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« Previous Page Table of Contents Next Page »LOS PRECURSORES DEL SEPARATISMO AMERICANO
El estudio de la independencia amelicana ha con–
ducido a los histoliadoles por caminos falsos Métodos
histólicos plOpios de otros países, con pr~blem~s y si– tuaciones diferentes, han hecho caer a los mveshgadores
del Nuevo Mundo en ellOles fundamentales En efecto:
muchos son los autores que han quelido aplicar a la histolÍa amelicana las conclusiones q~e ,en . alguno~ ca– sos anoja la histOlia europea La aSimIlacIón de Ideas y de plOcedimientos críticos es totalmente inadec~ada
Aunque la histolia amelicana IOlma parte de la. hlsto–
1 ia europea, no se lJuede aplicar a una las evoluc~ones y
las consecuencia& de la atta En EUlopa, pOI eJemplo, es fácil hallar plecursores de ciel tos movimientos po–
líticos Por 10 genelal. los estallidos revolucionados no se han ploducido pOI causas l'epentinas A menudo son
fruto de lalgas preparaciones Apalece un plecmsor lejano, siguen ~'us discípulos, se fonnu una escuela, el
pueblo se contagía y, por último, se oligina el fenómeno histórico Esta malcha de la histOlia ha hecho suponer, lepetimos, a no pocos historiadores de las cosas ameri– canas que en el Nuevo Mundo la independencia debía tener un idéntico origen Por e110 han constIuido toda
una histOlia de suposiciones, fuertemente documentada con abundancia de errores, que ~'eñala plecursOles y
describe movimientos politicos como si fueran antece– dentes de ]a gueua civil que comenzó en 1808 y terminó con la independencia de nueshas naciones Estas his-
'> tOlÍas de hechos imagin31ios, no en su realización mate– lÍa} sino en sus fines po1ítico~', han hallado tantos lec– tOi';S y están tan hondamente arraigadas en los ánimos
de los amelicanos que, pala muchos de ellos, decir que
un Tupac Amalu. por ejemplo, no combatió por la inde– pendencia del Perú, eS una herejía digna del más duro de los castigos Otros encuentlan en personajes de im– portancia muy local los gérmenes de todo cuanto ha OCU–
Hido en siglos postel iores No hay, a veces, permiso ni
()ca~':ión para explicar que muchos personajes coronados como precursores nunca soñat 00, realmente, con lo que se les ahibuye Tampoco conciben, muchos de nuestros estudiosos, que algunos movimientos, como los de los Comunelos, no tuvie10n fines sepal atistas La idea de la indepenAencia ha sido buscada hasta en personajes del siglo XVI y cada día Se hace más dificil convencer
a los lectOles que Lape de Aguille, el Peregrino, el aventulero del Amazonas, no quiso crear un imperio en– tre las selvas Las gentes están dispuestas a creer v
acental lo inv-elosímil, lo antihistórico, pOlque ello en–
della aventmaS' y parece más propio de l~ histOlia que
In veldadCla historia La idea de la independencia no se difuncii6 en A mérica, ni fué posible concebh la, hasta (me la invasión napoleónica de E.gPi1ña dió origen a la 1!lIeu a civil oue nuso fI ente a tI enfe a liberales y abso–
luti~tas No obstante, alp.lmos esoiritus hubo, en mo– mentos.' histólÍcos propicios, que imaginal'on la ) uptura
ENRIQUE DE GANDIoA
HistOliador Español
del iml'elio hispanoarnelicano en valias naciones y aca– Iicimon el sueño de Clear algún nuevo Estado Francis– co de Milanda pasa como el pleculsor indiscutido En
la Algentina hemos podido demostrar que don Mal tin
de Alzaga. desde el 1806 pensó en la independencia de esta palte de Amélica y bató de expulsar a los ingle– ses plecisamente pala 10glar eSe ideal Ahola vamos a señalar aba figula que es auteriol a MÍlanda en la con– cepción de UDa América o parte de ella por completo se–
pmada de España El nomble de este pelsonaje no es ¡gnOlado de los eluditos También lo recueldan, super– ficialmente. algunos divulgadores; pela en general, su histotia y, en palticular, sus ideas politicas no han sido objeto de investigaciones agotadoras. Su defecto O mala
~'Uel te, en la inmortalidad, es el haber nacido en Es– paña Este personaje nacido en Amélica contalÍa con estatuas en muchas capitales del Nuevo Mundo Su otro defecto es el Do haber seguido sus primeros ensueños políticos, no haber tenido constancia en su lucha por la independencia Y. cuando ella Se produjo, no haber sa– bido actuar en los escenados donde hubiera debido desen– volverse No supo aprovechar ~'l1 suerte, explotar sus méritos, sus ideas y proyectos Sembtó Y trabajó para
otros y cuando llegó el momento de cosechar se alejó en busca de nuevos trabajos También valió algunaS' veces
de opiniones políticas Todo ello lo hundió en la indi– ferencia. Su vida es complicada y los histOliadores no
gustan, a menudo, envolverse en largos trabajos de in–
vestigación Poco se ha esclito sobre él y, por tanto, poco es lo que se puede decir Pero, sobre todos sus males -lepetimos- está la desg1acia de ser español Los
histOliadOles de la independencia americana no pueden reconocer que los españoles hayan sido los primeros hom– bres que s'embralOll las semillas de nuestra gloria políti–
ca Es preciso negarlo u ocultarlo por patriotismo Un
español precursor de Miranda; otro español -Alzaga– plecursor de los plóccles argentinos. Estas veldades no gustan Por ello. tanto el personaje a quien nos 1efe1'i– mas como el vasco de Buenos Ahes han sido calumnia– dos. olvidados y telgiversados Los historiadores ame– ricanos buscan héroes o genios locales ', nacidos en A–
mélica, y eS lógico que tengan para los auténticos espa– ñoles todos los desdenes Y todas las indiferencias La historia fundada en veHlades, no obstante, se able paso con lentitud E~'ta lentitud es muy gl ande porque en su favor conspilan todos los escl1tOlcs que han comprome– tido su pluma con una opinión Los españoles no se apaltan de esta complacencia con que se hace soblevivir la levenda ame\ic::mista Unos son de ideas despóticas, c1elicalófilos, -etcétera, V no gtwtan confesar a Iros ame–
1 ¡canos que la independencia tlel Nuevo Mundo nació en España enÍl e los elementos liberales y masónicos Pre– fieren, y eUo es más cómodo, seguir crevendo en el cuen– to de los pleCUrSOl'es amelicanos para quitalse toda res-
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