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da), siempre cuente conmigo (Se levanta). Va U o permitirme un momento. (En otra partida le doy ca-za) (Sale)

(Juanelo la ve salir sin decirla palabra).

Escena VIII

JUANELO Que cuente con ella (Ligera pau-sa) Sin duda a trueque de mi libertad Porque esta hotelera fa que quiere es darme cazo Se me ha puesto ¡A mí! ¿A todo un Umaña y Cordonero? ¡Vaya! Pere filosofemos Hoyes diHcil pararse uno bien en un puesto público Ya se ve resultados de la Martirologio Filosofemos, pues Mañana se vie– ne al suelo el Ministro factútum ¡Abajo Sansón con todos los filisteos! No hay ni Jerónimo de duda ¿Qué hacer entonces? La patria tiene martirólogos a montones (Pausa) (Pausa) Pero si doña Palmira toma la cosa a lo serio? i Huy! Hasta escalofríos me dan (Tiembla) ¿Matrimonio? Jamás! Nada entre uno y la costilla mejor pintada debe haber un cordón sanitario para no caer en el lazo conyugal. Tales fueron las últimas palabras de mi tío Sigamos filosofando Si me rinden las gracias por mis impor–

tantes servicios, ¿qué hago? jA fa hotelera! He aquí uno de mis proyectos

(Entra un repatridor de periódicos) .•

REPARTIDOR

¡ El ECO DE lA LIBERTAD!

JUANELO ¿Está suscrito el hotel? (al reparti-dor)

REPARTIDOR Si (Le da un ejemplar) ¡El

ceo de la Libertad!

(Sale)

JUANELO (Abriendo el periódico) Veamos quiénes son los que se retiran a la vida privagg

i Cuándo se te llegará tu sábqdo, Juanelo! (Lee para sO i Eh! ¿Qué hay con el Ministerio? (Abre des– mesuradamente los ojos). No puede ser... (Lee azo– rado)' "la situación ,. A última hora.. Cambio completo del Ministerio... Todos los empleados .. (¿Todos? Yo no, no, no) todos Jos empleados de los cuatro Ministerios (¡ me fuí yo!), han elevado sus renun– cias " (Se levanta, y como loco)' No, señores; yo no he elevado ni bajado ninguna renuncia ¿Cuándo, a qué horas, cómo y por qué? ¿A qué horas? ¿Dónde se ha visto que un patriota renuncie? Pera, ¿no habré renunciado? ¡Oh qué ingratitud! (Cae como des– mayado en un sillón y bota el pel iódico) i A Dios, turrón! A empezar de nuevo !

(CAE EL TELON)

ACTO SEGUNDO

(A LA SEGUNDA DECORACION)

Cuarto para ya,ones

Escena I

MARCOS, JESUS, JACINTO, JUANELO

MARCOS Lucrecia se resiste, y hoy seis días de ataque

JESUS Chon se niega a admitir mi amor sin mi mano.

JACINTO Peregrina me ha obligado a despo-jO! me de mi cuello de ordenando.

JUANELO ¿Y tú la has obligado. ? JACINTO A nada.

MARCOS Lucrecia me sostiene que la verda-dero felicidad estó en el matrimonio

JUANElO j Hola! Pues poco le pide el estó-mago a esa chica.

JESUS Y Chon me ha declarado que podré ser su esposo, pero su amante no

JUANELO j Digno hermana de Lucrecia! JACINTO Y Peregrina me dice que el hombre cumple mejor su misión en el hogar que en la iglesia JUANELO' Peregrina idea el altar por el altar MARCOS la verdad es que la muchacha me interesa más de lo regular j Que talle! Qué ojos! Qué sonreíd Temo enamorarme

JUANELO Ya estás enamorado, Marcoleta MARCOS Tanto no

JESUS Si esta situación se prolonga, no sé lo que sucederá

JUANELO El cataclismo, eso.

JACINTO Y yo ignoro a dónde iré a parar JUANELO. Al cataclismo, allíJ.

MARCOS' ¡Al diablo con tu cataclismo! JUANELO' No es mío, sino de U U.

MARCOS ¡Jomás! (con energía y dando una patada en el suelo)

JACINTO Señores, quiero sér franco amo veldaderamente o Peregrina, pero de esto al matrimo– nio hay mucha distancia

JE$US Yo quiero a Chon, pero todavía no pien-

s~ en el mai"rimónio " JUANELO: Ya pensOlás.

MARCOS Yo lucharé hasta el fin y podré decir' "todo se ha perdido, menos .. " JUANELO ¿El honol? MARCOS Menos la mano

JUANELO ¡Jo! jo! jo! El cataclismo y todas sus consecuencias. MARCOS ¿Te ríes?

JUANELO Y cómo no, cuando a yeces rifar pensamos y rifados quedamos Mira, Marcos, apar– tando tu futuro cataclismo yo no he entrado en nin– guna rifa, y, sin embargo, pienso sacarme una MARCOS ¿Cómo es eso?

JUANELO Me le declaro a doña Palmira JESUS ¡Eh!

JUANELO Y ya yaya declarármele MARCOS ¿Declaración de qué? JUANELO De amor.

JACINTO. i Hola, gandul! Con que coges mis consejos?

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