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« Previous Page Table of Contents Next Page »a la viuda a quien acompañc;m tres necesitadas donce– llas, a los hospitales, y refugio de la abatida humani– dad, ¿no será insoportable el gravamen? En el momen– to que el hombre no tiene nada, ya se hace rebelde, porque para subsistir no le queda otro recurso que el
de las armas. Sobran medios para prontos gastos Ce– sen las rentas de los jubilados, que tienen modo de sub– sistir; sáquense los caudales de las arcas de aque!los
~rnpleados, que habiendo sido unos públicos ladrones; aun gozan de crecidos sueldos; sobre todo, concurra ca· da uno en rozan de sus facultades, que es el axioma rpas jusl0 en materia de impuestos. Esto, digo, entre tanto la justificación de V M toma los medios mas se– guros para que finalice la guerra, y suceda una paz fiel
y permanente
No soy de sentir que en el momento se retiren las tropas de los quarteles, se reembarquen las que han venido, se abandonen las plazas y los fuertes. Debe a esto preceder la reconci liación, y cimentarse la concor– dia Por eso tlatándose de una subscripción para sos– tener el egército, no esperé que se me convocase, y por el oficio, cuya copia y contestación incluyo, ofrecí el sus– tento de tres hombres Todo exige prudencia: una su– misión vergonzoza no conviene a la dignidad de un rey. Los modos abatidos hicieron despreciables muchos mo– narcas, que hubieran merecido el mejor elogio por su justificación. Es menester que se sostenga el debido ca· racter en medio de Jos contrastes mayores Carlos 1 9 y
Jacobo 29 fueron débile!i-Gustavo 3 9 muy confiado– Carlos 3 9 en la revolución de Madrid se manifestó gran político por los consejos de los grandes Los príncipes deben huir los dos extlemos de humildad y de soverbia. Corra un visitador general todas las Américas– Qiga los pueblos: traiga facultades de V. M. para reme– diar abusos; informe con prontitud sobre las pretensio– nes de unos dilatados reinos Trátese de fomentar el comercio, quitando los obstáculos que impiden el que progresen; aumente la artes propias a estos paises, y que se vele sobre la agricultura y minería Sean sepa– rados los ministros venales y corrompidos; arréglese la administración de rentas: prémiense los beneméritos, y concluya la vergonzosa palabra de colonias, que creyén– dose muerta ha resucitado con mayor oprobio En fin, siga V. M los impulsos de su humano corazón, oyendo antes a los hombres desinteresados y sabios. Son muy. cortos mis talentos; pero no dudo vuelvan al seno pa– terna/ estos descarriados hiios libértelos V M. de la muerte, para que una poblaci6n numerosa le bendiga. Tenga Fernando el cat6lico la gloria de primer conquis– tador: V M la de redentor, padre, y amigo de sus va– sallos El que funda los imperios logr(;l un heroismo verdadero: el que los destruye tiene el renombre que se le puede dar a un terremoto, o a un rayo. Dirá alguno: yo quisiera ser meior que Fernando VII de España, Ale· jandro de Macedoni(J Después de cien siglos se alabará el partido que tomé V. M de lenidad, tan digno de un
rey, como terrible el de d.estruir, y peligroso le de una emancipaci6n no preparada
Perdone V. M el zelo de un magistrado que habla la verdad, y se tendría por criminal e injusto, si usase de un lenguage hipócrita, o ele un cobarde silencio Mien· tras no se admitan las representaciones de otro modo, que por el órgano de los inmediatos gefes, la justicia ha de ser oprimida, ¿Como elevarán recursos en que se les acuso de criminales? ¿como procurgrán remediar aten– tados qUe los enriquecen? ¿como solicitarán un n\Javo
Gobierno, a cuya frente es imposible se mantengan? Jamás se debe comprometer el interés personal con el del público El Gobierno, que sabe que él solo ha de hablar, y que nadie puede representar contra el, neceo sariamente abusa ¡Que desconsuelo hallarse el súbdito privado aun del pequeño alivio de la queja! Temo mas la taciturnidad de Bruto, que las arengas dilatadas de Catilina. El bostezo de un monte, cuya materia eléctri– ca es largo tiempo detenida, deriba en su explosion quanto le rodea, y se le acerca. Al Americano, le es prohibido hablar, pensar, escribir; es preciso que renun– cie el ser de racional, o que procure restaurarse sus es– clavizadas facultades. V M. les restituirá la libertad verdadera, dando fin a nueve años de muertes, llanto, y desolaci6n -Dios guarde a V M C. muchos años. li– ma Abril 2 de 1817.
MANUEL CAYETANO VIDAURRE
Esta representaci6n ha sido dirigida por conducto del Infante D Carlos, con el adjunto oficio.
La naturaleza, la religión, y la humanidad, com– prometen a V. A muy de cerca No dista V. A del trono, sino un solo paso El Señor Carlos 3 9 , digno abuelo de V A lo di6, e ignoramos los secretos de la providencia-viva mil y mi[ siglos nuestro Augusto Mo–
nOICO, logre ver sus cuartos nietos; pero hasta lo pre– sente V. A es el heredero presuntivo. Tiene V A. el amor general de los pueblos, y lo aman mas por sus virtudes, que por el mérito de sus gloriosos ascendientes Todo la nacion pronuncio con entusiasmo el nombre de V. A, Y estos votos generales y públicos, son la única· áncora, que sostiene los Gobiernos y los Príncipes. Creo que V A puede remediar las desgracias de la América Me atrevo por eso a presentarle el adjunto informe, para que se digne elevarlo a nuestro Soberano.
Sin duda mis representaciones anteriores no se han oido • por S. M Ellas aunque débiles por el poco talento del que las escribe, son muy grandes por las verdades que contienen: verdades nuevas para el trono, pues por des· gracia de los Reyes, a sus sagrados oidos solo llegan las lisonjas y las mentiras.
Una ley de Inglaterra castigada con la muerte al que anunciaba la del Monarca Temiéndola ninguno osa decirle a Enrique 89 que se acerca su fin Quando
hubiese en nuestros códigos la misma pena contra el que revelase los males del Estado, caminaría despues de publicarlos al cadalso, a esperar tranquilo la senten– cia, y la execución. ¿Que son veinte años mas de vida? Treinta de penar y de filosofar, me hacen que despre– cie un resto, que lo contemplo infame, sino lo sacrifico a mis deberes. Por Magistrado, por noble, y por ver– dadero Español, estoy obligado a gritar continuamente hasta que mis voces se esc\;lchen por mi Rey-Mis hue– sos en la tumba no hallarán descanso, si muero antes
que cese el fuego de la guerra en estos países. Una verdadera concordia, una paz firme establecida, será el único don, que exija de la piedad, aunque se compense con mi eterno aniquilamiento En lo temporal espero de V. A elogios de mas elevada gloria, que aquellos que se tributan a los héroes, que solamente se ocupan en desvastar la tierra -Dios guarde a V. A muchos años -Lima 2 de Abril de 1817.
MANUEL CAYETANO VIDAURRE
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