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que llegaba a beber tió Tigre. Y coménzó a cortar bejucos y a cortar bejucos Ya tenía bastantes cuan– do llegó tió Tigre pero tió Conejo se hizo el que no lo veía y siguió cortando

-"-y para qué quiere tanto bejuco?, le preguntó tió Tigre

-"-Es que viene un gran ventarrón, me lo dijo el tío Guás y estoy cortando bejuco para amOl rarme pa– ra que no me llevé.

-Amárreme a mi también, le dijo tío Tigre -".-A usté sólo le gusta que le hagan favores, le contestó tío Conejo haciéndose el rogado

-Amórreme, tió Conejo, le dijo el tío Tigre, no sea tan mol amigo

-Vengo, pues, le dijo tió Conejo, dése prisa que

yo viene ese viento!

y comenzó o amarrarlo y o sacarlo con los beju– cos

-Está bueno así? -le decía tió Conejo

-Sóqueme más duro -le decía tió Tigre Y más duro lo sacaba tió Conejo Y le amorró las patas

y despuéS los monos y después el pescuezo

-¿Lo SOco mós duro, tió Tigre?, decía tió Cone– jo, ese ventarrón viene fuerte!

-"Más duro sóqueme, decía tió Tigre \lena de miedp

Hasta que lo dejó que no podía moverse , -Ahora voy a amarrame yo -dijo tío Conejo

y se'apartó y buscó una gran piedra

---Ay te va por baboso, le dijo tió COliejo y se la dejó caer en la cabeza Tío Tigre no hizo ni cuillo Entonces cogió su cuchillito y peló al tigre y con el cuero hizo un zurróli, lo cosió bien por un lado y por el .otro fe puso un mecate con un nudo corredizo y co– gió para Id montaña

En esó vio un palo eón un montón de mohos, y se fue con el zurrón al pie del palo, lo P¡;So en el suelo y se' puso a hablar cómo shio había visto a los monos ---Aquí troigo mi maicito y pobre del que me lo robe! .......decía el bdndido de ti6 Conejó sólo para que lo oyelOn 16s monos Voy a dejorlo escondido aquí mientras voy a echar uná miádita

y dejó el zurrón y se metió detrás de un mato– rral llevándose la punta del mecate del nudo corredizo Allí se estuvo haciéndose el qUé estaba miando pero nO despegaba los ojos del zurrón. Cuando los monos creyeron que se había ido se bajqron del palo _"Esta es la hora de robarle el maíz o tió Cone–

jo", dijeron Y empezaron a acercarse hasta que el mós grande que era el más ladrón se metió dentro del zurrón a robarse el maiz.

-Sólo eso esperaba tió Conejo i Ras!, jaló el mecote y se cerró el zurrón.

-Ah, mono ladrón, ya te agarré -solió gritan– do tió Conejo del matorral Y hasta que daba brin– cos el zurrón con el mono adentro Pero tió Conejo agarró un garrote y empe-zó a garrotear el zurrón has– ta qUe mató 01 mohO

-y ahora a pelarlo, dijo Y cogió el cuchillito

y le sacó el cuero.

Entonces buscó por el lodo del estero donde dor-mía tió Lagarto '

-Esto muerte si es fregada -iba diciendo tió

Conejo, pero no se volvió otras y con mós miedo que otro coso se le fue acercando calladito y cuando ya estaba Cerca cogió un paJo y piplós, piplós, piplós, le dio una leñateada a lió Lagarto

Tío Lagarto se despertó furioso y voló un colazo

y lo quiso seguir con las tapas abiertas, pero tió Cone– jo solió corriendo que era una bala

Al día siguiente llegó tío Conejó, haciéndose el sonso, a beber agua a la orilla del estero y desde /ar– guito le gritó a tió Lagarto -¿Qué tal, tió LagOlto?

-¿Cómo te atrevés o saludarme cuando ayer veniste a leñatearme con un garrote, conejo bandido?, le gritó tió Lagarto

-¿Yo? -le dijo tió Conejo haciéndose el ex– traño

-Si yo te ví, cOIajito! -dijo furioso tió Lagarto -Ah! ese debe haber sido mi hermano que es un zángano! -le dijo tió Conejo acercóndose -Mi hermano le debe frenos a todos los animales porque solió muy malo y siempre me mete a mí en enredos. -Pues ese bandido de tu hermano -le dijo tió Lagarto- me quiso matar ayer, pero se fregó porque no me dio en la vida

-y cómo le van a dar en la vida a usté que es tan fuerte?, le dijo tió Conejo Con usté nadie puede -Pues si me da en fa vida me mata, le contestó tió Lagarto

-"-y dónde tiene usté la vida? le preguntó tió Conejo

-En esta toronjita -'le dijo tió Lagarto Y tió Conejo se fijó bien pero se hizo el sonsO y le dijo -Pues yo le traíu un regalito, tió Lagarto Le troía come de lT)ono que me regalaron ayer. Y acer– có el turrón y saCó el mono que había clestazado y en lo que el tió Lagarto abrio las tapas poro tragarse lo carne sacó también del zurrón un qélrrote y le dejó ir un solo mecatazo en la toronjo Tió Lagarto sólo dio el colazo y quedó panza para arriba

-Te fuistes también! -dijo tió Conejo riéndose, y sacó un cuchi/lito y en un ratito lo peló Cogió ros tres cueros y se fue para el cielo -Aquí le traigo, Tato Dios, los tres cueros que me pidió, le dijo

Y Tata Dios se quedó asustado. Apenas tenía un día de haberse ido y yo volvía can los tres anima– les muertos

-Vení para acá, le dijo

Y tió Conejo se acercó donde Tata Dios -Si sos tan malo chiquito, cómo serías grande, le dijó y le cogió los orejas y se las jaló "Conformate con que te deje grandes las orejas"

Y desde entonces el tió Conejo tiene las orejas grandes por que quería ser grande y Tata Dios lo vio demasiado malo

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