Page 121 - RC_1968_02_N89

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logía, confiando en aquello que dice la bien conocida cualte– ta:

El mentir de las estrellas Es mui segUlo mentir, POlque ninguno ha de ir A preguntál selo a ellas.

Sí, Sr, hubiela hecho mejor en atestiguar con las estre– nas aquellas calumnia que U levantó a los que llama aIistó– cratas de Guatemala, diciendo que estos fuelOn los que hi– cielOn la anexion al impelÍo mejicano pOl consel val' sus pIi– vilegios. La histOlia no Ilodia dejar de desmentir a U la anexion de Guatemala a Méiico se hizo en 5 de EneIO de 1822 no por el voto solo de los que U nama alÍstócIatas, sino' por el voto general; y entonces ya se habian anexado, Nicalagua desde el 27 de Setiemble de 1821; Tegucigalpa, Los Llanos y otlos puntos de HondUlas, desde el 29 del mismo mes; Quezaltenango desde el 13 de Noviemble del mismo año Hé aquí cómo desmiente a U. la histolia y la clonología; cosa que no hubiela hecho la asbología ni la nigromancia. U ha hallado mal que se haya dicho que el CUla Delgado ela un intl igante y un ambicioso, que se ha– bía pI opuesto hacelse obispo católico contla la voluntad del Papa y manejar al pueblo del Salvadol como un rebaño de

caln~lOs, del mismo modo que ahOla lo maneja el genelal Ba– rlÍos llevando la libertad en la boca y la tÍlallía en sus he– chos' ¿ PelO no es cielto que este mal clérigo se hizo nom– blar obispo pOI la Junta Gubemativa de San Salvador en 30 de MalZo de 1822, elÍgiendo pal a este efecto una nueva diócesis, cuya ilegitimidad declaló el Congleso fedelal en 20 de Julio de 1825; Y que la legislatUla del mismo Salvadol declaló al intruso destituido de la Mitla y aun de la VicalÍa en 28 de EnelO de 1831? El plimel obispo vmdadelo y le– gitimo del Salvadol fué el DI' D JOlge Viteri, electo en vÍl– tud de una bula expedida en Roma, por Su Santidad Glego– lio XVI, el 20 de Octuble de 1842, pOl la cual se elige la nueva diócesis Con todo, U. quiele que el ambicioso e in– bigante CUla, autol del cisma que causó tanta efusion de sangle en Cenbo AmélÍca, sea un buen ciudadano que in. mortalizó su nomble trabajando con empeño pOl la idepen. dencia de su patria, contra las mitas ambiciosas de los ane– xionistas; pelO no por esto dejó el mismo enemigo de los anexionistas, de hacel que el Salvador se anexase a los Es– tados Unidos de Amélica en 2 de Diciemble de 1822 Véase si tenia buena cabeza el patlótico CUla, y si las habia de glan calible en el 'Congleso de aquella lepóblica, pues con– cibielOn la anexion de aquel pais a OtlO del cual estaba su– petado POI dos naciones intermedias, y pOI una distancia tan enoune.

Otro desatino que contiene la calta de U , y de los mas gallafllles, es la compalacion que U. hace de su conducta con las de Mi DiSlaeli, de MI' Thiels y del conde de Reus en sus oposiciones a los ministelios de sus lespectivos go– bielnos. Aquellos señoles hacen una oposicion legal, una oposicion que conviene en los gobiell1oS leplesentativos; pe– lO no calumnian a sus opositores, ni tlatan, como ha tIatado U , de concital enemigos a sus l espectivos países, haciendo entender a los vecinos y a los mas lemotos, que los gobiel– nos de sus léspectivas patlias ponen en peliglo la libeltad y la independencia de otlas naciones, suponiendoles falsamen– te ployectos peliglosos Si tal hiciesen, no selÍan lo que son, buenos patl'itas, sino unos veldadelOS enemigos de su pallia U pues, SI D. LOlenzo, ha quelido compalal la lealtad con la felonía, y ha quedado muy satisfecho con su compalacion No ha plocedido U con mas COl dUla pletendiendo de– ducÍl gue yo no quielo la independencia de Guatemala, de aquello que se dice en el folleto a que contesta, en el que se defiende a los que U. llama mist6cratas, del caIgo que se les hizo por habelse unido al impelio mejicano cuando se velific6 la emancipacion de España Allí se hace ver a U. que la uÍlion no se hizo pOI los aristóclatas como U dijo, sino por el voto genelal, al cual concullielon los que d~s­

pues quisielOn llamalse libelales, y que entonces Se tuvo en considelacion que la independencia de aquel país estaba IDas aseguda componiendo un cuerpo de nacion que contaba de nueve a diez millones de habitantes, no quedando 1 educi-

do a un glan despoblado, en que no habia dos millones, con sus costas indefensas, sin malÍna, sin ejélcito, obligado has– ta entonces a recibil de Méjico un subsidio pala llenar sus gastos; y se aglega que antes que Guatelnala hiciese aque– llo, lo hicielon Nicalagua, HondUlas, Chiapll.s y Quezalten!\n– go. Esto, Sr D LOlenzo, no tiene que ver con lo plesente, sino solo con lo pasado Esto es leferir lo que consta de la historia, y dar las razones que se tuvielOn para hacer aque– lla unión.

De lo dicho, ningun ente lacional puede deducir que el que el que lefiele el hecho, piense que hoi se halla Guatemala en el mismo caso que en 1822, plO ni siquh'a que él hubiera sido de la opinl.on de los que hicielon la anexion a Méjico El qUe lefiele un hecho ageno no lo hace pI opio pOl refelhlo, ni pOl exponel las lazones que se tuvielon pala ejecutado A mas de esto, Guatemala en 1863 tiene las pI uebas mas convincentes de que su union a Méjico no le halía mas fuel– te, sino mas débil, pOlque la histolia de estos cualenta úl– timos años ha hecho ver que en aquel pais hai mas elemen– tos de debilidad que de fuelza, mas plospectos de desolden que de orden; y soble todo, nadie hai que amenace la inde– pendencia de Guatemala como habia en aquel tiempo. Así, pues, señor hablador de destinos, todo lo que U. dice contla lo que se halla en el folleto a que U se plOpUSO contestal, es una cáfila de necedades las mas estupendas. Así es aque– llo de que la Gl ecia tiene la mitad de la poblacioil de Cen– tlO América y casi tanta como la Suiza; que el terl itol io de Flancia es menor que el nuesbo, y el de Inglatella e b– landa la mitad menos, y que compalada la extensión de Cen– tlO AmélÍca con la de los países eUlopeos, se velá que solo la Rusia es mayol ¿Y que pletende U deducÍl de toda esta aglÍmensura de los tell'itolios de las naciones? No puede ser Otll; cosa, sino que los pases mas extensos son los que tienen mas fuelzas pala consel val' su independencia, pOlque son las leguas cuadladas que hai en ellos las que los hacen iudependientes Estas noticias selán mui consola– tolias pala los habitantes de la Patagonia, y mui desconso– ladOlas para los Ingleses Hasta hoi solo sabiamos que la fuelza de las naciones dependía de su poblacion; mas ya vemos, glacias a los descublimientos de U., que aquel ela un ellor manifiesto; y glacias a U sabl emos ya que "un país situado en medio de los dos males, que se halla a glan– de altUla soble el nivel del mal, que tiene montañas y otras chcunstancias topogláficas que ploducen una tempelatula suave y deliciosa, 'con una vegetacion expléndida y constante, y con toda clase de minelales y de fl'UtOS," nO necesita de Sel mui poblado, pOlque con lo que tiene de físico y geoglá– fico se hace del todo inútil la poblacion suficiente, J?elo yo imtiendo, como entiende todo el mundo, que mienllas mas fél til, mas lÍco, mas excelente es un país, mas codiciosos debe tener, y que por tanto, necesita de maYOl poblacion pala defendelse que otlo estélil, poble y despleciable. Es– ta es una nocion, Sl don LOlenzo, que yo Cleo utilísima pa– la toda especie de animales lacionales, aun pala aquellas que tienen menos delecho a tal nomble; pOlque, que sean monalquistas absolutistas o constitucionales; que sean ¡epu– blicanos alist6clatas o demóclataSj que sean retl6g1ados o ploglesistas, todos tienen una patlia, y a todos conviene promovel el aumento de la poblacion, ya sea por medio de la inmiglacion exbangell)" ya con los OtlOS albibios que hai pala el efecto, haciendo asi que sea mas fuel te y mas capaz de consel'var su independencia; no ateniéndose a la feracidad de su suelo, ni a las liquez?s de su minas, ni a su posición geogláfica, ni a las demas cosas en que U quiele que Se fun– de la fuelza de las naciones; y menos a su extension, que en vez de sel favOlable, cuando nO está el país bien poblado, es pel'judicial, pOlque pocos hombles, extendidos en un glan teuitOlio, son menos fueItes que los pocos leunidos en mas estrechos límites No sabe U aquello de vis wita fOl tiOl ?

Lo que U. sabe es que la fllelza esparcida es la mas fuerte U sabe lo que nadie en este mundo

Concluyamos, pues, Sr don Lorenzo conviniendo en que U. se ha esfolzado pala palecel elocuente diciendo los mas clásicos desatinos

y con esto quedo de U. con toda la considelacion que melece a su atento Sel vidol

A J. DE IRISARRI

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