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EL LIBRO DEL MES

OJEADA

RETROSPECTIVA

DE

ANSELMO H. RI VAS

Comenzaremos o Henal nuestro cometido echando

una mirada retrospectiva a lo condición de nvestto país, para que se conozca el punto de partida de nuesh o ac–

tual progreso, lo que era Nicaragua al tiempo en que comenzó su vida política, y cómo, paulatina e insensi–

blemente, fue entl ando en las vías del trabajo que le han 'conquistado el puesto que hoy ocupo entle las le–

públicos hispanoamel icanos.

Dijimos en nuestro programa, que Nicaragua, desde hace algunos e:tños, viene sufriendo una radical trans– formación Esta es una verdad incontestable Si nves"

tros padres se levantaran de sus tumbas paró. con~

templOl por un mornento el país doncié vieron la luz,

clcedan hQIIOlse en otro región de la Helio En efecto,

en su época, muchus de las que hoy son grandes po–

blaciones, ercm en su mayor parte, caseríos de borracets

y chozos pajizas, sin ningún movimiento corrU~rciCl~ o

agrícola; las calles y ,los caminos estaban desiertos, y

las poblaciones, sepaloda& unas de otlas por glandes

trayectos de ten enos incultos lel coniúriicacion enfte las

diversas poblaciones ela dificilísima y la obra dé gran'

des jornadas fatigosas y no exe!1tos de graves peligros

y cuando a un joven de la actu.dlidad se le cuento n tr04

dici~,nes y episodios de treinta" ~rlOS a.trás, los oye, ~pro­

duclendole el mismo efecto que sí fueran historids de países remotos, o de la anHgDedod, o cuentos de in– ventiva, paro divertir a los niños o motar el tiempo én

una. velada Esto prueba que realmente ha habido una

radIcal transformación en Nicaragua

Muchos hay que conocielon a Managua en 1845, año en que se tlasladOlon a su seno los Poderes Supre– mos de la República; y aun sin retroceder tan lejos, ma–

ya.r número puede dar razón de lo que era ese pueblo en 1851, en 1858 y aun en 1860 ¡Qué diferencia en– tre la población de aquellas épocas y la floreciente ca, pltal de hoyl No había entonces un edificio público ni pnvado de consideración, era aquello una aglomeración

de cast:fcas miserables, sucias, destartaladas, no separa–

'das unas de-otras por cerca de nír\gún génelo¡ sin po-

trimonio, sin ocupación ninguna para sus habitantes El comercio se reducía a un tenducho dé mercancías secas, en la calle del Porvenir, tenducho conocido con el nom–

bre de Tienda d~ don Hipólito Prado. los hombres, en

mucha patte, se dedicaban a la arriería, y recorrían con

sus COI gas todos los Estados de Centro América, en cual, quiela de los cuales acababan por radicarse definitiva– mente la generalidad de ellas se consagraba a la pesca, de peces grandes y de sardinas, yola cogida

de huevos de caimán, artículos con los cuales hacían el comercio con los pueblos vecinos las mujeres se dedi·

caban, en lo general, a la hilandería, bien de pabilo para las candelas, o bien de hilo pala ciertos tejidos ordinarios que se hacían en el país. Daba lástima ver a las niñitas que a todas horas del día recorlían las de– sieltas calles con un gran ovillo de pabilo en un huacal,

buscándole venta para satisfacel las necesidades de la familia Hoy ¡qué diferencial la capital de la República

es una de las ciudades mos ricas y florecientes: sus ca.–

lIes se han traf1sf6rinado, las antiguas cásutas son gran· des y elegantes edificios de buena construcción arqui–

tectónica: dé desiertas que antes eran, hoy se agito en ellas una población activa, ocupada en transacciones de todo génelo: sus selvas espesas e incultas se han conver–

tido en fincas valiosos, donde se cultiva el rico fruto del café, dando ocupación a considerable númera de brazos

que antes permanecían en la ociosidad, incluyendo a

aquellas desgraciadas criaturas de que hemos hablado, que estaban en las puertas de la miseria y de la co–

rrupción, las cuales con sus madres, sus hermanas y pa– rientes son solicitadas con encOlecimiento para la reco–

lección de la cosecha del café, y reciben por su trabajo

cuantiosos enganches .

los ·suburbios de la población, que antes eran zat– zales y guarida de fieras y reptiles venenosos, son hoy

preciosos vergeles, donde campea la industria con ricos

establecimientos de beneficio de café, potreros para el repasto de ganado y campos de horticultura.

La Tienda de don Hip611to Prado ha sido réemplá-

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