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« Previous Page Table of Contents Next Page »Co cmles, era la negacieSn de lo que se habla consagra– do, era el desorden legalizado, la Conslilucl6n del des– potismo, la supresi6n de la libertad. Concluída la obra volvieron á mirarla y vieron que era buena. Satisfe .. ches de su ingenio, exclamaron: "¡Ahora que se me– neen!" Esa frase equivale á la que es usual en los epi– tafios:
u Aquí yace, etc.'1 Realmente baio esa ley ya~e
la Consliluci6n, y anduvieron acertados al llamarla de Horde" público", porqu.e lo que habían hecho era ~l
desorden: presentar á .Ia: higuera produciendo manza..
nas~
REPRESION DEL LIBERALISMO
Siento no tener á la vista esa ley para extractar I~
principal y dar la muestra verdadera del liberalismo d~
los liberales; sin embargo, como para muestra basta uit bot6n, he aquí dos. El que propalase noticias falsas eS algo subversivo á iuicio del Presidente, es decir, lo que al Presidente no le conviniese, serío preso ó confinado" etc. Los pronunciamientos, las tentativas 6 105 proyectos de subvertir el orden, $erían penados con prisi6n, etc. ó
multa desde cinco mil, hasta cincuenta mil pesos. De
manera qu~ no habia derecho de hablar, ni de escribir, ni de proyectar siquiera c6mo poner término á la tiranía.
la Iiberlad de las personas y la garantla de la propie– dad quedaban suprimidas. Por una sospecha del Pre– sidente ó por una imprudencia que uno cometiera, cual– quiera podía Ir á la cárcel y ser despojado de sus bie– nes. Verdad es que no se dió al despojo el nombre de confí.scación, sino el de multa, con lo que se entendía saJvar los principios y delar contentos á los arrLl!inados. Un uúkase" del Emperador de Rusia contra los polacos no coorregiría ni aumentaría la ley de orden público, ex... presi6n genuina de las virludes del liberalismo que aún irnpéra en Nicaragua. Con esa ley monstruosa se pens6 corH¡¡oUdar e~ poder y salvar la ugloriosa" de los embo... tes de con$ervadores, de progresistas y clericales y no
hizo más que concitar contra ella aún á los liberales de
bu-ena fe, á los que tenían algún resto de pudor, á los que 'no cegaba la pasl6n política ni el deseo de luchar en medio de aquel desorden. Pocos de estos liberales chocaron abiertamente can 105 qué llevaban la batuta; pero todos m.urmuraban, hacían comenfarios terribles V
cc'ntaban anécdotas picantes que ponían de manifiesto el desacuerdo profundo que existía entre los liberales y
que 01 fin y á la postre llegarla á donde por lo común llegan los liberales: a hacerse guerra despiadada, des– pedazarse y ahogars" todos en su propia sangre.
EFECTOS DEL NUEVO ORDEN CONSTITUCIONAL
EL AMO SANTOS
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o
E los diversos comentarios los hechos á la ley de orden público, merece especial menci6n el que resultó de und conversación habida en el Hotel Lupone de Ma– nagua, ~ntre un progresista occidental, doctor don Basi.. lio Morín, un progresista de la oposici6n y un diputado liberal, don Joaquín Sans6n. El primero aplaudía 'a ley
y la califjcaba de Ut6nico neumático", muy eficaz para contener cualquier movimiento subversivo de la oposi– ci6n, porque el Presidente tenia facultades hasta para fu– silar. El opositor progresista le replicó al ministerial, que la Asamblea podía haberse evitado el bochorno de dar una ley oprobios~ como aquella, en que se reducía
á los nicaragüenses, inclusivO:$ los diputados, á la condí... ci6n de siervos del amo Santos, puesto que ,in esa ley hacía el Presidente ló que se le antojaba, como lo aca– baba de demostrar l/evalldo á la cárcel á los ciudadanos más conspícuos de Managua por simple sospecha de que conspiraban. A esta observaci6n contest6 el dipu– tado liberal: uAsí como antes éramos siervos del amo Pedro", creyendo con eso poner una pica en Flandes. El opositor progresista replicó en el acto, con cierta entona.. ción muy expresivo,
u que no era· ser liberal aspirar á
cambiar de amo y menos de un dmo civilizado por otro salvaje". Esas palabras levantaron terrible polvoreda entre los interlocutores y otros ministeriales que (l1Ií ha– bía; la discu$ión se dió por terminado, por supuesto, y
uno de tantos de ICl$ Rue habían oído, se acerc6 al im– prudente progresista y le dijo: "Eso no se dice Icuido– dol" El día siguiente, el progresista ése estabo en la cárcel y ocho día, después le embarcaban en Corinto pa– ra que fuera á expiqr su atrevimiento, comiendo, como dicen, el pan amarge>. ~el destierro.
Hubo allí más que comentario de la ley: hubo la pri.",era aplicaci6n, el primer ensayo del "t6nlco neumá-
tico". Hay que reconocer la eficacia de que habló el doctor, porque el paciente no ha regresado todavía á
su patria, temiendo le den otra dosis de "t6nico", mez– clada con "tamarindo ó membrillo!" (1)
REFLEXIONES DE LOS CONSERVADORES Algunos de los liberales de buena fe, á que me he referido anteriormente, decían con tristeza: "Esto es te– rriblc; estamos peor; retrocedemos. Ayer proclamába– mos el derecho de insurrecci6n y llamamos gloriosa y red,c;mtora la revoluci6n que consumamos en virtud de ese, derecho; y hoy lo negamos, lo desconocemos, lo pr9scribimos Y ponemos fuera de la ley á quien lo In– voque, á quien siquiera pienso en él. Ayer hablamos y ',s,cribimos contra los que mandaban; sostuvimos que ,ra· clarecho del hombre expresar libremente sus penso– OJ,ienJos; usamos Y abusamos de ese derecho; y hoy no quéremos ni que se hable, ni que se escriba contra nos–
ºtr,o~; peor todavía, decimos á todos que tienen derecho ele,. hablar, pero que se callen; que tienen derecho de
e.~cribir, pero que no escriban; más aún, les prevenimos que si hablan 6 escriben algo que nc>s disguste 6 que n!,\ n9S convenga irán á la cárcel"irán 'al confinamiento, irán dI destierro. ¿Qué es esto? Para d6nde vamos?" , Los conservadores de 105 diversos matices se mira... ban de "ito en hito, corno examinándose si estaban to... davía sanos y salvos. IMejor estábamos con Sacasal, exclamaban un'os. Yo, por eso, no estuve. nunca por la revoluci6n, decía otro., Ni yo, ni yo, ni yo, repetían unos cuantos. ¿Pero quién había de pensar, vociferaban mu.. chos, que esto pudiera slJceder? Quisimos poner término al oprobio aquí sin sospechar que caeríamos en otro
1) Hace alusión a los vai'ejones de tamarindo' o' m'Cm.or brillo con qu.e acostul1)bli'aban azotar a los reos. " ,
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