro Joaquín Chan-lOrro, en el año 1876. En camaradería con el dic– tador; General Tomás Guardia, gobernante del úlfimo de esos países, buscó "aún con detrimento de nues· ira integridad territorial", el respaldo que necesitaba y eS muy elocuente el documento que transcribi– remos, que da la medida de lo que es una ambición desorbitada. Dice así: "San José, Marzo 25 de 1876. Reunidos S. E. el señor General Presidente, los Secre– tarios de Estado Morales y Herrera, y los miembros' de l¡¡. Comisión Permanente Bonilla (M.A.I', Barbón, Bo– nilla I Dionisio) , Pacheco y Gonzélez con el fin de con– siderar la situación respecto de Nicaragua, para que se aconseje al Presidente el camino que deba adop– tarse, después de considerar los actuales aconteci– mientos que se esián sucediendo en Centro América, cuya influencia en nuestra situación es notoria por los intereses creados, y considerando: l·, que el actual modo de ser no puede prolongarse indefinidamente, sino que debe buscarse una solución que asegure pa– ra siempre los derechos de Costa Rica y aleje la posi– bilidad de nuevas inquietudes por parte de Nicaragua, 2 9 que aunque el medio más natural sería exigir del Gobierno de Nicaragua el cumplimiento de los trata:~
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