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platillinos¡ hormiguelos, armadillos y pelezosos Todos

ellos hablan del gran aislamiento en que vivieron y ha·

cen de lo fauna suramericana una de las más conspí–

cuas del mundo.

Por cuanto tiempo el pasaje malino permaneció,

es imposible de decir hasta en redondeadas cifras Lo

mas que sabemos es que en cierto tiempo, hacia finales

de la ero tercia lÍa, el fondo del esll echo comenz6 a le–

vantarse escun iéndose el agua y crecientes islas y ar·

chipiélagos !posiblemente desde el SUI de Nicaragua hasta Panamá). gradualmente encadenaron la punta de

la vieja península con el continente surameJicano Fi· nalmente el estrecho levantado y arrugado se cen6, se–

parando a moluscos, peces y tortugas de la misma es· pecie por unas mil millas de intraspasable costa.

Entonces la marcha por el puente comenz6 Los acorraladas hordas de la América del Sur, ahora libres

para marchar hacia el norte, usaron la nueva ventaja

de acueldo con los hábitos, tolelancia y habilidad ad·

quiridos. Algunas espe:cies se quedaron, otras marcha· ron al norte solo para morir ante los cambiantes climas

del Pleistoceno Otras regresaron para acogerse a la maternal seguridad de Neogea, perseguidos por oleadas

de antiguas especies norteñas Se movieron para ade–

lante y para atrás, hacia arriba y hacia abaio del an– gosto istmo recién emergido Caballos y camellos ba–

jaron, los primeros para extinguirse, los otros para fun–

dar la tribu de las llamas El cielvo bajó hacia el Sur y el puna detrás de. él h\lsta la Patagonia Tapires y pecari. (dantas y sahinoS) bajaron de las zonas tell1pla· das para refugiarse en los trópicos. Cardenales y tán. gridos volaron ai norte para C¡uzarse con los alciones

vía sur. El bisonte, rumbo abajo, tras el recién abiel to puenta¡ dei6 las últimas huallas da su peregrinaci6n o orilla de una bahía que más tarde sería el Gran Lago da Nicaragu.a

Lo bahía donde el bisonte hizo alto ela un b,azo del Pac.ífico. El islmo emergido formaba un elevaclo arco exactamente hacia el este de los actuales lagos ni. caragüenses. El puente continental alcanzaba gran al. tura en este punto pero fué socavado tras milenios por la erosi6n y hacia mitad del Plioceno ya había sido re.

~ucido a una baja planicie con aisladas serranías (ac~

tual Chontales). o lo largo de su vertiente montañosa

Entonces repentinamente; quizá hoce no mós de

unos millones de años, desde el fondo de la bahía una línea de volcanes. irrumpi6, siguiendo la longitud de la costa del Pacifico centroamericano. Masas de lava y

cenizas formaron unQ estrecha barrera al occidente del viejo istmo, aislando una cuenca que hoy sustenta los grandes lagos nicaragüenses y su desaguadelo, el lío

Son Juan.

Mientras por este río se escapan los resobios mOl i– nos, por los óreas levantadas, sobre su nivel, recibía

nueva dosis de refrescantes y dulces aguas. El indeci– so nivel· del agua, finalmente baj6, cortando el lago ori– ginal en dos, el presente lago de Nicaragua y el mucho más pequeño Lago de Managua, hacia el noroeste, co– nectados tras baja planicie pOI el río Tipitapa.

Éxtenso y bello tonto como es, el Lago de Mana–

gua, no dice nada compatado con el mar ¡nteliol si·

tuodo al suroeste, el Gran Lago, o MOl dulce de los

blancos conquistadores, y el Cocibolca de los indios an·

teriores o ellos Mide 100 millas de lalgo por 40 de

ancho Es el más glOnde recipiente de agua dulce en·

tre el lago Michigan y el lago Titicaca, y con mucho

más hístOl ia que ambos

Las aguas del lago de Nicaragua. son dulces De– ben haber adquirido esta propiedad gradualmente por

los tonentes procedentes de los serranías orientales y

los del istmo de Rivas, que disolvieron la sal del Po–

cífico y la empuiaron hacia el desaguadero, pala ser acarreada por el río San Juan hacia el Atlántico en uno

de sus desbordes Palece que el Río San Juan, pi imi–

tivamente desaguaba en el Gran Lago, Ihabiendo cam–

biado lo dirección de su curso tras alteraciones en su cauce, a consecuencia de pertul bodones geológicas).

El lago contiene islas, conos volcánicos y fragmen· tos de volcanes cercenados por primitivas erupciones.

Entre las más notables está Ometepe, formado por dos

volcanes continguos: el todavía viviente Madera, y el

más glande Concepción, que se levanla 5 500 pies so– bre el nivel del mar y es visible completamente, desde cualquier punto del lago y afuera, desde el Pacifico.

Ninguno de los lagos nicOlagüenses es muy pro– fundo El máximo sondeo, 200 pies, lo presenta el gran Lago cerca de la Isla de Otnetepe, indicando ser el lu· gar más hundido del sistema principal El Valle del Río San Juan, su. Desaguadero, es uno de, los más llu– viosos lugares del mundo, con un promedio anual de

250 pulgadas y un máxitno de 340. Ahí no hay vero– no severo y la hvmeda foresta se extiende sobre la par· te sur del lago, facilitando e.l paso de lo fauna del Atlántic;o hacia el Pacífico, en una de las avanzadas más atrevidas que en cualquier otra regi6n del istmo cent roa tneric;anó.

El hundido Valle del San Juan no opone resisten· cio, a los prevalecientes vientos alisios. los cvales pue.. den arrojar un desagradable cambio c/imatóligo sobr", el lago de Nicaragua y hacer que el agua se acumule

el) uno de Jos extremos de la cuenca. Cuando los ali– sios son interferidos por la brisa vespertina, que sopla

desde el Pacífico con dilección al lago" hay un marcado alzamiento y caída del nivel de las aguas, que los an–

tiguos consideraron realmente como una marea Esta singulOl ¡dad del Gran lago, a si como su extensión, in–

dujo a los españoles a llamarle, "Mar Dulce"

Varias veces al año, uno de los vientos llamados "nortes" baja hacia el ecuador Estas repentinas inva– siones de aire frío polar se mueven por la Costa del

Caribe, buscando como desbordar el espinazo de las cOldilleras y alcanzar el Pacífico Como en la depresión

nicaragüense no hay noda que intercepte los fuertes

vientos fl íos y en vista de que el itsmo de Rivas es el

punto más bajo de la costa accidentol americana, es–

tos corrientes polares alcanzan ei Pacífico y producen la detestada lacha llamada Papagayos, por referencia al Golfo del mismo nombre, al noreste de Costa Rica, don· de los vientos que soplan s.on especiCllmente molos.

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