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« Previous Page Table of Contents Next Page »tranjero .parte de ese engranaje político-administrati– vo, también le alcanzo el zarpazo y en el maremoto caen todos, desde Jefes de Misión hasta Consejeros y Agregados, generándose otro caos cuyos repercusio– nes son más graves todavía, habido cuento de que los Agentes diplomáticos son puentes de entendimien– to entre los miembros de lo comunidad internacional
El personal de planto en los diversos dependen– cias de lo Cancillería debe ser inamovible, siempre,
desde luego, que cumpla con sus deberes técnicos y
éticos Nos referimos, naturalmente, al personal su–
balterno, auxiliar y técnico, pues los jefes de reparti–
ción sí pueden estar sujetos a exigencias de orden
politico la inamovilidad garontiza lo perpetua vi– gencia de procedimientos, actitudes y prácticos man– tenidos o través del tiempo, o modo de que en el com– plicado juego de las relaciones internacionales el Go– bierno no Se veo en el coso de contradecir, de hecho o de palabro, -por ignorancia o descuido-, su po–
lítica tradicional en determinadas materias
En situación ap~rada suelen verse los Delegados
a conferencias y congresos cuando no tienen a la mo–
no los antecedentes sobre el tema o discutir, O cuando los asesores -si los hay-, o fuer de nuevos no pue– den aconsejar conscientemente, viéndose lo Delegación obligado o asumir actitudes que o veces niegan o des– continúan lo tradición del país en el problema deba– tido Y aun lo mismo Cancillería puede hallQrse en situación aflictivo o lo hora de resolver uno consulta urgente si los empleados de archivo han volado tam– bién con el cambio de Gobierno
En cuanto al personal que actúo en el extranjero, es práctico plausible desde todo punto el reConcen– trarlos 01 Ministerio de Relaciones codo cierto tiempo, manteniéndolos allí por uno O dos años poro reenviar– los, yo ascendidos, o cumplir nuevos destinos Es es– to uno manero eficaz de observarlos directamente en su comportamiento personal y de vincularlos 01 cuadro de realidades vernáculos poro que puedan divulgar
lejos de lo Patrio, sus virtudes, sus ideales y sus reali–
zaciones
Poro dar uno ideo del atraso que padecemos en HondLiras, sólo hoy que recordar que nuestra ley Orgónico del Servicio Diplomático dota de 1906 iTie–
ne, pues, la friolera de sesenta años! Y sus únicas
reformas son los que en bueno hora le introdujo el Congreso Nacional en 1950 o niciativo del Canciller J Edgordo Valenzuela
Pero ni lo ley original ni sus reformas contienen
disposiciones relativas a ascensos, jubilaciones, presta–
ciones por enfermedad o accidentel asignaciones fa–
miliares, etc, como es de rigor en la moderna legis–
lación
Actualmente, el Congreso Nacional está discu– tiendo un Proyecto de ley de Servicio Civil, cuyos dis–
posiciones incluyen 01 personal del Servicio Exterior, exceptuando los Jefes de Misión Ojalá que algún fruto resulte de semejante experiencia, mejor dicho, algo es algo, yo que lo adecuado sería establecer un
I égimen especial poro el Romo de Relaciones
El Reglamento Consular es de aquel mismo año y, paro actualizarlo un poco, ha sido menester clavarle
tantas reformas que prácticamente lo tenemos con–
vertido en un San Sebastián
Los Sinsabores de la Diplomacia
A simple visto y juzgando sólo por los aparien– cias, lo vida del agente diplomático es suave, holgado, exento de preocupaciones y rodeada de lujo y como– didades, algo así como el do/ce tarniente, de la litera–
tura romóntico
Sin embargo, interiorizando realidades, se llego a constatar que no siempre es verdad tanto belleza En primer lugar hoy que saber que el Servicio
Exterior es una disciplina normada por principios rígi–
dos obediencia, lealtad y espíritu de sacrificio El funcionario diplomático debe siempre mantener su serenidad aunque se encuentre sentado sobre un barril de pólvora, y su apego 01 secreto profesional debe hacerle compañía hasta el último instante de su vida
Por eso en muchos aspectos se asemejo al servicio
militar y lo rozón de ésto radico en que ambos profe– siones estón llamados o responder por la seguridad y el prestigio de lo Patrio
El agente diplomático es un so/dado que, en cum– plimiento de su deber, tiene o veces que ir o lugares
ingratos, ya sea por sus malas condiciones c1imatéri–
cas, ya por lo lejanía <Cuando viaja de uno a otro Continente, por ejemplo), yo por el bajo nivel morolo cultural del país acreditario, yo, en fin, por lo red de problemas políticos cuyo solución se le ha confiado
Pero una vez instalado en su destino, la cosa
puede volvérsele más serio todavía por el intenso tra– bajo de oficina, por los intrigas y pugilatos que nunca faltan dentro de lo mismo embojado o legación, por íos amenazas y actos terroristas de los emigrados po–
líticos que adversan a su régimen, y, en más de una
ocasión, por lo hostilidad del poís donde ejerce sus
funciones Y si, por añadidura, representa a un go~
bierno inestable, tiene que sumar a estos emergencias
lo anemia económica y la impuntualidad en el envío
de sus gastos, causas también de reiterados aprietos
Pero si los dificultades fueron sólo esos, pose lo molo es que de repente surge uno rebelión, y dos, treinta o cien perseguidos le solicitan asilo Si lo con– cede, malo, y si lo deniego, peor Poro el régimen
imperante los rebeldes son siempre fascinerosos, es
decir, delincuentes del orden común, por lo que el jefe de misión debe entregárselos bajo promso de que se ¡es respetará lo vida Si él los entrega, lo más seguro es que allí mismo los fusilen so pretexto de fugo, y si
no los entrega, desde e~e instante se pone mal con
el Gobierno Total que en este asunto no se queda bien ni con Dios ni con el Diablo Pero supongamos que, plantándose cama hombres, na los entrego En– tonces tiene que proveerles alojamiento y alimenta– ción ¿Se imaginan ustedes lo que eso significo? A veCes su gobierno lo apoyo con habilitaciones 01 efec–
to, y a veces no ¡Ahí que él vea cómo se los arreglo,
porque esos son gajes del oficio'
Otro coso puede ser el de un contlicto que surge entre el Estado acreditante y el acreditario Sólo hay que pensar en la reacción de los respectivos pueblos contra el personal de las misiones Dichosos pueden
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