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« Previous Page Table of Contents Next Page »rotura romántica a cuya lectura se entregan las jóve– nes Las relaciones intelectuales más activas can el
exterior, consisten en la importación de libros román–
ticos de autores españoles o traducidos del francés Se reciben periádicos, con especialidad el "Noticiosa de Ambos Mundos" que se edita mensualmente en Nueva York. Las inteligencias se empapan en la lec– tura de Mariana José de Larra, de El Solitario, de Me– sonero Romanos, de las traducciones de Chateaubriand y de Víctor Hugo, que animan las columnas de esa
revista
Don Anselmo, que ha devorado los clásicos lati– nos y españoles en la viejo y apolillada librería de don Pedro Chamarra, se embriaga ahora en la literatura romántico, en las librerías de jóvenes pudientes aman– tes de la lectura Lee a los enciclopedistas y a Rous– seau en la caso de Monsieur Pedro Rouhaud, un fran– cés bonapartista, gentil y caballeroso, que el terror blanco arrojó a nuestras playas Frecuenta las tertu– lias que se forman en las casas ricas para leer y co– mentar revistas y libros recién llegados Su alma se exalta con deseos imprecisos de figurar y dominar en el plano del pensamiento y en el campo de la acción política
Pero es pobre, y las necesidades de su misma buena posición le acucian y le piden actividades mejor remuneradas Vuelve los ojos de la codicia, como todos los jóvenes de su tiempo, hacia el Atlántico, por la vía del Desaguadero, en donde está la fuente y el curso del comercio próspero de la ciudad El año de 1846 marchó a San Juan del Norte, que entonces era puerto libre, muy surtido de cosas importadas Cayó en la tentación del contrabando, que era el episodio comercial de la vida románticá, porque significaba sublevación contra la impertinente autoridad del Fisco, aligeramiento subversivo del ritmo del viaje hacia la riqueza Oí contar a don Anselmo una jornada arriesgada y risueño de sus trabajos de contrabandis– ta En aquellos años el negocio clandestino de la pólvora era pingüe, porque su intraducción estaba restringida par recargos del Fisco En San Juan del Norte se hizo preparar unas toneles que en los extre– mas contenían blanca harina, y en el medio llevaban la panza repleta de pólvora negra En El Castillo pa– só el cargamento perfectamente coma harina a pesar de las rigores de la Aduana, pera dan Anselmo me cantaba el rato de congoja que le hizo pasar el guar– da, muy su amigo, cuando sentadas los dos fumando, quitaba a cada rato la ceniza de su cigarro sobre la barriga del barril llenito del peligroso explosivo Cama resulta de todos esos elementos formati– vas de la individualidad y del carácter, salió dan An– selmo can una psicología compleja y móvil Su
inteligencia es clasicista, razonadora, busca la lógica
y el buen sentido, pero su temperamento es inquieta,
vehemente, desordenado, imprevisor por rozones étni–
cas y por las influencias románticas Es alegre, prac– tica la música, le gusta el canto y se enamora can gran facilidad Sumamente sociable, anima las tertulias y los paseas a las costas del Lago las noches de luna, con su guitarra y con su charla inagotable Pero to– das esas distracciones no le hacen abandonar el estu– dio, de que su juventud vive sedienta
Su lectura no fue dirigida por maestro Recoge las ideas dispersas, pero las ordena en su mente con la regla clásica que le dejaran trazado sus primeros estudios Principia a escribir en los periodiquitos vo– landeros de la época, hace crónicas de las fiestas de
sociedad, escribe versos, y de vez en cuando se atreve
can los temas serias Par esas condiciones suyas de multiplicidad, goza del aprecio de las hombres y arrastra la simpatía de las mujeres, y los directores de la política se fijan en él, como en un elemento aprove– chable para la organización del incipiente Estado El árbol de su existencia está listo para dar fru– tos Hasta la fecha sólo ha producido flores, de poesía, de amenidades, de tertulias y salones Es hora de tornar seria la vida, de dirigirla a la conquista de fama y bienestar en el servicio de una buena cau– sa Como pasa a las jóvenes nicaragüenses de todos las tiempos, para hacer carrera intelectual, no le que– dan más que dos caminos la política y el periodismo Mejor dicho, no le queda más que un solo camino el de la política, bifurcado en la acción y en las letras El partido a que estaba adscrito llegó al poder con la elección para Director Supremo del Estado del licen– ciado don José Laureano Pineda, con quien ha cultiva– do una buena amistad entre mayor y menor Fue nombrado Jefe de Sección de un Ministerio con treinta duros de sueldo al mes Trabaja bajo la férula de don Fruto Chamarra, que fue no sólo su primer jefe de oficina, sino el rector de su conducta política Lo impresiona hondamente la robusta personalidad del caudillo del patriciado granadino, la rectitud de su carácter, la gravedad de su pensamiento Don Fruto, aleccionado por las desgracias, en medio del desórden caótico, divisa el rumbo para regresar a una autoridad respetable A su servicio don Anselmo disciplina la voluntad en un trabajo dirigido hacia un fin que sa– tisface a su inteligencia Pero lo móvil de su espíritu romántico se inquieta en la monotonía de la oficina, y
se escapa hacia un periodismo juguetón ejercido de– trás del seudónimo, muy en baga entonces, y hacia los pecadas de la carne, que fueran el resbaladero de su ardiente temperamento de mestizo
Si hubiera nacido en un medio de mayor cultura, seguro se entregaría a actividades meramente intelec– tuales La literatura le seduce y tiene grandes dispo– siciones para ensayista En España, par ejemplo, llegaría a ser un historiador de nota y un artista de la palabra escrita Pero la política lo tiene cogido y no le soltará Pineda había despertado esperanzas de orden en el país Desarrolló una política conciliadora en la que colaboraban los extremos, representadas por don Fruto y por el Licenciado Castellón Su gobierno era de selección, pero por desgracia la clase selecta e ilustrada no estaba compacta en el país para poder formar con ella un verdadero partido conservador. Las dos ciudades guiones, Granada y León, discrepa–
ban en aspiraciones por intereses loealistas¡ agriados
cada vez más desde el año de 1844, por fútiles resen– timientos, y desacreditaban sus élites empeñándolas en miserables peleas Además, la autoridad es débil, porque los poderes civil y militar no convergen a un solo mando La malhadada creación de la Coman-
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