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Los indios que pueblan la Republica de Guate– mala no tienen un orijen comnn Hablan muchas i

diferentes lenguas, i debe presumirse que descienden de diversas naciones En las provincias del Quiché, i

Totonicapam en una parte de Quezaltenango, i en el pueblo de Rabinal, usan las lenguas del Quiché, es de~

elr de los Jultecas En Güegüetenango, en una parte

de Quezaltenango i en la plovincia de Soconusco se habla el idioma Maro o Pocomam, cet. Las lenguas

conocidas como las de Quiché, Maro, Pipil, Zaque, Chal, Lenes, Maya cet ascienden a veinte i seis.

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Antes de la conquista los indios eran idolatras, y tenian sus sacerdotes Despues de ella en 1524 abra– zaron la RelijiOl~ estIles; i fueron muchas las dificul– tades i peligros que los misioneros tubielon que so– portar para establecer el evanjelio

pe¡ o á pesar del zel0 de estos relijiosos, muchos indios un s~g10 despues de la conquista no han sido conveItidos á la cristiandad i otros acia el añe de 1725

abjuraron aquella creencia i matalon a hes misione– ros que se hallaban casualmente entl e ellos acusando– les de que la ReligIón i los religiosos españoles elan el

intrumento de su esclavitud. En el Estado de Hondu– ras, á las orillas del lio de Ulúa, exsiste una bibu de indios de 15 a 20,000, llamados Jicaques, qu.ienes son naturalmente quietos i hospitalarios Ellos 1 ecibcn afectuosamente á todo estranjero: i si algunos mani– fiestan inclinación a domicliarse entre ellos les dan un rancho i utencilios de agricultura

En el Estado de Honduras también 1 esiden los indios mosquitos, toscos ó incultos en SU aspecto, su– cios i cuasi desnudos Estos son enemigos implaca– ble de los españoles, quienes jamas pudieron subyu– garlos Son poco hospitalarios i tienen un comercio insignificante con los Ingleses, á quienes venden la pequeña cantidad de plata i oro que sacan de los rios i minas Algunos de ellos se ven en las calles de Wo–

lis quienes palecen como los Jitanos enhe nosohos, i viven sepalados de los demas habitantes alimentando– se de la suciedad i desperdicios que encuentran en las calles Algunos opinan que son canibales o anhopo– fagos; pero lo cierto es que todavla son idolatIas

Al ver la estrechez i miseria de las casas de los indios, parece increible que antes de la conquista hu– biesen tenido palacios de tanta magnificencia, ciuda– des tan bien construidas, fOI talezas defendidas con tanto arte, i otros edificios de pura ostentac 6n de que hablan muchas historias i aun permanecen algunos vestijios.

Los indios de las inmediaciones de Guatemala estan aun en estado muí rudo: hablan la lengua indi– jena, i se visten como salvajes Los indios de las o– tras provincias son más civJlizados se visten al estilo europeo i hablan la lengua española. '

Se ha observado jeneralmente que los indios son tímidos i cobardes por naturaleza, hecho que consta mol acreditado en la hitsoria de la conquIsta. D. Pe-

dro de Alvarado conqu:stó los numerosos reinos qu~

ecsistian en su tiempo con algunos centenal es de 801–

dadu~ españoles i seis mil indios aliados de la provIn cia de Taxa1tecas Los ejel citos de los reyes indios el au de beinta, cincuenta i a.lgunas veces ochenta mil hombles, si damos clédito a los historiadores espa– ñoles

POl la actual Constitución, los indios han ad– quirido el del echo de ciudadanos i estan igualados con los descendientes de los españoles Por lo mismo no pueden menos de ser afectos al nuevo sistema y mu– chos de sus pueblos son declalados partidarIos del Go– bielorr lepúblicano

Bajo las leyes de España, estos pueblos, vivían en opleslOn El gobielno los plotejia en la apaliencia; pelo en ealidad las leyes tendían solamente amante– nel'lOf en la ignOl ancia i en la infelÍOl idad

El esclÍtor TOlquernada dice, que estos indios bajo el dominio de sus leyes tenían colejios i semina–

lios pUla la juventud bajo la supelintendencia de per– sonas aplobadas, pl udentes i capaces Pero aunque en el día no hai. señales de tales colejios, los indios cuidan de sus hijos Las madres mismas les dan la lactancia: los llevan á las espaldas; i con esta carga lavan i mue– len, i este movimiento sirve pal a mecerlos i arruyar– los A una edad mas madura el Padre instruye á sus

hijos en cazar, pescar, labrar la tieua, usar del arco

y la flecha

l

bailal i oh as cosas Las madres enseñan á

sus hijas á moler, á hilal algodón i pita, i á tejer las telas de su vestido; y las acostumblan á bañarse fle– cuentemente dos ó tl es veces al dia

Los indios pasan una vida mui tlabajosa. Duer– men en la pUla tiella; i su plincipal alimento es el mais.

Cuando se visitan usan de largas arengas llenas de repeticiones Consel van los secletos con la mayOl fidelidad; i primero sufrh lan la muel te que revelarlos

De ningún modo es cierto lo que han asegurado algunos esclitoles, que los ind:os son infel iores a los eUlopeos con fueua físIca i en las facultades intelec-' tuales Si los indios no pueden ser comparados con los europeos en las bellezas de la figm a, muchos de ellos son iguales ó supel iores en fuerza i capaces de l1evar doscientas liblas Ellos lesisten las enfelmedades mc– jor que los eUl apeos. La Ol ganización de los \ndios es semejante a la de los eUlopeos de america; i pala plO– bar que ellos poséen )a misma facilidad para adquirir cualquier ID te o ciencia, es suficiente reflecsionar que entre los indios han sobresal'do muchos en fllosofla, teología, jurispl udencia, i otras siencias que se les han enseñado En la plovincia de Nicaragua, habia un in– dio eclesiástico llamado el Dr. Ruiz que habia cultivado las letras con fruto Y en la plimera Asamblea cons– tituyente de Guatemala, en 1823 ocupalon asIento tres indios, de los cuales dos elan eclesiásticos; i oho indio fué Senador i tomó asiento en la Asamblea de la Re– púbHca en el año de que se habla.

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