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EL INSTITUTO DE EDUCACION POLITICA

CON SEDE EN SAN JOSE DE COSTA RICA

Un acontecimiento de suma trascendencia para los destinos de la democracia latinoamericana tuvo lugar en Costa Rica en el mes de Noviembre de 1959.

Un grupo de delegados de los partidos democráticos de la zóna del Caribe se reunió Con un fin práctico en "La lucha", finca del ex-Presidente de Costa Ri– ca, José Figueres. Se invitó especialmente a esta reu– nión, a un representante del "Institute of Internatio· nal Labor Research" de fas Estados Unidos.

El objetivo de esa reunión fue fundar el INSTI· TUTO DE EDUCAClüN POllTICA, el cual funciona– rá en breve en Costa Rica. Este nuevo Instituto, de amplio contenido político avanzado y democrático, tie– ne como base las filosofías de los Partidos Políticos que en la zona del Caribe se empeñan en una digni– ficación del hombre, en la afirmación de una, concien– Cia democrática latinoamericana y en la liberación de nuestros pueblos para que disfruten efectivamente de los derechos que garantizan su libertad, su paz, su pan y su educación, sin temores. Desde luego, aun– que por el momento se ve obligado a actuar así, el Instituto tenderá a abarcar más adelante a toda La– tino-América en su misma labor de inspiración demo– crática.

El Instituto de Educación Política tiene como fi– nalidad crear una ideología democrática, dinámica para darle una conciencia clara al destino político de Latinoamérica mediante la acción política de los partidos respectivos. Para ello cree que son necesa· rios los contactos humanos de sus bases y también una doctrina para sus cuadros Los estudiantes del Instituto se formarán en esas disciplinas para actuar, de acuerdo con las tendencias específicas de los Par– tidos Políticos a que pertenezcan, en la afirmación de los intereses supremos de la unidad democrática interamericana. Será también un centro de investiga. ciones político-sociales de coordinación e infOl moción de todos los grupos democráticos. El contacto persa· nal y permanente de los estudiantes de las diferentes agrupaciones políticas, por otra parte, permitirá Id

consecución de una fisonomía común, que respete al mismo tiempo las características locales de cada mo· vimiento democrático. Lo que importa una vez es– tablecidos los principios generales de la doctrina, es la unidad estratégica y táctica para defender y reali– zar la democracia.

El primer curso de capacitación política del Ins– tituto comenzará el próximo mes de Octubre. El Par-

tido Conservador de Nicaragua ha sido invitado para enviar a dos becados, designación que ha recaído en don Róger Mendieta Alfara y en don Enrique Alva– rado.

Por otra parte, ya venía haciénd05e sentir la ne– cesidad de un movimiento de alcances internacionales como éste que comentamos, que fuese capaz de vin– cular la acción de los hombres de ideales democráti– cos en este Continente. Porque si algo ha probado esta guerra fríq es la importancia de la integración y la coordinación de las ideas en el escenario mundial.

En otras palabras, un "común denominador" que agrupe al mayor número de naciones, es el objetivo pragmático al cual se adhieren aferradamente los di– rigentes contemporáneos. Se busca ahora la sol ida– ridad y la vinculación para poder asegurarse la sobre– vivencia Es este tipo de planteamiento que pudiéra–

mos llamar "universalista" el que encontramos a ca– da momento en el lenguaje de los líderes de nuestro tiempo, que no sólo se contentan con apelar a su púo blico doméstico, sino que están permanentemente in– vocando la atención e interés de todos los pueblos del mundo, inyectando ese sentido de "catolicidad" a sus conflictos parroquiales, empeñados en demostrar que sus propios problemas tienen un epicentro que radica

más alió de las fronteras y el cual sólo puede ser re–

movido con la acción conjunta que proporciona la afinidad y el común destino.

Ante el dilema de este grave conflicto que plan– tea al hombre contemporáneo los dos grandes siste–

mas del pensamiento, sólo caben dos posiciones: la de los reformistas para quienes algo puede ser toda– vía salvado de nuestra sociedad, incorporándole, cla– ro está, fundamentales cambios en los enfoques y procedimientos y la otra actitud más radical, para fas cuales, la revolución radical es la único solución. La actitud quietista, del clásico statuo-quo, que sostenía que todo andaba bien aunque la Casa estuviese ar– diendo ha sido superada definitivamente. Claro es– tá que la primera posición, la "reformista", tiene

cierta afinidad con la actitud conservadora para quien, el progreso es "conservor y superar". No nos equivo– camos al pretender entonces que el Instituto de Educación Política pertenece a ello, por lo cual ha hecho muy bien el Partido Conservador en aceptar y usar las becas que hemos mencionado en párrafos anteriores.

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