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tivo no se le consienta, entonces tiene que dejar su petición en manos del Secretario: llega el abogado ,contrario y lo provée, naturalmente en contra de lo solicitado. Eso no es Justicia Si se trata de dictar sentencia, es muy rara la ocasión en, que el Juez se

tome el trabajo de redactarla. La móxima interven– ción de un Juez es que lea someramente o que le in– formen de lo que dice el juicio, y en esa situación, llama a uno de los abogados y le dice que ponga la sentencia en favor de él mismo. El abogado pone en la sentencia sus propios y personal~s argumentos y eso f'!s lo que firma el Juez Esa es la razón por lo cual ningún Juez tiene estilo propio, pues como no ha, ce los sentencias que firma, nadie sabe si es o no ca· paz de escribir una verdadera sentencia.

Antes de esta época a que voy refiriéndome, los jueces eran seleccionados entre los abogados de más capacidad, y cuando aceptaban el cargo, ellos mismos trabajaban todo el día y ellos dictaban los autos, fas providencias y sobre todo las sentencias.

4)-Cómo se recibe actualmente la pruebo de testigos? Sobre esta materia es extremadamente do– lorosa al presente la situación de la Justicia en Nica– ragL\a. Frecuentemente la declaración de los testi– gos es la base sobre la cual se apoyan los Tribunales pard dictar sus resoluciones Según el sistemá' legal

del país, la parte litigante que desea ofrecer prueba testifical la propone por escrito y presenta un interro–

gatorio redactado en una forma anticuada. La con– traparte dentro de los dos días siguientes, debe a su vez entregar al Juzgado el texto de sus repreguntas. Llegada la hora de la declaración, es uno de los Se– Cretorios, o un escribiente, el que se coloca ante una máquina de escribir y comienza o 'hacer las pregun– tas o las repreguntas en su caso, y oídas las contes– taciones dicho Secretario o escribiente, las interpreta y escribe lo que a él le parece que quiso decir aquel testigo. Un ligero tinte de lógica, sin utilizar nada de fantasía, hace ver que con semejante sistema, esos declaraciones no representan fa verdad, y no son ni siquiera reproducción de lo que el declarante haya di–

cho. El Juez se mantiene alejado y Guando ya todo éstá escrito y firmado por el testigo y Secretario, le posan las hojas de popel al Juez, y éste firmo sin leer, todo lo que el Secretario le lleva. Eso tampoco es Jus– ticia

El sistema mencionado es una degeneración de lo que antes era lo usual, y que consistia en que pre– cisamente el propIo Juez interrogaba y oía las con– testaciones y cuando todo estaba escrito, el Juez ha– cía leer la declaración, la comprobada y sólo así se firmaba.

S)-Otros cfoses de prueba. En lo que hoce a inspecciones, examen de peritos y otras pruebas, lo que sucede es extremadamente igual a fa que dejo dicho, pues el Juez nunca se interesa en lo que está haciendo, y podemos decir sin temor de equivocar– nos, que se ve en esos lugares al Juez, únicamente para hacer acto de presencia, y esto porque toda ins–

pección o prueba pericial, es motivo para hacer un cobro a las partes. Eso tampoco es Justicia.

Es verdad que podría continuar con la enume-

ración de cosos y prácticas semejantes a las anterio– res, pero no es mi intención agotar el tema, sino tan solo enseñar como es que se administra Justicia en Nicaragua en los tiempos presentes, y por eso a fin de presentar en todos sus aspectos el panorama del ambiente judicial del día en Nicaragua,' vaya referir– me a otros dos aspectos, presentando tan solo hechos, para así reunirlos todos y poder sacar conclusiones. Formado el proceso en la forma peculiar que de– jo esbozado, cabe preguntar en qué forma se puede obtener que el Juez o Magistrado dicte sentencia. Pa– ra el abogado en la Nicaragua de estos días, lograr una sentencia es uno de los más penosos pasos que necesariamente tiene que dar. En primer lugar, es necesario que el Juez o Magistrado sea amigo y quie– ra oirlo, pues como estudia muy poco, es indispensa– ble relatarle lo que está en el juicio para que se for– me idea del asunto sobre el cual va a dictar senten– cia Si el abogado no tiene la simpatía del Juez o del Magistrado, o si u,no de estos señores la tiene mayor en favor de ta contraparte, ya puede tenerse por cier– to que la sentencia vendrá en su contra. Esa amis– tod o simpatía de parte de los jueces o Magistrados se logra por amistad personal, por recomendacioneS de amigos, o por motivo de compañerismo o partida" rismo político o por otras razones. Así nace lo que se llamo una sentencia lo cual no es el resultado de un estudio serio, ni de la meditación profunda de un Juez o Magistrado Los recursos que permite la ley y de los que con toda ilusión hace uso un litigante, frecuentemente sólo trasladan para él, el campo o el terreno de sus sufrimientos, pero el ambiente general y las características de fondo siguen siendo las mis– mas.

Para completar el cuadro, tan sólo me falto re– ferirme a los abogados. Duele grandemente decirlo, pero la verdad es que al presente hay mayor núme– ro de abogados que no han resistido el virus corruptor del ambiente y que han venido a ser no sólo un ele– mento de descrédito, sino también una amenaza po– ro toda la sociedad. Afortunadamente su número no ha crecido exageradamente, pero los prócticas vicia– das y los procedimientos irregulares, sí se han propa– gado tanto, que ya pueden considerarse como un mal genera!

Expuestos así los antecedentes que tienen ínti– ma relación con el problema que estamoS enfrentan– do, sólo nos queda por decir que a causa de los he– chos que dejo relatados, en la opinión pública hay un sentimiento unánime y general de que la admi– nistración de Justicia en Nicaragua está padeciendo tan grave crisis al presente, que casi ha llegado a los límites de la destrucción y del aniquilamiento. Con un gran margen de seguridad podemos afirmar que en Nicaragua no existe actualmente Justicia, que los

nicaragüenses no sabemos lo que es un verdadero Juez y que ignoramos la importancia y trascendencia de Jueces probos y honestos. . Conocidos los hechos expuestos, se presentan a la consideración, dos aspectos que son dignos de mu– cho estudio y meditación; el primero es determinar el origen de ese padecimiento, para saber si se trota de

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