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EL AYUNTAMIENTO DE LA CIUDAD DE GUATEMALA. ACORDO QUE NO

TENIA FACULTADES PARA DECLARAR LA UNION DE MEXICO

ganz3 Sin embargo, no teniendo ya esperanzas a qué atenerse, se contentalon con dictoo: su ledención, y en negociaciones pueliles y desautorizadas deÍilielon la

evacuación de la capital hasta el veinte y siete del mes Pi óximo pasado, en que hizo su enÍl ada pública el ejército Imperial en medio de las aclamaciones in– dedbles del inmenso pueblo que le abita

Ni fue esta entrada la de un ejército conquistador que solo respira venganza y carnicería; fue la pacifi–

a quienes pertenecen Sin láglÍmas, sin sangre, sin honores, se concluyó en siete meses la difícil em–

La instalación de un gohierno provisional com– puesto d~ una Junta Legislativa y un Consejo de Re– gencia siguió inmediatamente a la ocupación de la Ca– pital; y puesta ya en ejercicio estas autoridades se consm van y consolida el orden de un modo inaltera–

ble El Imperio Se ha erigido sobre las bases de una Monal quía moderada que es la que conviene a su extensión y circWlstancias politlcas El señor don Fer– nando VII ti otro Príncipe de la Augusta familia de

1 econocido Empel ador mientras no se nie– gue absolutamente a lecibir el trono; en cuyO caso los Estados generales del Imperio, nombrarán el Mo– narca que ha de regirlo

De todas estas interesantes noticias instruyen más menos los implesos que acompañó a V E, espe– rando que de su lectura deduzca la justa consecuencia

de que esta comunicación no tiene por objeto los amagos de una conquista cuyas ideas están por fOl tu· na desterradas del mundo culto; sino ofrecer a ese her moso Reino la alianza más sincera con el Imperio de México, el cual lo invita cordialmente a enviar sus representantes a las Cortes constituyentes, que van a

convocarse en esta Capital bajo las reglas que acuer– de la Junta provicional encargada de este objeto Mien– tras llega este deseado momento y el Gobierno de Guatemala la resuelve con presencia de los datos ad4

juntos, lo más conveniente a sus intereses, tengo el honor de ofrecer a V E, el mando de este ejército Imperial en calidad de Generalísimo y la Presidencia de la Regencia conque la Soberana Autoridad se ha dignaQo condecorarme.

Dios guarde a V E muchos años -México, 19 de

imitar su ejemplo, frustió las milas siniestras de su General quien imposibilitado de oblar, como 10 hubie

1 a hecho en otras ch cunstanclas, se allanó a una en– trevista en que conttajo obligaciones de cuya cumpli–

miento se olvidó después

Faltaba solo por aquel 1 umbo la plaza de Que–

1 étaro, defendida por- un jefe de carácter firme y re– suelto, cuyas ideas de pundollOl y delicadeza lo hi–

gia la justicia incontestable de la ca lisa nacional El ejército constante en su sistema de humanid.ad y mo– deración, nada quiso deber a la fuelza, y aunque en un lance inevitable y terrible desplegó bizal,'ramente su valor, arrollando un grueso número de tropa con fuerzas enOlmemente desiguales, esperaba que abste– niéndose de combatir sería más grata la victoria. Así

que a la vista de un ejército supelior que pudiendo ob– tenerlo todo de la fuelza, solicitaba con la pelsuación, la plaza capituló honrosamente, y esta conquista im–

POI tapte puso en desesperación a los enemigos de la patlia

Ya debían conocer por la lapidez de tantos plO–

gU)SOS que eran inútiles las altes de la seducción que habían empleado para desunhnos y que su verdadero interés consistía en aceptar la unión con que se les brindaba, mas nada calcularon; y atribuyendo las des– gracias de sus armas a impericia e ineptltud del Virrey, se auojaron sobre su persona la noche del cinco de julio último, arrebataron de sus manos el bastón y

10 pusieron en las de otro militar que juzgaron más ca– paz de sacarlos airosos de su empeño Este paso de– sespelado que introdujo la anarquía y el desorden en– tre enemigos ya desacreditados por su anterior y ac– tual conducta, acabó de reunir todos los ánimos a fa– vor de la Independencia; y mientras la débil facción de la capital se conmovía en impotentes esfuerzos por destruir las tropas del Imperio, éstas se apoderaron sin sangre y sin estragos de la Puebla de los Angeles, si– tiaban VeraCl UZ, dominaban en las villas y poseían pacíficamente el terreno y los corazones

Acercábase el momento de intimar su redención a

los rebeldes de la Capital y va reducidos a su goteras SUfl fan un cerco rlgm oso, cuando arrivó a Veracruz el Excmo Señor don Juan O'Donojíl, nombrado por el

Rey Capitán General y Jefe Superior Pol!tico de Nue– Va España Las ideas y sentimientos de este sabio y hu–

mano representante del Gobiel no cspafíol eran muy conformes a los deseos de la Nación; sus miras se re– ducían a indagar! el estado de la opinión para arreglar

a ella su conducta y evitar la efusión de sangre Con este objeto se dirigió a Córdova invitado por mí, y en aquella vía se ajustó y filmó el célebre tratado de su nombre, en que Espai1.a y México aparecen como dos Naciones sobelanas, que se separan amistosamente Se ech91 on también en aquel u-atado los cimientos del fUtUIO Gobiel no y todo quedó sólidamente estable– cido

Nada podían después de esto los obstinados de la Capital: viendo estaban que un ligero movimiento de la linea que les sitiaba era bastante para su extermi– ni.o: pela cOl)ocían la beningnidad del sistema, y fue– ron muy pocos generosos para no abusar de esta ven~

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