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en pequeñas manufacturas de poco complicación técnico poro los que, inclusive, en olgunos cosos, tene·

mas ventajas naturales Parecería que nos ha fallada

el recurso humano

El mercado común a que nos hemos referido y que posiblemente sea para Centroamérica una de las verdoderas posibilidades de crecimiento económico oro gónico y quizó la mejor esperanza de sustentar lo que ha dado en llamarse el "impulso inicial", ha causado tombién perturbaciones, impactos perjudiciales sobre algunas octividades y nos ha exportado problemas de otros Sin embargo, las resultados de la integración,

son ya y tienen que ser más aún, esencialmente posi.

tivos Los avances hacia el regionalismo difícilmente

tienen retroceso

De lo dicho es probable que se haya podido dedu–

cir que el crecimiento económico es, en bueno porte,

un problema financiero y de preparación de recursos

humanos

Para realizar las obras de infraestructura! para racionalizar y aumentm la producción agrícola y ga– nadera, para crear industrias, satisfacer necesidades

sociales y también por el comercio legitimo, se tiene

que contar con recursos monetarios Desafortunada– mente los paises en desarrollo viven en crónica nece·

sidad de dinero y ni pueden producirlo porque eso sig– nificoría haber salido del subdesorrollo y alcanzado un alto ingreso per cápito, ni pueden crearlo, ya que

toda reacción de dinero repercute casi inmedíatamen·

te, en lugares de economía abierta, sobre el nivel de

las reservas internacionales

Debido a esos dilemas y limitaciones, no podemos escapar a la selección de las gastas, a la imposición de

sistema de Jfprioridodes

Jf

traducidos en planes de desarrollo nacional que procuran el móximo rendi–

miento y reducir al mínimo el desperdicio de recursos

escasos Por eso en materia económico es tan tras·

cendental el presupuesto nacional y la política de gastos El presupuesto es la mayor acumulación pe–

riódica de dinero que ocurre en uh país como el nues–

tro y sólo para dar una mejor idea de su significación puede decirse que anualmente equivale toda nuestra deuda pública acumulada externa e interna De manera que uno de los objetivos claves es el más inte– ligente aprovechamiento de los fondos públicos en beneficio de la Inversión económica y social No ten· dría mucha lógica mai gastar lo propio y pedir presta. do en otra parte

y en lo que atañe al gasto privado debe decirse

más o menos lo mismo en términos generales Nos da lo impresión

l

de repente, que presenciamos un des–

bordamiento de gastos y hábitos que pueden provenir de cierta ofuscas ión Hemos avanzado, pero todavía

estamos comenzando Somos un país que aún tieen

un conjunto de índice económicos de los más bajos en Centroamérico Yeso ya es bastante. No podemos pretender que en el corto lapso de unos quince años, habiendo partido desde ton bajo, tengamos costumbre

y niveles de vida similares a los de lugares maduros y

desmrollados

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Debemos, de consiguiente, hacer esfuerzos por enseñar a nuestro pueblo el hóbito del ahorro y moti– vCirlo suficientemente Debemos darnos cuenta que sólo sustrayendo del consumo una parte de nuestros ingresos para acumular, podemos llegar a tener El

mejoramiento no se alcanza de manero espontánea,

sillo que con socrificios y con trabajo

Esa imposibilidad de encontrar adentro los fon– dos para el desarrollo, si no queremos pasar genera– ciones y generaciones sin haber roto la barrera, hace que inevitablemente, con cualquier clase de ideología, se tenga que pensar en el extrior. Necesitamos complementar nuestros ahorros con los ahorros del

extranjero

La inversión extranjera ha jugado un papel pre– dominante en el desarrolla de muchos países america– nos, ya sea construyendo ferrocarriles, estableciendo industrias o servicias públicos, explotando yacimientos petrolíferos o minerales, o rompiendo selvas paro crear

nueva riqueza Es más, la inmigración extranjera

suplió ios recursos humanos preparados y capaces de hacer el progreso Pero la inversión extranjera no ha llegado a nuestros países en la forma y escala de– seables y tan sólo ahora con el Mercado Común Cen–

troamericano algunas industrias que abasteci'an nues– tros necesidades de consumo se han comenzado o in– teresar por fincarse en nuestros lores, generalmente

en participación con capital local La reciente histo– ria de la inversión extranjera en las repúblicas latino–

americahos sin embargo, no pareda indicar que podemos espetar inversiones extranjeros directas en

grado considerable y, por ende, la única perspectiva viabie estriba en el préstamo extranjero

Nicaragua tiene un buen récol d internacional de

crédito, ya que nunca ha dejado de cumplir debida– mente sus obligaciones Nuestra deuda pública no es exagerada y si empleamos el producto de los présta–

mos en invel siones que mejorarán nuestro capacidad

de producir, no parecería haber motivo para temer

nuevos endeudamientos

Hay ciertos aspectos humanos que inciden en una y otra forma sobre el desarrollo, que no podrían dejar– se de mencionar. Uno es lo que se ha llamado la explosión de la población Centraamérica, como con– secuencia de trabajos sanitarios y mejoramiento am– bientai que han disminuido la tosa de mortalidad, tiene la más alta tasa de crecimiento de población del mun– do La población es un recurso precioso, que en lugares de relativa poca densidad como Nicaragua será

base paro aspirar o mayores creCimientos Después

de todo, el recurso humano es el más importante en

un país Pero mientras estos aumentos se traducen

en una fuerza de trabajo más numerosa y calificada, un número igual de personas activas tiene que traba– jar por mayor número de gente inactiva, lo que dismi– nuye la perspectiva de disponer del recurso monetaria que exige el desarrollo En otras palabras, como los agregados de población disminuyen el ingreso por per– sona, hay en general menor capacidad de inversión

y tiene esto un aspecto de más honda significacián o sea que debido a que la mayor natalidad y ahora la