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« Previous Page Table of Contents Next Page »El 25 del pasado fehl ero, 1 ecibí ~J;l San Salvador, por extraordinario, un oficio de 19 del mismo, con que el Sr General D. José Antonio Echávarri circuló a to_ das las autoridades el acta celebrada en el Cuartel Genel al de Casa Mata, por el Ejército citado de su mando Con el mismo expreso me fué dirigido igual– mente el plan de D Antonio López de Santa Ana, adop~
tado y adicionado en Chilapa el 12 de enero, por los
Sres don Vicente Guerrero y don Nicolás Bravo; an_ tes había recibido los par tes oficiales de la derrota que sufrieron estos Jefes, el 25 del próximo mes; y por cartas y oficios de Oaxaca, de 7 del siguiente, me instruí de que el Sr. Bravo, con los Jefes, se había re– plegado a dicha Provincia cuya corta guarnición se le adhirió desde luego, formando toda la fuerza un to~
tal de setecientos hombres; y excitándome a secundar sU empresa con la de mi mando y la autoridad poli_ tiea que se me ha confiado en estas Provincias Un simple cotejo de ambos planes me persuadió
desd~ luego que estaban muy distantes de la confor– midad y que, por el contrario, el del Sr Bravo es opuesto diametralmente al del Ejército sitiador Este se d;rige al restablecimiento de la representación na– cional, sin desconocer los principios fundamentales que estableció ella misma en los primeros actos de su eiercicio; y aquel intenta una revolución en los mis– mos principios fundamentales. El Ejército sitIador, respetando los pronunciamientos de la Nación, que sancionó el Congreso recop.oce la Suprema autoridad establecida por ella misma y dirige al Emperador sus representaciones, expresando, en el artículo 11 del acta, que nunca. atentará contra la persona del Emperador, pues le contempla decidido por la representación na– cIonal; y S. M manifiesta a, la Nación, con fecha 9 de febrero, que no se engañó al Ejército, pues que el Go– bierno se ocupaba en la convocatoria del Congreso, em_ barazada antes por los sucesos de Veracruz; y al efec– to de deshacer cualesquiera (sic) equivocación que pudiera trascender a la tranquilidad y buen orden, comisionó (a) cuatro Ministros para entenderse con el Sr EcháverrL
Con estos antecedentes, dispuse mi regreso a la capitd, donde recibí nuevas excitaciones del Sr. Bra– vo, que fueron igualmente dirigidas a las otras auto_ ridades En mi tránsito por los pueblos y en esta mis– ma ciudad me he dedicado a observar la opinión pú~
bUca, he visto con placer, por las contestaciones de las PIovíncías, que, penetrándose del verdadero estado de la Nación, están muy lejos de suponerlas en la orfan– dad y en la anarquía, pues que existe el mismo Go– bierno y es reconocido por el Ejército que reclama el Congreso; que unas Provincias ilustradas no descono_ cen que los ejércitos son la fuerza pública organizada por la sociedad para su protección y defensa; que un ser de esta naturaleza pertenece todo al orden ejecu_ tivo y no puede jamás formar parte del orden delibe– rante, y que, en este concepto, el Ejército sitiador de VeracI uz, muy lejos de atentar contra el Supremo Po– der se d;rige a él mismo para que convoque a los re– plcsentantes de los pueblos, y, reunidos, den la últi– ma mano a la independencia y a la libertad de la Na– ción; continuando siempre el sitio sobre Veracruz y Santa Ana.
En tal estado, si se obra una crisis, no se ha di_
suelto el cuerpo social, ni ha desaparecido el Gobier– no, ni estamos, por consiguiente, en uno de aquellos casos en que, recobrando los pueblos toda la plenitud de los derechos naturales, proveen por sí mismos a la segUl idad y a su administración
Si la crisis presente fuese de tal naturaleza, yo sería el primero en convocar a los mismos pueblos para que decidiesen de su suerte; cuidando sólo de mante– nerles en el orden y en la seguridad, mientras que se reunían sus representantes Pero felizmente existe el mismo Gobierno que nos regía antes de estos SUce_ sos; felizmente están de acuerdo los votos de S. M con los de la Nación y el Ejército sitiados y felizmente el Sr Bravo, por noticias recibidas en el último correo ha unido los suyos a los del Sr Echáverrí. ' Si no fuesen conformes, estándolo S M con las solicitudes del Ejército, es evidente que se reunirá el Congreso, y reunido, sus decisiones, y no el plan del Sr Bravo, harán la suerte futura del Imperio, porque una fracción del Ejército que se separó del voto ge– neral, no es un cuerpo deliberante, ni sus pronuncia_ mientos en materias de constitución y de gobierno es– tán admitidos en el derecho polltlco como origen legl– timo y seguro de la autoridad pública.
Bajo estos principios he contestado a los Sres Echávarri y Bravo, con fecha 10 del corriente, y en el correo ordinarIo llegado este dla he recibido corres– pondencia oficial de los Ministros de Guerra y Hacien_ da; de manera que, no sólo existe el Gobierno, sino que se halla en comunicación con estas Provincias, donde en nada influyen los SUcesOs de las del Norte, aún cuan· do fuesen de otra clase, mientras subsista la autoridad suprema reconocida por la mayoría de la Nación y el Ejército mismo, o mientras la misma Nación, repre_ sentada en el Congreso, no altere en alguna parte su sistema.
Entre tanto, debe cesar todo motivo de descon_ fianza o de temor: si una fuerza aventurera, cualquie– ra (sic) que sea su objeto, quisiese obligarnos a seguir
un sistema contrario a nuestros intereses y deberes, desviándonos de los principios conocidos por el derecho y por la razón} deben estas Provincias estar seguras de que me sacrificaré en su defensa, teniendo fuerzas y recursos, no solo para conservar el orden interior, sino para contener desde muy lejos todos los horrores de una guerra civil, en que no deben tomar parte. Yo no exijo sino aquella ilustrada prudencia y docilidad que forma el carácter de las Provincias de Guatemala y la confianza a que me lisonjeo ser acree~
dar, después de haberles dado testimonios inequívo– cos de ser su mejor amigo y conciudadano Palacio de Guatemala, 12 de Marzo de 1823
VICENTE FILISOLA
FILlSOLA MANIFIESTA A LOS JEFES POLITICOS SUBALTERNOS DE LAS PROVINCIAS DE CEN· TRO AMERICA. QUE POR LOS ACONTECI– MIENTOS DE MEXICO, DEBEN PERMANECER UNIDOS TODOS LOS PUEBLOS
"El adjunto manifiesto, en que nada he reservado a los pueblos de mi mando, da! á a V S alguna idea
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