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una caria que le envió uno de los ciudadanos más ilus– tres y patlióticos de León¡ información clave y veroz pa–

/0 señalar el estado de la instrucción pública nacional a mediados del siglo pasado

Como aquí sólo interesa damos cuenta de la situa–

ción pedagógica en gene/al por se, muy detallada no

la tlansclibimos y únicamente nos limitamos a destacar

su impoltancia Y el segundo relata que el sistema an– tiguo y defectuoso de nuestra instrucción pública fue obieto, en diciembre de 1869, de refolmas y decletos oficiales que, por varios motivos, no habían podido eje– cutCllse¡ y da una idea completa de esa organización proyectada diciendo que la enseñanza es: o primaria, y

entonces se da en cada pueblo y ciudad¡ o intermedia–

ria, y entonces se da en cada cabecera de departamento; o universitaria, y entonces se da en cada una de Jas universidades, ya sea en León, ya sea en Granada Lue– go entla a detallar las materias de las dos primeras clases de enseñanza añadiendo que la universidad de León poseía tres facultades, cada una con sus cursos más o menos completos y seguidos pOI 66 alumnos "La universidad de Glanado -esclarece- no tiene más que una có1edra de derecho; pero tiene siete clases de en– señanza intermediaria, seguidas por 162 alumnos" Los eslatutos de Insh ucción Pública y Jas Memol jas pi esen– todas al Congleso por el Ministro del JOmo don Teodo– ro Delgadillo enumeran los cursos de la facultad de "Ciencias Legales y Políticas" y la de "Ciencias Eclesiás– ticas", facultad ignorada por Levy EstCl especie de uni– versidad se llamó Academia Científica de Granada y fue reglamentada en 1871 con facultod para titular a sus crlumnos que llegaban a 189 Después Levy apunta la inexistencia de laboratolios, museos, obselvatorios, jOldi– nes botánicos, escuela de bellas artes, sociedades cientí– ficas, bibliotecas públicas, para concluir que el nivel geneJOI no podía ser muy elevado

Levy, sin embargo, ignoró que en 1863 funciona– ba en Masaya una "media universidad", cuyos cate– dráticos eran el Dr Rosalío Cortés, de Filosofía, y el Lcdo Rufael Zurita, de Derecho; y Secretario de la misma don Mariano Boluños Que el 16 de enero de 1B67 en Ma– nagua los licenciados Benjamín Guerra inicialon la en– señanza del del echo en otra "media universidad" Y que a principios de 1875 se fundá en la ya citada ciudad de Masaya la sociedad literaria Lo "ertulia integloda por Jelónimo Pérez, lizandlo Plata, Rafael Blandino, Camilo Jorquín, Pbro L Antonio Zurita y José Gregol io Bola– ños, apareciendo ellO de marzo de ese año la pI ¡mera publicación del mismo nomble de la sociedad, en cuya edición ayudó el bachiller Hemán Cortés

El 14 de febrero de 1874 es una de las últimas fe– chas complendidas enfle estas cua1ro décadas en la que se da un paso firme en la instluccián pública nicOla– güense en general y granadina en particular, pues ese dío se abre el Colegio de Granada, de capital importan– cia en el desQl rollo de nuestra cultura pOI que de él Ollanca toda una corriente de progreso intelectual con· filmada pOI competentes plOfesoles, periodistas, hom~

bIes públicos y profesionales que figurOlán más tOlde ampliamente en todas las manifestaciones de la vida nacional El Colegio, de igual categoría que los de EUlopo de esa época, estaba bien provisto de excelentes textos baio programas sabiamente formulados con el debido material científico (Gabinete de Física, museo de Histolia NatUlcd, laboratodo de Química, observatorio metereolágicoL de una modesta biblioteca y de un gim-

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nosio A él asistían millares de alumnos, hasta del lesto de los ¡Jaíses cen1roamericanos Sus profesOles elon el PblO don Pedlo Saenz L1aria (Iicencicldo en Fi–

losofía y Letras), don César Sánchez (licenciado en cien– cias) don Antonio Espinal (arquitecto cubano), don Nico· lás Quinlín Ubago (licenciado en Filosofía y letl as) y don José Nicolás Jaen Los cuatro pi imeros, recomen· dados

pOI Costelar, Harlzembush y por José Gorda Puel– tas y contratados especialmente en España por Pedro Joaquín Chamo/ro, futuro presidente de la república, llegaron a Granada el 21 de diciembre de 1873 Cada año, escribía don Quintín Ubago en 1924, salían del plcmtel muchos ióvenes no sólo aptos por sus conoci. mienlos para la vida, para una canera científica, profe– sión, industlia y artes¡ sino que se educaba el cOICzón en saludables doctt inas religiosas y morales que son las que forman a los hombles, a los patriotcls y a los ver– dadelos ciudadanos 12 -NOT 1\5 FINALES

Es conveniente, antes de telminar, hacel unes ob– selvaciones generales soble. lo prosa, la poesía y los caractelÍsticas que pedilan este casi medio siglo que hemos venido estudiando; y señalar el es1ado Iiteratio, periodístico y archivo l6gico que observó Levy en 1870

Una legular cantidad de prosistas enumeJados en el transculso de este panoloma escribían una prosa directo, muy bien puntuada y castiza, gracias en buena palte a la gramática lolina que aplendían en los cenllos don– de cursaban sus estudios, matelia eliminada en 1874 por los protesores que fundaron el Colegio da Granado La poesía, 101 como la entendemos ahora, no exis– tía y apenas intenta asomarse en los cantos de Iribo– rren, Diaz y Zamora Era confundida con la versifica· ción retórica u ocasional, con entonaciones subromanti– conos y c:on ciel tos composiciones mcaicas, pseudo-c1ási. cas, calcad:"':5 E'I las poéticas de entonces y en los álbu– mes de las de nas y señoras de la sociedad elegante, herencia recogida por los modernistas En otras pala– bras, el anquilosamiento del verso dentro de un reduci– do número de metros y combinaciones que el retoricismo pseudodásico y post-rornántico de la península monte· nía en boga, dorninoua completamente, _a excepción quizá de dos o tles producciones de legítima cepa ro· mántica Sobrancero es decir que con Darío, aún con el DalÍo antet ior a Azul, comienzan a circular los primeros vestigios poéticos legítimos surgidos en nuestra vida in– dependiente Hasta que lleguemos a él, y no antes, podemos hablar de poesía verdadera y, hasta muchos <.1écadas después, de literatura nicaragüense POlque desde los alrededores de la independencia a lo genera· ción que funda el Ateneo, el tema que cultivan nuestros escritores es esencialmente político y el lenguaje neta– mente jurídico La educación literOl io no existía y puede explicarse por el hecho de que los nicOlagüenses nunca hemos sido lectores plOfesionales, clase indispensable pOlo el sostenimiento de una literatura fija, parliculari– dad que antes del siglo XX no daba ni señales de uno futura existencia En NicOlogua la clase de lectores de 1i1era1ula fijada en libro ha sido siempre exigua He– mos sido, antes que nodo, lectores de periódicos -de literatura flotante o dispersa-, o de noticias políticos, sociales y climinales de las que siemplC?: han estado ati· bon adas los diar ios Por eso en 1932 don Pedro Joa– quín Cuadra Chamarra, examinando este problema, opi-

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