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« Previous Page Table of Contents Next Page »(14)' Vessl'!: F. Molina. New York 1851 Pág 28.
menor grado de calor. pdr esto divídese aquí el año,
según el1 Ciertos tiempós, Hueva más Q menos, en dos estaCiones, una lluviosa y otr'ó secq, que con todo ésO,
de ninguna manera corresponden al verano y él ¡nvier·
no de los zonas templados Es, por consiguiente ton
absurdo COlllO arbitrario, cpmo se suele en Cenfroomé–
rica, el llamar a la estacióf!"seca, verano y a la lluviosa
invierno Este supue.stp'·"V~r.orio coincide con el invier–
no del Norte y el preti",dido invierno, con el norteño verano tiene también la estación ll.jviosa favorable al crecimiento de los plántas, y presto a los terrenos
el sello, el carácter dér verano, mientras que en
el tiempo seco el escoso verdor da al paisaje más bien
el aspecto de iriviert'lo .' Aunque, como es sabido, en
el hemisferio Norte y ei hemisferio Sur, en las zonas templadas y frías reinan al mismo tiempo las estacio– nes opuestas, en Ceritro América situada al Norte del Ecuo¡for, no puede existir un contraste semejante
1::1 principio y la durbción de lo estación seca y de lo lluviosa no son' en lo zoria tórrido, de ninguna mane– ro iguales y corfespondié,ntes o cóncofdórites en todas partes sino que dependen, en cada uno de las países
en particular, de los vientos reinantes que, como vere–
mos según la latitud geográfico, la proximidad de los mores o lo extensión de las masas de terrenos conti– nentales y muy particularmente por ia configuración de Ips montañas son modificadas de, lo manera más diversa En las ¡.slas del Océano Indio? y en l,as masas éontinentales circundantes se muestra esta diferencio, como, sabemos de lo manero más, no~able. 'También Centroámérica, aunque ,sólo ocupa un espacio redyci– do no manifiesto de hinguna manera, a este respecto,
I elaciones sencillas Lo estación seca ni entra aquí en un tiempo determinado igual $obre todo Cen– ti o América ni dominan durante cada mitad del año estaciones cOl;trOl ¡as en el Noreste y ei Suroeste del país como la afirma ell óneaménte de Costo Rico Felipe Molino (14) .
Sin embargo, antes que estudiemos más detenida– mente estas circunstanéias, debemos llamar la atención hacia lo división de aguas fórmados <;lrt la parte inte– rior de Centro América por las masas de montañas existentes quí y que justamente con éstos y el istmo total que es Centroomérica, siguen lo' dirección NE. a SO Las montañas mencionadas forman por consi" guiente un obstáculo poro las vientos que vienen los unos del NE y del O y los otros del Sureste y del O Por esto éuondo hablemos en seguida de la porte del NE y de lo del SO de Centroomérica queremos dar a entender que hablamos de los portes situadas al Nor– este y al Suroeste de estos montes. Uno preciso infor– mocián de los límites de esta división de aguas la co– municaré más adelante.
Como es sabido hay entre los zonas del Noreste
y la del Sureste de los vientos alisios en la proximidad del ecuador terrestre la llamada foja o zona de las cimas, de la cual sube el aire calentdo y se extiende en ambos lodos, como alisio recurrente superior en la parte del Norte y viento del Suroeste y cOrre en el lodo Sur como viento del Noroeste. Peró los límites de
Milim
EJutlddo(t de
tl'1 ,..por,"'
1001 9.95 1050 11.27 1246 1337 1267 1292
13 11
1270 11 12 10.59
Milim.
Airó
631 91 631 65 630.54 629.79 62830 62754 62889 62842 62781 62800 63049 63107
ESTACIONES
CAMBIOS ANUALES DEL BAROMETRO
EN GUATEMALA
Dada lo ígualdad de temperatur", peculiar de los trópicos no pueden'divídirse 'aqúí las estaciones como en los zonas templadas y en las' frías por el mayar o
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Enero Febrero Marzo Abril .. Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre
el único instrumento exacto de medida para esto, el 'barómetro de azogue, es dem<;lsiado pesadó para trans– portOllo y muy' difícil de conservar y manejar, por lo
menos Sé, necesita para eso mucho más conocimientos
y habilidad que para el empleo del termómetro , , ,Estamos por consiguiente a este respecto sujeto cosi 'sól6 o las observocióne~ hechas en Guatemala Mis observaciones barométricas establecidos en Ala– juela y Son José, los he mostrado al señor 'profesor v Seeboéh, q' su paso por Costa Rico en el año 1865, para que lejs utilice, de ahí que podamos es~eror cier· tomente, pronto un trabajo detallado del Sr Seeboch, sobre esto parte de la climatología de Centro América. Poro lo determinación de lo altitud medio del baró– metro en Puntarenas (boja 9 grados 56 minutos, 52 segundos de latitud Norte) reducido a la mediana del níve! 'del aguo del mar he instituido observaciones en octubre de 1860, los cuales, provistas de todas las correcdones necesarios, dieron por resultado 760 82 millmetros
". De observaciones continuadas de día y de noche duremte tres días obtuve como amplitud de los varia– ciones. diarias en Alojuela O 57 Un de Porís (l 28 milímetros)
De gran interés son las fluctuociones barométri–
caS ocurridas en los diversos meses Para esto sumi–
nistran un material excelente los obsel vacienes hechos en Guatemala Como término medio de obseryocic– nes de cinco años conseguí deduciendo la elasticidad del vapor de aguo lo siguiente curvO para lo presión del aire seco, de donde vemos que ella de enero o junio boja, 'en los meses de julio y agosto sube repentina– mente
i eri septiembre baja de nuevo y subiend.o otra vez poco a peco hosto diciembre alcanza c<;l,si su Pllnto
más ",Ito '
¿De dónde dimono el <;lumento de la presión del aire durahte los meses eje julio y agosto?
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