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« Previous Page Table of Contents Next Page »mera, a quien algunos investigadores han creído pre– colombina, está desarrollada de acuerdo con la técni– ca española del siglo de oro -a la manera del teatro en verso de Lope y Calderón- y se representó por primera vez cerca del Cuzco en 1780, en cambio fa nuestra se representaba desde el siglo XVII Ade– más el Ollanta está escrita únicamente en quechua En un solo idioma, limitación de lo que carece
El GLiegüense, se escribió también el Rabinal Achi' en quiché Obra totalmente indigena, ajena al espíritu del teatro español, termina con un sacrificio humano. Fue representada tardíamente en Guatemala en 1855 Por su argumento -la lucha entre el héroe del Rabi– nal y un guerrero quiché- parece ser la más antigua del folklore americano Como El Güegüense, es una es una especie de ballet, más danza que representa– ción teatral Sin embargo se le conoce en el extran– jero más que la pieza nicaragüense pero menos que el Dllanta que ha sido traducida al español, inglés, francés, checo y latín
El truco humorístico de hacerse el sardo es un rasgo cómico de singular importancia en el personaje principal "Ah, Güegüense -dice el Alguacil Ma– yor- ya estamos en el paraje" "Ya estomos con
coraje -le contesta el viejo charlatán haciéndole perder la paciencia "En el paraje" -.-replica el representante de Jo policía real. "En el obraje" -interpreta malintencionadamente nuestro pícaro y
embustero que de esa maenra., ingeniosamente, hace
creer que oye palabras semejantes a las verdaderas. Este truco, por lo general, lo usa cuando las expresio– nes de los otros personajes le exigen algo que a él no le conviene escuchar Por ejemplo el mismo Alguacil Mayor le exige "reales de plata" que el Güegüense confunde deliberadamente con "redes de plato' di– ciendo "Ah muchachos, ahí están las redes de plato". O cuando le pide pesos duros, a lo que nuestro per– sonaje contesta "Ah, quesos duros de aquellos grandes Ah, muchachos, ahí están los quesos duros que trajimos de sobornal".
El hecho de repetir oficios y tocar flautillos que agradaban mucho al público está presente en nuestra obra El Güegüense, siempre fachento, hoce alarde de los oficios de su hijo don Forsico ante el Goberna– dor Tastuanes "este mi muchacho -dice- tiene tantos oficios que hasta en las uñas tiene encajados los oficios" Y los enumera escultor, fundidor de metales, campanero y piloto de alturas; oficios, salvo el último, netamente españoles, vale decir, coloniales. Ignoramos lo que era "piloto de alturas de aquellos que se elevan hasta las nubes" No creemos que se trota del juego de El Volador porque éste ero conside– rado como una diversión Lo cierto es que tiene un aire profético hasta tal punto que ese "piloto de altu– ras" hoy equivaldría a aviador "Estos no son oficios permanentes" -le contestó el Gobernador Tostuanes refiriéndose a Jos ya citados. Entonces el Güegüense
agrega varios más predominantemente indígenas "Después he sido carpintero, fabricante de yugos, aun–
que son de madera de papayo, fabricante de arados
,aunque sean de tacomajoche". Y luego don Forsico
los repite antes de bailar,. junto con su padre y her– mano, al son de la flauta y del violín.
Antecedente teatral precolombino, lo misma que los dos anteriores, es el uso de máscaras de machos que salen, bailando, uso que prosigue la tradición de los indios que, según el Popal Vuh y otras fuentes, ha– cian lo mismo con figuras de animales personificán– dolos Otro elemento indígena conservado en nuestra pieza es el terminarla con una mojiganga --herenCia de los areytos y mitotes_ en el que participan todos los personajes Fíjese que termina con esta frase
l/Pues nosotros, o la gorra muchachos", es decir¡ a
disfrutar aquello que no es de ellos sino facilitada por
01 ros Cabe recordar que esta expresión "o la gorra" es muy castiza
Enraizada con la tradición teatral indo-preco– lombina, El GLiegüense o Macha Ratón no hubiera sido lo que es sin sus elementos españoles Antes de enumerarlos, diremos que las repeticiones de frases en los diálogos, la ausencia del sentimiento amoroso y el silencio de Jos tres personajes femeninos son de proce– dencia indígena
El apolte español es imprescindible, tanto que sin él no existiría el valor inapreciable de la comedia Se nota sobre todo en el idioma que completa la forma
expresional del autor No sólo hizo posible la riqueza semántica de gran parle de la obra, sino que se usa de manera oficial, tal como se hacía legalmente en el siglo XVI El propio vocablo de Gobernador Tastua– nes -Tastuani es como un adjetivo que descalifica o disminuye la calidad del sustantivo, algo así como si dijéramos general copa- se usa en sentido satírico contra la autoridad real, como una manera de reírse del rango El mismo nombre Güegüense es una cas–
tellanización de la palabra güegüe que significa viejo
y no, como mal interpreta alguno, "cosa grande de ca– bello resplandeciente". Fuera de sus tonos muy se– mejantes a varios de los del teatro pre-c1ásico español -con el que tiene probablemente algunas conexio– nes-, la inserción de
JI corridos" y "velancicosll es
otro elemento netamente peninsular Tanto indígena como hispano, pues se encuentra en el teatro primiti– vo de nuestra lengua y en los baíles precolombinos de América, es el Güegüense como personaje. Antece– dentes suyos son los viejos que, según Acosta, se ha– cían sordos para hacer rerr a los indios y el personaje conocida por graceja del teatro primitivo español. Lo mismo puede decirse del uso de máscaras que, a la vez, era un elemento indígena e hispano.
Pero el más importante elemento español es, na– turalmente, el argumento cuya intención predominante parece ser una sátira al Cabildo Real por el cobro de altos impuestos, intencián satírica que se noto a lo
largo de todo el argumento con el que Brinton termino su traducción y que, vertido al español por Luciano
Cuadra, es el siguiente
El Gobernadol Tastuanes y el Alguacil se en–
cuentl an y se ponen a conversar El Gobernador or·
dena que suspendan 108 cantos y bailes con que se está divirtiendo el Cabildo Real, lamentándose de la pobreza en que éste se encuentra. Oldena asimjs~
mo que no permita a nadie entrar en sus dominios sin licencia de la ronda El Alguacil Be queja de que
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