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« Previous Page Table of Contents Next Page »los consecuencias de estas tres expediciones -y sobre todo de la de David- fueron los procesos contra el ex-Gobernador don Diego de Castro, el Alcalde y Maestro de Campo don Pedro Oc6n y Trillo, y los alcai– des ordinarios Juan de Matamoros y Francisco Mena -culpables del primer saqueo- 12); la resoluci6n de los granadinos en abandonar la ciudad, temiendo nue– vos saqueos, o en trasladarla a otro sitio más seguro;
EL ATAQUE DE MANSFIELD
CONSECUENCIAS INMEDIATAS
Un veterano bucanero inglés, estampado con el vie– jo cuño isabelino, puso más o menos en pláctica el consejo de Modyford Edual da Mansfield, en efecto, después de parti! en enero de 1666 desde los cayos me– riodinales de Cuba a Curazoa -al mando de 20 baje– les y mil quinientos piratas obedeciendo un plan de Modyford- decidió hacerse de bastimentas y ampara– dos pOI patentes de corsos portugueses extendidas con– tra los españoles, los filibusteros desembarcaron en la costa de Cuba e internáronse cuarenta millas hasta la ciudad de Sancti Spiritu, la que tomaron, saquearon e incendiaron después de derrotar a un cuerpo de 200 ji– netes españoles Enterado Modyford de las andanzas de la expedición despachada contra Curazao envía al Coronel Beeston para que los reanime en su empresa originaria 8eeston encontró a la flota desbandoda y sus capitanes practicando la piratelÍa por su propia cuenta Entonces Mansfield, con s610 cuatro bajeles y
dos navíos franceses, zarp6 para tratar de recuperar la
isla de Providencia, convertida en presidio por los es– pañoles desde 1641, la que tom6 fácilmente Luego se dedicó a recorrer la casta americana hasta que, subien· do por el río San Juan, atac6, tam6 y saque6 Granada Nada más nos dicen Exquemelin y Haring, fuera de que desde Granada tomó el camino del Sur, penetrando en Costa Rica donde saquearon e incendiaron haciendas, pueblos y villorrios, profanando los templos y robando sus imágenes, ornamentos y campanas, pasando por TUlrialba y Veragua para regresar a Jamaica el 12 de junio de 1666
en su retorno al mar Cuando regres6 a Jamaica, la noticia de su aventura causó viva impresión e hizo que Modyford, entusiasmado, escribiera a su Rey que Cen· ti oamérico le parecía el lugar más apropiado pOI a in~
tentar una expedición y un ataque inglés en forma con· tra las Indias Espoñolas
En uno revista lelacionada con estos asuntos se
lee que en 1667 una excursión pirática al mondo de
Henry Margan, Gobernador de Jamaica, penetra el Lago de Nicaragua y es rechazado con éxito; y que el mis– mo corsario, en 1670, ataca de nuevo y llega hasta sa– quear Granada Ponga en duda la existencia del pri– mer hecho porque ignoro las aventulos de Morgan rea– lizadas en ese año, si es que ocaso realizó alguna; el segundo, por el contrario, es una nueva engañifa pOI ~
que en 1670 el más temible de los corsarios ocupaba su tiempo en prepararse para devastar Panamá, entonces llamada "la reina del Océano Pacífico" En 1667, vol– viendo a esa supuesta excursión anotada en dicha revis– ta, Margan ni siquiera aspiraba a la Gobernación de 10– maica, cargo que tomó trece años más tarde, o más exac– tamente, a fines de mayo de 1680
de Paula GOIcia Pelaez dice que Thomas linch, Gober–
nador de Jamaica, comisionó a Morgan en lo expedición que hizo a Granada Eso, empero, es falso porque aún
en 1668 gobernaba Jamaica Tomás Modyford, antece– sor de linch, esto es, tres años después del saqueo de Morgan a Granada en 1665, o sea una de sus prime·
faS hozaíias con la cual hizo su aparición en la historia
de la pilotería Eros Nicola Siri, c'Jsado en ExquemeJin
y en Horing, relata que alegando potente de corso da– da pOI LOld Windord, el capitán Henry Margan, acom–
pañado por Morris y Jackman, inició una expedición a
Centro Amél ica melodeando en 1665 por Campeche Los
piratas se intel naron por el río Tabasco con 120 hom· bIes y con guías indios llegando a 300 millas adentro de la costa hasta Villa de Mosa, que capturaron y sa– quearon vandálicamente Cuando regresaron a la boca del río citado, donde habían dejado sus barcos, se die– ron cuenta que habían sido capturados (los barcos) por los españoles, quienes aguardaban a los salteadores pa– ra liquidarlos Entonces Morgan decidió pelear contra los españoles que en número de 300 los esperaban a orillas del río, venciéndolos bravíamente y haciéndolos que se replegaran en total desorden, abandonando los buques capturados y dejando gran cantidad de prisio– neros que fueron degollados inmediatamente MOlgan,
después de aparejar dos barcas y cuatro canoas con treinta ti ipulantes, remonta el río Garta, a cuya vela se hc!lIaba lo ciudad del mismo nombre que expugnó y sa– queó sangrientamente De regreso a bordo de los bar– cos la expedici6n cruzó el Golfo de Honduras y, ti as hacer aguado en la isla de Roatán, se dirigi6 al puerto de Tlujillo, el que capturOton y saquearon como era cos– tumbre Desde ese lugar, siguiendo la costa de los Mosquitos, MOl gan llegó a Monkey 8ay donde, después de anclar, se desprendió con una columna de bucane–
lOS tripulando chatas que se internmon por el cauce del lÍo San Juan hasta más de cien millas adentro, yendo a desembarca! en el Lago de Nicaragua Ocultándose dUlante el día y ¡emando silenciosamente por lo noche, Margan con su cvad. ¡1I0 desembarcaron, cinco días des– pués de llegar al Lago, en los arrabales de Granada El capitán corsario y sus hombres marcharon sin ser notados hasta el mismo centla de la ciudad y se apoderaron de la plaza matriz o principal derribando 18 cañones que allí había Luego se apoderaron de los almacenes rea-les y de la iglesia panoquial -y no cathedral como relata Nicola Siri- donde se hicielOn fuertes y encena– ron a más de 300 vecinos, "Granada es espléndida -escribirá Morgan después-, tan grande como Porto– mouth. Tiene siete iglesias y una catedral y muchos colegios y monasterios" Cuadra Pasos dice que en– tre esos prisioneros se encontraban varios sacerdotes y frailes y que los granadinos decían, en el lengue¡e exa– gerado que desde entonces usaban, que no tenían para su defensa más bronce que el de sus campanas la escaramuza filibustera duró tles días, durante los cuales más de mil indios se plegaron a los bandos de los ata– cantes y ayudaron al saqueo de siete iglesias que arra– saron y de los monasterios y posiblemente hubiel an da– do muerte o los cautivos españoles a no ser por MOl gon quien les dijo que no pensaba conservar la ciudad en su poder y que, por lo tanto, tal vez sufrieran ellos más tOlde la venganza de los españoles Se retiró Mor– gan de Granada con un cargamento valorado en más
de medio mil16n de libras esterlinas destruyendo todas las embarcaciones españolas para evitar ser perseguido
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