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y escribió en on cuero chamuscado el epitafio:
AQUI FUE GRANADA "HERE WAS GRANADA" lo clavó con una lanza en mitad de la plaza, y se fue.
Amaban a Granada com a una mujer. Todavía asoman las lágrimas a sus ojos
cuando recuerdan la pérdida de su querida Granada la eludad de los Chamorros...
Donde una. vez hubo amor.
¡Al fin las aguas limpias,
las limpias brisas azules de la madrugada y fuera de Granada con sus muertos rojos y teas y ayes y estertores y gritos y estampidos
y el olor de las casas, trapos, muebles; basuras, cadáveres que se queman!
Haoia los dos volcanes hermanos que se levantan de las aguas,
y a través de las aldeas cerradas
con los perros ladrando...
y los hombres volvIeron a los Eslados UnIdos.
Yo me quedé un tiempo en el país, viviendo en León.
y B111 Deshon, Shipley, Dixie, Bob Gray, BUl Stocker, y otros, llegaron a verme
y me contaron lo de la segunda expedición
y la muerte de Walker.
Que levó anclas silenciosamente una noche en el Mississippi: Desembarcando en la costa de Honduras una tarde,
Agosto 5,
(y ya no pasará un 5 de Agosto sin que recuerden aquella marcha haoia Trujillo con la luna menguante). Salia el alba tras las palmeras cuando llegaron
con el grito ~gudo de los centinelas al fuerte de murallas manchadas y cañones platead(Js.
y tomaron el fuerte.
Las casas eran de piedra, de un piso y con tejas rojas
sostenidas por cañas sobre grandes vigas,
y muchas iguanas grandes en las tejas.
Allí fue que a Henry,
fumando borracho junto a la pólvora, le disparó Dolan, cntrándole la bala en la boca,
y Walker corrió a recogerlo,
y Dolan expllcand" lo que había pasado.
y lValker se sentó a la cabecera de Henry, y se hundió el sol y salió la luna y allí él estaba todavía y transcurrió toda la noche
y allí él estaba todavía,
humedeciéndole la cara con paños mojados, y al amanecer salió, y relevó la guardia. Dolau hablaba de refuerzos
pero nunca llegaron.
y entonces llegó el ultimátum de los ingleses.
Walker entró otra vez y se sentó a la cebecera de Heury.
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