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La poza donde apagaba su sed después de sus correrías por el campo y donde aún se abastece Comalapa.

de tu padre y con él puedes ide a Mana– gua ... " Yo me ezno– cioné mucho y aun– que ya Íenía caforce años, lloré cozno un chiquillo. C u a n d o mis hermanos supie– ron de mi viaje; fam– bién lloraron. Dos días después, fras una despedida llena de lágrimas y senÍÍ– miento, salí de Co– malapa con gran tristeza en mi alma y recuerdo que el 5 de Julio de 1885, tras largas jornadas por

los caminos de aque- Su madre, Doña GregOl'ia

110s tiempos, entraba Vargas Báez.

a ~i nueva cass; ~~ esta ciudad de Managua. MI padre me reclblo muy cariñosamente. Bien recuerdo que a continuación me llevó ante su

espo~a, y que le dijo; "Aquí fe 10 doy para que lo cnes a.la par de nuestros hijos, como me 10 hs;s ofrecIdo". La esposa de mi papá, es decir, mI madrastra, era Doña Dominga Chamarra d? Chamorro; una señora alfa, blanca, más bIen. robusta qu~ delgada, de distinguida pre–

se~cla y de caracier ~~vero. Me acogió y me cno c~n maternal canno y a decir verdad, de ella solo fengo gratos recuerdos y ninguna queja. Siempre fue solícifa, buscaba el modo de complacerme. de ayudarme y cuando al– guna dificulfad se me presentaba, traÍaba de allanarla para mi bien. Asimismo mis herma– nos .Chamorro .s:hamor:o: en los colegios, en la VIda hogarena y SOCIal, nos tratábamos con fraternal afecio.

Igual puedo decir del esposo de mi madre Don Evarisfo Enríquez, cuyo paternal afeci~

me mantuvo por los años que conviví con él

tenién~olo como a mi papá; 10 mismo h~

de deCIr en relación con Ramón Enríquez Ma– tus y ~os Enríquez Vargas: que fueron herma– nos eJemplares, y que siempre nos ligó el fra– ternal afeC±o desde nuesÍros primeros años.

Corno dije anÍeriormente, llegué el cinco de Julio del año mil ochocientos ochenta y cincC? a. esta ciu~~d, época en que ya había un mOVImIento polItIco eledoral para sustituir al Presidente,DoC±or Adán Cárdenas, que gober– ns;ba el pal~ entonces..Con motivo de la proxi– mIdad de dlcha.s .elecclones, la cas~ de mi pa– d!e era muy vlSltada por los pohticos de la cl';1dad y aun del resto, de la República; y así

fUI poco a poco enterandome de los asunfos políticos, de la vida y aciividades del Partido Conservador y de la preeminencia que en ese

P~riido fenía la fa~ilia Chamorro, de la que mI padre era un mIembro sobresaliente no só-

tarde, cuando era perseguido por las trol?as del General Zelaya debido a mis rebeldías contra su diC±adura, mi antiguo znaesrro ayudó cuanto pudo a dichas Íropas para que lograran zní capÍura; felizznenÍe enue znis aznigos había elexnentos conocedores de lo que contra zní se tramaba Y en znás de una ocasión sus 0p0rÍu– nos avisos zne libraron de caer en las trampas y eznboscadas que zne tendían l~s. tropas. ze– layisÍas Y el znaestro RobleÍo. VIeJos veCInos de Coznalapa zne decían que ya desde en znis día;:> de escuela era probable que D. Esteba~

supiese lo que yo ignoraba, esto es que znl verdadero padre era un Ch~~orro,. apellido que él odiaba por su exaliaclon parÍldlsta de liberal, y por tal razón no desaprovechaba ninguna ocasión de todurarzne con sus palme– tazos.

Por mi parie, puedo asegurar que no fue sino hasta el año de 1885 que yo eznpecé a darzne cuenta de la existencia de partidos po,. líticos en Nicaragua, pues a pesar de que mi padrastro era un leal conservador, en casa po– co o nada se hablaba de esta clase de ¡;¡.sunÍos, y por eso carecía de cualquier inclinación po– lítica, cuando salí de Coznalapa, para venir a vivir con zni verdadero padre, Don Salvador Chaznorro, que enÍonces residía en Managua. Fue uno de los prizneros días de Julio del ciÍa~

do año 1885, cuando habiendo llegado a casa un poco tarde, por causa de znis vagabundeos, zni znadre zne encerró en un aposento, me lla– mó severamenfe la afención por zni faBa y un rato después, cuando zne creyó ya sereno, me habló así: "Nunca antes fe había dicho que Evaristo, zni esposo, no es en realidad tu padre, pues antes de casarme con éL yo ya te tenía. Tu verdadero padre se llama Salvador Chamo– rro, vive en Managua y ha znandado a bus– carÍe. Quiero que te vayas a vivir con él, para educade mejor ... Yo creo que debes irtel allá él te va a poner en un buen colegio, Íe va a dar su nombre y una buena educación. Allá van a hacer de tí un hombre útil a la sociedad. El mulero que vino a vender sal frajo la carta

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